MODIFICACIÓN DE LA NORMA DE 2012

La ordenanza permitirá la venta itinerante de helados, perritos o barquillos por el Centro

El nuevo texto impide vender animales vivos en la calle pero sí cualquier tipo de productos alimenticios frescos
Nuevo Mercadillo del Distrito Sur
photo_camera Nuevo Mercadillo del Distrito Sur

Es probable que por las calles de Córdoba empiece a ser más común ver puestos móviles de perritos calientes (como en Nueva York, salvando los abismos), barquilleros o vendedores de helados en sus triciclos tras la modificación de la Ordenanza de Comercio Ambulante de Córdoba, que es de 2012 y que se tiene que adaptar a la Ley de Comercio andaluza, que es del mismo año.

Según ha expuesto esta mañana el concejal de Gestión, Comercio y Mercados, Antonio Álvarez (Cs), no se trata de hacer una ordenanza nueva, sino de modificaciones de la antigua, de modo que para finales de este año o, a más tardar, muy principios de 2021 esté ya en vigor. Una norma que está en formato de anteproyecto, que tendrá que consensuarse con el sector y con los grupos municipales y que ahora pasara a la página de transparencia del Ayuntamiento donde habrá un plazo de 10 días hábiles para presentar alegaciones.

CASTAÑAS 2

"El objetivo es claro: Poner al día las autorizaciones y adaptar la normativa a la Ley de Comercio andaluza", ha explicado Álvarez, quien ha avanzado algunas de las novedades con las que cuenta el texto. Por lo pronto, habrá nuevos emplazamientos establecidos para el llamado comercio de temporada, es decir el de las castañas, higos chumbos, caracoles, flores o puestos de Navidad y Semana Santa, especialmente ahora que hay una nueva carrera oficial. "Por supuesto, los mercadillos van a seguir estando donde estaban", ha acaparado el concejal.

Hay una modalidad nueva, que es el comercio itinerante. Una figura que ya existe en la Ley, pero no en la ordenanza cordobesa, y que es la que permitiría la presencia de venta con carritos por el Centro de la ciudad para ofrecer productos ya elaborados y no transformados, como sería el caso, por ejemplo, de los churros.

Para ello se echaría mano de los planes especiales de aprovechamiento del espacio urbano, ya que contaría con un itinerario preestablecido, y antes de conceder la licencia se elaboraría un informe sobre la incidencia que pudiera tener esa actividad en el comercio, así como el medio de transporte que utiliza. "En cierto modo sería como aplicar la norma que es válida para los quioscos, que tienen que estar a determinada distancia de establecimientos y servicios de venta similar", ha especificado.

Caracoles preparados para su consumo

Se excluye, es decir que no estaría permitida, la venta de animales vivos en la calle y, por el contrario, se autorizará la venta de productos alimenticios en general, tales como aves, carnes, leche fresca, bollería, anchoas o pan, por poner sólo algunos ejemplos.

Del mismo modo, en los mercadillos el Ayuntamiento se reservará algunos puesto (dos para los espacios con menos de 100 puestos y cuatro para los que sobrepasan el centenar) para el uso de personas con discapacidad física o psíquica o en riesgo de exclusión social. "Son puestos que las personas o colectivos que lo necesitan lo tienen que solicitar para un plazo de tres meses y creemos que tiene que ser pagando, aunque con exenciones para situaciones realmente graves", ha añadido Álvarez.

Por otra parte, los planes de aprovechamiento de espacios en vía pública permitirá que haya puestos en la vía sin que tenga carácter de mercadillo, lo que permite desdoblar la actividad en comercio callejero, por un lado, y de temporada por otro. Para ello se readaptarán las figuras para el comercio de temporada, de modo que sería Comercio quien les concediera la autorización, mientras que en el caso de de los churros o los caracoles no dependen de Comercio, sino de Vías Públicas para esa aurtorización.

Antonio Álvarez, concejal de Comercio. FOTO: RAFA MELLADO SR.

Otro elemento llamativo del texto es la posibilidad de llegar a convenios de colaboración con organizaciones y entidades del comercio ambulante para facilitar la organización y funcionamiento de los mercadillos, lo que incluye programas de formación o el reparto de obligaciones de mantenimiento del terreno y conservación. "Más que limpieza, sería en materia de embellecimiento, como es el caso de algunos mercadillos que ya han sugerido tener entoldado".

A otro nivel más administrativo, la duración de las autorizaciones se amplían desde los cuatro años actuales a los 15 años, pero cada año hay que aportar una acreditación de que se cumplen los requisitos, con una declaración responsables. De igual modo, el plazo para la renovación deja de ser entre el 1 y el 31 de enero para ser entre el 31 de octubre y el 31 de diciembre.