DÍA INTERNACIONAL DE LOS BOSQUES

TOPTEN: Diez bosques o arboledas singulares representativas de la provincia dignas de verse

Encinas en el Valle de Los Pedroches
Arboledas singulares, la mayor dehesa y mejor conservada del mundo, 'bosques-isla', paisajes de ensueño bajo frondosos árboles... Córdoba oculta en el corazón de su naturaleza joyas verdes que podrían formar parte de un cuento de hadas

En el Día Internacional de los Bosques, que, en efecto, se celebra hoy, 21 de marzo, nada mejor que recordar los mejores rincones boscosos de la provincia de Córdoba, donde buscar ese yo oculto y salvaje, en contacto con las fuerzas de la naturaleza y si hay suerte a lo mejor toparse de bruces con una ninfa o un duende despistado.

Se da la circunstancia de que en la provincia hay rincones que en nada tienen que envidiar al verde Norte del país o a la Celtiberia mágica de robles y otros quercus tan venerados por las antiguas tribus indoeuropeas del Mundo Antiguo, cuando era un poco más joven, fresco y verde.

La masa forestal ha retrocedido preocupantemente, pero las figuras de protección las ha mantenido un poco en su sitio, pero hay que seguir conciencias en su mantenimiento y cuidado. Siguen siendo el pulmón del planeta (sí, sí, el oxígeno tan necesario para respirar y no morirse), pero también retienen la tierra y sirven de llamada a la lluvia, por lo que a más árboles, más freno a la temible desestimación que tanto daña a la vista, al alma y al planeta en general.

Sin ánimo de no quedar muy 'verdes' que echa para atrás a más de uno, es cierto que son espacios de esparcimiento especiales e incluso sirven de escape temporal para los urbanistas más recalcitrantes que siempre tienen que estar a la sombra de un semáforo y con la vista puesta en un paso de cebra sobre un asfalto recalentado. Si no fuera así, no habría parques ni zonas verdes en las ciudades.

He aquí un a pequeña colección de bosques que aún se mantienen firmes e irreductibles, como la famosa aldea gala ante el avance del César (un ejemplo que puede servir para muchas cuestiones, como habrán comprobado):

Parque Natural de Cardeña-Montoro

El Parque Natural Sierra de Cardeña-Montoro, tiene una extensión de 41.212 Hectáreas. Su vegetación está compuesta por bosque y matorral mediterráneo, pinares y extensas dehesas, siendo los alrededores de la Venta del Charco la única zona de la provincia donde se puede encontrar el roble melojo. 

Entre su arboleda hay águilas imperiales y real, la calzada y la culebrear también, el buitre leonado y negro, la cigüeña blanca y negra (my rara y difícil de ver), linces (cada vez menos), lobo (casi habría que hablar en singular) y nutrias. Por supuesto, como en toda la Sierra cordobesa hay venados y cochinos-jabalíes, además de ovejas y cerdos ibéricos.

Igualmente está la cabaña apiar, con una de las mejores mieles del Sus del país elaborada en las colmenas de Montoro.

Parque Natural de Hornachuelos

También forma parte de la Sierra cordobesa, sólo que en el lado opuesto al término municipal de la capital, al Oeste. Tiene 67.202 hectáreas regadas por los ríos Bembézar, Guadiato y Retortillo, lo que permite una abundante y densa espesura de encinas, alcornoques, quejidos y acebuche, además de la sempiterna dehesa e hileras de álamos, alisos y fresnos en las riberas de las cuencas fluviales.

Eso también permite una fauna variada, muy similar a la del parque anterior. Aquí se da la particularidad de contar una buena colonia de buitre negro y otras tres del leonado. Hay águila real y perdicera, alguna que otra cigüeña negra, linces, meloncillos, lobos, nutrias y mucho jabalí y ciervo.

Hay otras especies más domesticadas como porcino, vacuno, ovino y abejas para la miel.

