Opinión

Nosotras tenemos claro lo que no queremos

Durante este año marcado por la pandemia, si algo ha quedado en evidencia es que el sistema de cuidados que sostiene nuestra estructura social de bienestar y vida cotidiana es incapaz de atender a la demanda de las familias, requiriendo  una reflexión sobre qué modelo de sociedad realmente queremos.

Nosotras sabemos lo que no queremos: Un sistema capitalista y patriarcal caracterizado por el uso de políticas neoliberales que solo buscan la reducción de costes a cambio de precariedad laboral y del empobrecimiento de las familias, principalmente de las mujeres. No queremos seguir sufriendo el vaciado de los servicios públicos y la falta de políticas feministas, por las que muchas nos vemos obligadas a formar parte de esa red informal de los cuidados, sostenida por las familias en su mayoría mujeres  como 'una obligación moral', que nos obliga a asumir un alto coste en cuanto a nuestro desarrollo profesional, nuestra salud, nuestra distribución del tiempo y relaciones sociales…

Creemos que es el momento de aunar nuestras fuerzas en la lucha por una economía feminista, que entienda que sin reproducción social, sin cuidados que los sostengan no puede mantenerse un sistema productivo. Es el momento de cambiar nuestro sistema de cuidados, considerarlo como UN DERECHO indispensable a lo largo de la vida de todas las personas, desprivatizarlo, reorganizarlo y adaptarlo a una realidad más feminista. Necesitamos políticas valientes que garanticen la incorporación de las mujeres al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres sin cargas emocionales ni presiones patriarcales (suelo pegajoso).

Necesitamos planes de corresponsabilidad efectivos, que nos faciliten tanto a hombres como mujeres la conciliación entre la vida profesional y familiar, sin perdidas por el camino. Necesitamos leyes de igualdad dirigidas a la transformación y reforma de nuestra estructura patriarcal, que atiendan al conjunto de factores que conforma nuestra sociedad y den respuesta a su evolución cultural  y ambiental.

Pedimos a quienes nos representan en las instituciones -municipales, autonómicas, estatales-, que entiendan el feminismo como una herramienta transversal que ayuda a identificar y corregir desigualdades, combatir la violencia de género, permitiendo el desarrollo de una convivencia entre hombres y mujeres  más justa, una sociedad más inclusiva y diversa … Y, en definitiva, una sólida cohesión social.