Desde ayer lunes, la ciudad de Córdoba cuenta con su sexto espacio de esparcimiento canino, en una zona muy demandada, como son los Jardines de Fray Albino, junto al río Guadalquivir, con una inversión final de 20.829,12 euros.
Según han señalado fuentes de Sadeco, la superficie que ocupa es una cuarta parte del parque, es decir unos 2.030 metros cuadrados, y está claramente delimitado en dos espacios, uno para perros de gran tamaño, para los que se ha dedicado un 60% del total de la zona de esparcimiento y el restante 40% para perros medianos y pequeños, que, a cambio tienen mucha más sombra natural con los árboles que la cubren. Es allí donde se ha optado por dejar el palomar que ya tenía el parque antes de esta iniciativa.
Cuenta, además, con fuente para que las personas beban y bebederos para perros, juegos de agility, dispensadores de bolsas, papeleras, cartelera, puertas de usuario en esclusa y puertas de entrada de vehículos para que tanto trabajadores de Sadeco o de Parques y Jardines puedan acceder al interior para limpiar o arreglar el césped.
Según las mismas fuentes, las otras zonas para perros que están en funcionamiento en la capital son Miraflores, Paraíso Arenal, Arroyo del Moro, Parque Cruz Conde y Vial Norte. Otros previstos próximamente son los del Parque Doctor Carpintero, en Levante, y en el Parque de Fidiana, en el Distrito Sureste. Además, hay otras dos más en estudio para Alcolea y Villarrubia, al tiempo que se está en contacto con vecinos de La Asomadilla, en Norte-Sierra, para otra en esa zona, y hay que señalar que en la zona de Turruñuelos igualmente la vecindad lo han solicitado.
La verdad es que tanto propietarios y propietarias como animales están en esos espacios sin preocupaciones. María Muñoz es vecina del Distrito Sur y ha venido con su perro Johnle (abreviatura del beatle John Lennon). A pesar de su edad, que no lo representa y podría ser perfectamente el Jordi Hurtado canino (tiene 16 años y no tiene ni una cana), el perro se le ve feliz y tranquilo; no es que se lance a subirse a los juegos de agilidad precisamente, pero va y viene sin temor a que le puedan hacer daño alguno, y eso se nota.
"A este parque suele venir muchísima gente con los perros antes de que existiera esta zona y personalmente, nos parece estupendo, ha quedado muy bonito y nos evitamos disgustos o tensiones con los chiquillos que juegan al lado". Y es que siempre estaba el riesgo de que algún pequeño o pequeña saliera corriendo y los perros de tres o que los animales les acabaran quitando las pelotas y otros juguetes, por supuesto siempre en plan de juego.
"A sus anchas"
"Ya no estamos en tensión y nos sentimos la mar de a gusto, la próxima vez me traigo una hamaca y que el perro se mueva a sus anchas", señala medio broma, medio en serio. A su lado coincide en todo Ana, también vecina de la zona y que ha venido con su perro Giorgio, una preciosidad de perro atigrado mucho más joven y con más energía que no para de recorrer esta nueva zona y de mirar a los niños que hay en el exterior a través de la valla.
"Hoy es el primer día que vienen, pero estoy segura de que se van a acostumbran. Yo los veo muy contentos, y, además, tienen la tranquilidad de que, aunque te distraigas charlando con alguien, el perro sigue aquí en el recinto y no sale", apunta Ana.
Al parecer, se trata de una zona de la ciudad donde se concentran abundantes perros que conviven como mascotas con sus dueños. Por eso, el único 'pero' de ambas dueñas es que han dejado pocos bancos (uno por cada espacio). "Ahora por la mañana estamos menos, pero por la tarde viene mucha más gente y hasta más largas horas, con lo que no vendrían mal un par de bancos más".
Allí también están las hermanas Adela y Carmen Rodríguez, igualmente vecinas del lugar. Están con su perro 'Joy' ('Alegría' en inglés), y es un nombre que le viene como anillo al dedo. Visto de cerca parece una preciosa mezcla de Border Collie con Terrier y tiene sólo ocho meses. Sus dueñas no paran de jugar con él y lo llevan a todos los rincones del parque para que pruebe todos los aparatos que hay. "Ya era hora de que lo hicieran, porque aquí se juntan un montón de perros, y es un espacio adecuado para ellos, además, han sabido dividirlos entre grandes y pequeños", señalan.
En este primer día de reunión canina "estamos viendo muy buen ambiente entre los perros", y reconoce que llevaban tiempo detrás de las obras para ver cuando se iba a abrir. "Hasta ayer, lunes, había cadenas en las puertas, y ahora, por fin, podemos entrar". Según las dos hermanas, "el perro lo nota, y mucho". Antes de que se abriera este espacio lo llevaban a pasear por la zona de La Ribera bajo La Calahorra, "pero allí hay familias y niños y hay que tener mucho cuidado y el perro tampoco disfrutaba mucho, porque no es lo mismo tenerlo siempre atado que suelto y que corra y haga lo que quiera como ocurre aquí".
