Juan de Dios García Aguilera es compositor de música sinfónica, de música clásica y estudió la carrera de piano. A pesar de su acento, su padre es de Cañete de las Torres y su madre de la vecina Sevilla, de Porcuna. Estudió en el Conservatorio Superior de Córdoba, entidad que dirige compaginándola con su faceta de creador. Ahora mismo se encuentra inmerso en Pagodas del suizo Paul Klee. No, no es que también pinte, sino que ha escogido esa musa para una composición para guitarra clásica por encargo, algo que hace en sus ratos libres, porque, como le ocurre a los poetas, los músicos también pagan facturas y en su caso, tiene que relegar su vocación al tiempo entre clase y clase. Con él hablamos de flamenco, de noches blancas y de noches en vela estudiando, porque el arte de Camarón de la Isla ya está profesionalizado en Córdoba.
Córdoba es el único sitio donde se imparte el grado de Flamenco, además de la escuela privada de Barcelona. ¿Por qué aquí?
Tiene que ver con una idea surgida en la época en la que el pianista Rafael Quero fue director; él tomó la iniciativa de implantar aquí una cátedra no oficial en la que Manuel Cano estuvo dando clases en una enseñanza no reglada, en la que luego no se podía pedir un título oficial. Pero la verdad es que los chavales pasaban por aquí unos años y luego se llevaban una formación que no tenían en otro lugar. Por aquí pasó, por ejemplo, el guitarrista José Antonio Rodríguez, fuimos compañeros, no sé si él lo recordará. Era la primera vez que se enseñaba flamenco en un conservatorio y cuando, con el nuevo milenio, empiezan los nuevos planes de estudio y el flamenco también comienza a tener otra categoría, surge una conciencia de que es una música que va más allá del folclore; no es simplemente popular, sino que es una seña de identidad andaluza. Es entonces cuando se plantea crear la especialidad del flamenco. Y en Andalucía se decide que, por la trayectoria que habíamos tenido, se implante en Córdoba.
En el recorrido en el que se implanta este estudio nuevo hasta que se asienta, ¿cómo ha sido?
Especialmente en guitarra hemos tenido y tenemos alumnos japoneses, turcos, finlandeses, americanos, de todo el mundo, porque la guitarra flamenca tiene mucho éxito. Flamencología y guitarra flamenca fueron las dos primeras especialidades que se implantaron, mientras que la modalidad de cante flamenco se implantó hace tres años, de tal manera que este año hemos impartido hasta tercero. En 2018 ya se implanta el próximo curso y ya tendremos toda la especialidad. Todos son grados equivalentes a los universitarios.
¿Cuántos alumnos hay ahora mismo entre las tres especialidades?
Actualmente, ingresan cada año alrededor de unos quince alumnos de guitarra flamenca, unos ocho de cante flamenco y otros tantos de flamencología. Lo que más demanda tiene es la guitarra. De estos quince van pasando de curso en curso pero en los últimos cursos se nota que va descendiendo.
En guitarra tenemos alumnos japoneses, turcos, finlandeses, americanos, de todo el mundo porque la guitarra flamenca tiene mucho éxito
Pero, entonces, si se trata de estudios relativamente nuevos, los profesores no serán catedráticos ni, posiblemente, con una formación académica reglada porque no existía ni Flamencología, ni Cante ni Guitarra flamenca.
Bueno, algunos como Paco Serrano, sí que se han formado en el conservatorio de Rotterdam con Paco Peña y se trajo su título de allí. Otros se han formado en guitarra clásica y eso les habilita para dar clase, también hay alumnos que ya han terminado aquí su carrera de guitarra flamenca y son, incluso, profesionales de la guitarra flamenca contratados por méritos profesionales, algo que contempla la ley.
¿Y en cante, concretamente, ocurre lo mismo? ¿Dan clases figuras del cante?
Bueno, no me gusta olvidar que un exceso de talento con poca técnica educativa tampoco es la manera de trasmitir el conocimiento; hay que saber enseñar. Puede que haya grandes intérpretes que no sean necesariamente los mejores profesores, aunque no es nuestro caso; nosotros contamos con buenísimos intérpretes que también son buenos profesores. Pero sí es cierto que la especialidad de cante está aún en desarrollo, porque ni siquiera se ha acabado de impartir un grado completo. El año que viene egresa el primer grupo de este estudio. Sin embargo, los estudiantes cuentan, al igual que en guitarra, con figuras como Manolo Franco, Niño de Pura o Gabriel Arellano, con profesionales en activo como Churumbaque. Además, por iniciativa de los profesores, se dan cursos, masterclass, clases magistrales.
