EFECTOS DE LA COVID EN LA ENSEÑANZA

Si los filtros Hepa no garantizan nada sólo queda ventilar las aulas... Bajo cero

El alumnado acude a los centros con mantas de sus casas y con las ventanas abiertas como única opción

Niña abrigada
photo_camera Niña pertrechada con su propia manta para ir a clase

La pandemia por el Coronavirus es incompatible con el frío. Y eso se está notando especialmente en las aulas. El paso de la borrasca Filomena está dejando bajas temperaturas en prácticamente todo el país, y aunque en el Sur sus efectos están siendo más benignos que en la Meseta Central, Levante y el Norte de la Península, también se hacen notar entre el profesorado y los alumnos y alumnas.

Por ahora, lo único que la Administración autonómica está dispuesto a hacer es que se aplique el protocolo al respecto, que no es otro que la ventilación natural de los centros abriendo las ventanas, por muy pocos grados que haya en el exterior, especialmente a primeras horas del día. "Estos últimos días mis hijas van forradas de ropa con varias capas y se llevan su propia manta de casa, porque tantas horas sentadas con las ventanas abiertas van a provocar que más de un estudiante pille una pulmonía y eso los debilitaría frente a la Covid", señala una madre del Instituto de Enseñanza Secundaria El Tablero, en el Distrito Norte-Sierra.

Evidentemente su temor a la pandemia mundial choca ahora con la posibilidad de que un catarro mal curado acabe derivando en una neumonía o que un catarro acabe confundiéndose con la Covid y los estudiantes pierdan más tiempo por un confinamiento indebido. En su opinión, "es un equilibrio delicado, que requiere de algún tipo de solución, como la instalación oficial de filtros Hepa".

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A eso la Junta ya ha respondido. "La Consejería no ha instalado ninguno, puesto que, según las indicaciones de Salud, lo ideal es la ventilación natural y ningún otro mecanismo de ventilación la sustituye", señalan fuentes oficiales al respecto. Es más, la Junta señala que algunas AMPAs los han instalado en los centros", pero ha sido por su cuenta.

Una última actualización de las recomendaciones de ventilación en centros educativos de la Consejera´cía de Salud y Familias así lo indica claramente. " Es importante dejar claro que la utilización de purificadores de aire no sustituye la necesidad de ventilación natural, ni deben dar falsa sensación de seguridad, evitando que se ventile adecuadamente. Es decir, si se decide emplearlos en las aulas, éstas deberán ventilarse igualmente, pero se podrá valorar realizarla con menor frecuencia, menos tiempo o con menor apertura de orifico al exterior", indica.

Y eso se debe a que "en la actualidad, no consta la existencia de estudios publicados que establezcan una relación directa entre el uso de sistemas de purificación mediante filtrado en las aulas y su efecto directo en la disminución de la transmisión del SARSCoV-2 en las mismas".

Por ello, Sanidad sigue pensando en que se deben ventilar las aulas y espacios cerrados del centro de manera frecuente, antes de que se vaya hacer uso de ellos por un espacio de, al menos, 10 minutos, y se optará por la opción que más favorezca la renovación del aire acorde a las condiciones climatológicas y específicas de cada espacio cerrado. 

Y en caso de que no puedan permanecer abiertas ni total ni parcialmente por las condiciones térmicas, se deberán establecer unas pautas de ventilación periódicas, por ejemplo cada hora o cada cambio de clase, durante al menos 10 minutos. Al volver del recreo sería adecuado mantener la ventilación natural al menos durante 5 minutos. El valor óptimo serían unas 5 o 6 renovaciones de aire por hora.

La ventilación natural puede generar un disconfort térmico en el alumnado por lo que debe prevenirse de ello a los padres, madres o tutores de éstos, a fin de adecuar la ropa de abrigo a la nueva situación en las épocas de mayor frío.

Esto es, por ejemplo, lo que ocurre en el CEIP Maestro Juan Hidalgo, de Cardeña, donde Matías, su director, ha señalado que se combate el frío, que en estas últimas semanas está siendo bastante intenso, con nevadas incluidas, dejando las estufas encendidas durante toda la jornada, cuando normalmente se apagan al mediodía, y los domingos por la noche se vuelven a encender para que el centro está confortable de cara a la entrada del lunes.

Es implica, además de un coste mayor en gasóil, que llega un momento en que el aula "es un horno", si bien "se nota que debntro del colegio hace frío". Allí hay 116 alumnos y alumnas, que parecen estar hechos para el frío. "Aquí llegan y se quitan el abrigo para sentarse cuando en mi caso hay veces que tengo los dedos tan helados que apenas puedo darle al ratón del ordenador".

También se opta por airear siguiendo las indicacinoes de la Junta. Es decir, por la mañana antes de entrar, en los recreos y entre clases y luego se deja la ventana medio abierta, con una de las hojas cerrada, y la puerta del aula también abierta para que se forme corriente y se ventile.

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Pero no usan los famosos filtros. Una cuestión que planteabn los sindicatos como alternativa a la ventilación natural y evitar que el alumnado enferme de otras cuesitones al margen de la Covid. Así, el CSIF, primera fuerza sindical de la enseñanza pública en Córdoba y en Andalucía, ha subrayado la importancia de que los centros escolares cuenten con filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air) o con dispositivos de purificación de aire portátiles para minimizar la probabilidad de contagios del Coronavirus por aerosoles.

El Sector de Educación de CSIF Córdoba ha insistido en la necesidad de contar con medidas preventivas adicionales a la ventilación natural y al uso de mascarillas en las aulas. Tras el inicio de curso escolar y al acercarse en otoño la bajada de los termómetros, el sindicato ya solicitó en su día a la Consejería de Educación y Deporte, así como a las diputaciones y a los ayuntamientos, apoyo para que los centros educativos pudieran contar con este tipo de dispositivos, y esa demanda "ha fructificado sólo en algunos casos, y siempre gracias a la colaboración de algunas corporaciones locales". Pero la inmensa mayoría de los centros educativos continúa careciendo de ese material.

También desde CCOO se ha exigido a la Consejería de Educación medidas complementarias y urgentes en las aulas andaluzas. Y es que coincidiendo con el retorno de la actividad lectiva tras las fiestas navideñas, y con las bajas temperaturas climatológicas que se están dando en la comunidad, se dificulta la actividad lectiva.

De hecho, el sindicato ha recordado que la temperatura que debe existir en los lugares de trabajo está regulada por Real Decreto y en el caso concreto de locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares "está comprendida entre 17 y 27 grados centígrados", estableciendo que los trabajadores y trabajadoras no deberán estar expuestos de forma frecuente o continuada a corrientes de aire cuya velocidad exceda a trabajos en ambientes no calurosos en 0,25 metros por segundo.

Y si no es con los filtros Hepa, al menos con el uso de medios técnicos como sistemas complementarios y de control de la ventilación y del CO2 en espacios cerrados.