Ya hay fecha para comprobar movimiento en las obras del Pabellón de la Juventud, en el Distrito Sur de la capital cordobesa. Lo ha anunciado esta mañana el concejal de Deportes y presidente del Instituto Municipal de Deportes (Imdeco), Antonio Rojas, al apuntar que en "el primer trimestre de 2018" se producirá la demolición del edificio actual. Eso sí, cumpliendo la demanda vecinal de amnistiar a las cuatro estatuas que ahora coronan el viejo pabellón y que se reutilizarían en el nuevo equipamiento.
Las cosas en palacio han ido especialmente despacio en esta materia, pero tras el conocimiento de la Junta de Gobierno Local (JGL) de la cesión del Pabellón de la Juventud, el pasado viernes, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, ha querido visitar esta mañana la zona acompañada por el edil del ramo, para concretar los primeros pasos de cara a un "equipamiento de calidad para las necesidades de los vecinos y sacar, además, de la larga lista de temas pendientes que tiene esta ciudad un asunto más", ha explicado la regidora en declaraciones públicas.
Una actuación que se llevará a cabo con la fórmula de la iniciativa público-privada, especialmente por el coste que las obras podrían suponer. "Estimamos que la empresa que vaya a gestionar el equipamiento tendrá que invertir entre 7 y 8 millones de euros, y eso sólo está al alcance de empresas especializadas en este tipo de equipamientos", ha indicado Rojas. Sin embargo, el concejal ha querido dejar claro que el pliego de condiciones va a estipular y dejar bien claras una serie de cuestiones sociales que las empresas que aspiren a su gestión deben de tener muy presentes: "Una de las reivindicaciones de los vecinos de la zona es que el pliego de condiciones tiene que llevar unas clausuras sociales, que cobran más sentido en la zona en la que estamos, para facilitar mucho el acceso de mayores, colegios o estudiantes de la zona, y eso lo tenemos que hacer desde la Administración para que aparezca especificado y sacarlo a licitación en esas condiciones".
De todos modos, otra advertencia tanto de Rojas como de la propia alcaldesa es que los trámites administrativos son largos y farragosos, por lo que nadie se espere que la actuación será rápida ni demasiado inminente. Por el momento, hay planos avanzados y dibujados sobre los contactos mantenidos entre la vecindad y el Consistorio y sobre ellos se volverá a trabajar para redactar un proyecto definitivo del equipamiento.
la idea de lo que se quiere, está, sin embargo, clara tanto para los vecinos como para la Administración local. Se trata de construir una piscina de 25 metros, otra de "chapoteo", con una o dos plantas de aparcamiento subterráneo, "en función de los estudios geotécnicos que se tengan que realizar" y siempre con el permiso del río Guadalquivir, mientras que por encima de la planta principal se levantarían otras dos o tres plantas para equipamientos con algo de hostelería incluida en forma de cafetería. "Se llegaría a una altura similar a los edificios colindantes, pero no por encima de la piscina sino en el otro lado del edificio", con lo que en total habría cuatro cinco plantas más uno o dos sótanos. La piscina es cubierta e incluye vestuarios y accesos, mientras que en las plantas superiores habría salas de cardio, fitness o bici, ha añadido el edil.
"Hay otra reivindicación vecinal de conservar las estatuas como símbolo del pabellón y las rescataremos antes de demolerlo; la idea es aprovechar alguna en la futura instalación, pero no las cuatro porque es complicado, pero sí un par de ellas", ha añadido Rojas.
