La asamblea de la Asociación Vecinal Quercus Azuel, celebrada ayer, viernes, por la tarde, ha decido que el próximo domingo, 9, día de las elecciones europeas, tendrá lugar una reunión pacífica en la puerta de la Casa de la Cultura de la aldea, al mediodía, en protesta por haber dejado de tener una urna y una mesa electoral en la aldea, a decisión de la junta electoral, según ha informado el colectivo vecinal a través de un comunicado público.
Precisamente, la Casa de la Cultura la Casa de la Cultura azueleña era donde se colocaba la mesa electoral en todas las votaciones y en esa jornada la Asociación Vecinal hará lectura de un manifiesto.
Esta decisión está amparada por ley, ya que tanto el día de jornada de reflexión como en la propia jornada electoral pueden desarrollarse reuniones y concentraciones con cualquier intencionalidad incluida la política, siempre que no incluyan peticiones de voto para los partidos participantes en las elecciones y siempre que sean pacíficas, sin asistencia de personas armadas; siempre que no perturben la jornada electoral ni impidan o dificulten de forma injustificada el acceso a los locales donde estarán las mesas electorales.
Al respecto, y al margen de las concretas competencias que se atribuyen a las juntas electorales en la Loreg, esta misma norma recuerda en su artículo 54 que "se mantienen, en todo caso, las atribuciones de la autoridad gubernativa respecto al orden público".
El encuentro del viernes, en la línea de asambleas periódicas para recuperar el protagonismo de la población en el mundo rural, tenía como principal motivo dar a conocer a los y las asistentes sobre la decisión definitiva de la Junta Electoral sobre la supresión de la mesa electoral en esa aldea. El motivo esgrimido es que no se llega al mínimo de 200 personas censarás para tener una urna y en el caso de Azuel, cuando se adoptó esa decisión eran 194 personas, aunque en la última semana se ha producido alguna defunción.
El problema para la Asociación Vecinal es que la decisión se adopta por puras cifras y con la excusa de que "la comunicación vecinal no se produce en el plazo establecido tras la convocatoria de elecciones europeas", pero sin entrar a fondo en la situación de la aldea, donde hay una población mayoritariamente envejecida, con serias dificultades para desplazarse, y para la que la solución de un autobús una hora para el domingo "no garantiza el pleno y libre ejercicio del derecho a votar, que no se garantiza".
Azuel es, de hecho, una de las localidades de la provincia donde la tasa de participación viene siendo, elección tras elección, de las más altas. Y en esa reunión se habló incluso de un plante general el domingo para no ir nadie a votar, aunque se rechazó al reconocerse "que el derecho al sufragio, que ha costado muchísimo conseguirlo en este país, es un decisión individual", por lo que se ha preferido incidir en otras formas de protesta que van a tener continuidad en el tiempo.
Esas otras protestas van a tener un cierto carácter lúdico, a modo de acción dramatizada y pacífica para "poner en evidencia cómo el mundo rural se va abandonando de forma paulatina, a pesar de la opinión de ciertos partidos políticos al respecto".
Otro de los elementos que se ha barajado en esa mismo reunión fue hablar con la alcaldesa de Cardeña, Catalina Barragán, para que iniciara acciones en este sentido más allá de las que ya han llevado a cabo desde el Ayuntamiento cardeñoso.
El problema de fondo de la aldea de Azuel es que tan importante como el propio ejercicio del derecho democrático a votar lo es el hecho de que se trata de una población envejecida, con limitaciones y que ve cómo los servicios públicos están siendo reducidos (como es el caso del consultorio sanitario local) o que el acceso a otros recursos públicos, como el transporte, se dificultan en exceso obligando a la población a utilizar el transporte privado, para el que algunos habitantes también lo tienen complicado por su edad.
Por todo ello, la Asociación Vecinal ha decidido que, una vez que acabe el proceso electoral europeo, se contactará con la Diputación de Córdoba, cuyo presidente acaba de reivindicar más recursos para que esa Administración provincial pueda resolver situaciones de la provincia, a fin de que se garantice en la comarca de Los Pedroches una comunicación por transporte terrestre y un servicio lo más cercano posible a la ciudadanía.
Eso requiere, además, de un plan estratégico para la comarca que venga a paliar el declive demográfico existente permitiendo que la población joven deje de estar sujeta solamente a empleos precarios de un día, de dos días o de tres y sin cotizar, en la mayoría de los casos, que no resuelve en absoluto su situación y se puedan quedar a vivir en este territorio o que se atraiga a gente joven de fuera.
En caso contrario, lo de la pérdida de la urna va a ser el menor de los problemas para los y las habitantes de esa aldea cordobesa.
