Opinión

Morir antes de Morir

"Aprovecha el día. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber"                                                                                                                       Walt Whitman

"Carpe diem", esta cita de Horacio me la envía un buen amigo traducida y envuelta en un bello poema de Whitman. Me agrada recordarla y pienso tenerla en cuenta en adelante. Pero mi propósito solo me dura un par de horas, porque al caer la noche otro amigo querido me llama y me cuenta una historia que me derrumba por completo. Es totalmente real.

Mónica (nombre ficticio) tiene ahora cincuenta años. Es de Perú, de donde salió treintañera en busca de una vida mejor. Llegó a las Baleares y, tras dura lucha, consiguió trabajo en una empresa alemana. Su sueldo de 1.200 euros mensuales le permitía hacerse algunas ilusiones; la primera traerse a su madre con ella. Lo hizo. Alquiló un modesto piso de 600 euros y así convivían juntas y solas. Mónica es muy austera y algo iba ahorrando. Pero la crisis pandémica lo ha cambiado todo.

En el mes de marzo, la empresa hace un Erte y Mónica ya pasa a cobrar 700 euros al mes, pero de ahí tiene que seguir pagando su alquiler de 600, por lo que ha agotado lo poco que tenía ahorrado. Para más desgracia, su madre contrae el covid y la tiene que ingresar en una residencia para tratar de curarla.  A los pocos días, a Mónica le comunican que su madre no se podrá salvar. Y algo más: le pasan un presupuesto de lo que cuesta que una funeraria se ocupe de un entierro básico.

Mónica siempre había afrontado con valentía los problemas que la vida le había presentado. Ahora no. Destruída y hundida se dirige al banco por donde cobra su Erte para pedir un préstamo de 2.520 euros que es lo que necesita para dar a su madre sepultura. Busca a la persona que siempre le atiende bien. Es mi amigo. Muy abatida le expone su problema y le muestra el presupuesto. Espera un momento, que ahora vuelvo, le dice.

En realidad fue una excusa. El golpe era muy duro y tenía que respirar. Cómo decirle a Mónica que el préstamo no se lo iban a conceder porque si sólo le quedan 100 euros para el sustento, no era viable. De pronto recuerda algo, vuelve y le pregunta: Mónica, el plan de pensiones que abriste hace años, por la extra de navidad, lo mantienes aquí?  Lo tengo parado, le responde. Pues bien, dame tu carnet. Mira sus datos. En efecto, Mónica tenía algo mas de 3.000 euros por las aportaciones de 200 que había ido haciendo años antes con sus pagas extras de julio y navidad.

Voy a trasladar tu problema y tu petición a la central para que te permitan disponer anticipadamente de tu fondo de pensiones. En este caso tan grave creo que la respuesta será positiva. En cuanto la tenga te llamaré.

Mónica se marchó con la misma amargura que había llegado. Sin lloros ni gritos, pero con una pena profunda contenida le comentó:  Mi madre es lo único que tengo; ella me lo dio todo. Yo quiero darle a ella por lo menos una sepultura decente. Gracias.

Sin covid ya está muerta. Hay más dramas como éste que no se conocen, pero que solo sufren los que lo padecen como Mónica y los que lo sienten como mi amigo.

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