Nosotros contamos con buenísimos intérpretes que también son buenos profesores
Estas disciplinas son limitadas, por mucha afición que haya, si no se cuenta con ese "duende" del que hablan los flamencos, los estudiantes se graduarán, pero no podrán dedicarse profesionalmente a ello.
No estoy del todo de acuerdo. El "duende" del que hablas no es más que la intuición que es un talento innato que tiene cualquier músico, poeta, o cualquier persona que tenga un don para una disciplina en concreto. Si coges a dos chavales que han estudiado lo mismo, puede que uno tenga algo que el otro no tiene, pero la técnica nunca molesta, siempre suma; el conocimiento pueda perjudicar. Lo que hay que tener es la inteligencia suficiente como para que no te desvíen del sentido de tu vida. Si lo tuyo es cantar flamenco y tienes ese duende, cualquier cosa que te venga no tiene por qué perjudicarte. Pero contamos con otra alternativa profesional como es la docencia.
Además, en las tres especialidades del flamenco, la formación es multidisciplinar: Desde ergonomía hasta Historia de la música, pasando por solfeo y acabando con espectáculos de flamenco más puros donde profesores y alumnos se suben al escenario.
Aquí se producen dos cosas; primero, que los flamencos que están estudiando se van a llevar, aparte de sus conocimientos de toda la vida, su duende, sus cantes y sus palos, una técnica que les va a ayudar a mejorar el flamenco en el futuro. Por ejemplo, hoy en día nuestros flamencos saben escribir en partitura, algo que nunca se había hecho. Hoy en día un guitarrista flamenco que sale de aquí tiene la capacidad de escribir su propia partitura. Y eso lo está haciendo más profesional, añade cosas nuevas a su esencia. Pero es que, además, tienen la posibilidad de experimentar tocando con orquestas sinfónicas con nuestro ensamble flamenco, una de las agrupaciones más requeridas dirigida por Carlos Pacheco. Además, aprenden entre compañeros, con las actuaciones con sus profesores, escuchan a violinistas tocar con guitarras, son dos mundos, el clásico y el flamenco, que van desarrollándose a la vez.
Y los puristas del flamenco, ¿qué piensan de esa fusión del flamenco con otras músicas?
La música siempre se ha estado moviendo e influencias ha habido siempre. Cuando no han venido de aquí han venido de otro lado. Las influencias son buenas. Eso de mantenerse en una cuna de cristal para que nada cambie no lo entiendo.
No puedo dejar de preguntarle algo que suele ser de interés para quienes valoran a los artistas por su capacidad de creación. ¿De dónde nace la inspiración, en su caso, que además de docente es compositor de música sinfónica?
Depende del encargo. Ahora me han encargado una pieza para guitarra clásica, y ya tengo una idea para escribirla basada en un cuadro del pintor suizo Paul Klee, pero hay que tener en cuenta que las musas son diez segundos, lo demás es técnica. Construir una obra es como construir un edificio. Empezar, hacer una estructura, solo que un edificio lo estás viendo ahí construido y la música la tienes que ver con perspectiva de cómo va a quedar en el tiempo, tiene muchísima mano de obra.
Eso de mantenerse en una cuna de cristal para que nada cambie no lo entiendo.
Aún con la resaca de la Noche Blanca del Flamenco, ¿tiene este evento en Córdoba más sentido que en cualquier otro sitio?
Yo creo que sí, fuera de rivalidades. Lo importante es el flamenco. Cada uno hace lo que puede y cada sitio tiene una seña de identidad. Pero nosotros tenemos el Concurso Nacional de Flamenco, el Centro Flamenco Fosforito. Córdoba es cuna de grandes maestros como El Pele, Vicente Amigo. Sin embargo, puede que el centro del flamenco mañana esté en Barcelona, Londres o París, eso no se sabe. El flamenco está donde los flamencos lo lleven.