Parque Natural de las Sierras Subbéticas

Al Sur de la provincia de Córdoba hay una curiosa masa natural de 31.568 hectáreas con paisajes alucinantes, donde el rey indiscutible es el olivar de Sierra. Un inmenso océano de verdes árboles que se adaptan como olas a las ondulaciones del terreno y que es caz de aferrarse como una lapa a las pendientes más escarpadas, que las hay. Y es que el olivar es un tipo de bosque, artificial, sí, como la dehesa, pero de inmenso atractivo hipnótico para los amantes de la naturaleza uy que igualmente sirven para preservar la tierra y hacer de llamada a la lluvia.

La flora de este parque es rica en encinas y quejigos, arces y almeces y algunas especies endémicas, como los lirios, los narcisos, las peonías o las orquídeas. Respecto a la fauna, es representativa la presencia del halcón peregrino. En el macizo de Cabra puede admirarse el buitre leonado.

Baños de Popea

También la capital tiene rincones de excelencia vegetal. A poca distancia del pequeño pueblo de Santa María de Trassierra están los Baños de Popea, un espacio natural de encanto singular muy querido por cordobeses y cordobesas tanto en otoño como en verano. Se sitúa en el curso del arroyo Molino y cercano de su desembocadura en el río Guadiato, a base de tramos saltos saltos de agua y cascadas que se alternan con pequeños remansos.

La arboleda en otoño es especialmente bonita, salida de todo tipo de setas a sus pies destacando en lo alto los alcornoques y las edificaciones ruinosas que aportan al ambiente un marcado carácter de la literatura Romántica.

Los 'bosques-isla' y los setos

En la provincia de Córdoba, según datos de la Junta de Andalucía hay 57 'bosques-isla', que suponen el 3% de esta superficie caracterizada en toda la comunidad autónoma. Uno de los más representativos es el de Los Cabezos, en Palma del Rio.

Precisamente, en la web palmadelrio.es se indica de esta espacio que una parte del monte público Los Cabezos ha dado lugar a ese Parque Periurbano, declarado como tal el 9 de julio de 1999, que sirve de lugar de recreo a la población palmeña. A pesar de su reducido tamaño, con tan solo 15 hectáreas, posee gran calidad paisajística y ambiental, con una representación de bosque mediterráneo muy bien conservado. Su combinación de robustas encinas y acebuches proporcionan sombra al ambiente, siendo sus copas el lugar donde anidan y se alimentan numerosas aves.

Las posibilidades para el disfrute son varias. Se han instalado áreas recreativas, complementadas por un restaurante y zona de juegos infantiles. Además, para quien desee pernoctar en este entorno, existen diversos bungalows y un albergue. Su alto grado de conservación le ha valido la distinción como uno de los complejos 'bosque-isla' mejor conservados de la provincia.

La dehesa

De esta forma tan genérica se alude al principal paisaje y ecosistema del Valle de Los Pedroches y de la Sierra cordobesa las dos comarcas norteñas de la provincia. En Córdoba se concentra más de una tercera parte de la superficie adehesada de Andalucía, concretamente el 36%, con un total cualificado por la Junta de Andaluca de ​452.813 hectáreas. Como elemento irónico, la provincia cuenta con el menor espacio incluido en la reserva de la biosfera Dehesas de Sierra Morena.

De ese total, el 64% está en Los pedroches y el 28% en la Sierra y la principal especie es la encina, presente en el 87% de las dehesas puras, mientras que el alcornoque está en el 2%. Hay también mezclas de de encina y alcornoque, pero no es muy abundante.

En la actualidad la Junta indica que el 45% de las dehesas cordobesas presenta escasez de materia herbácea, mientras que sólo el 13% tiene abundancia de pastos, al tiempo que en Los Pedroches es mas anciana que la de la Sierra.

Por destacar, dicen que la que rodea a Villanueva de Córdoba es la más bella, por su frondosidad , frescor y verde que se te mete por los ojos.

Encinar de Santa María de Trassierra

El encinar propiamente dicho es un concepto diferente al de dehesa, a pesar de que coinciden en que ambos cuentan con elemento vegetal mayoritario de la encina. El encimar es mucho más denso y salvaje, porque en cierto modo se deja a la naturaleza crecer en paz.

Cualquiera que suba a la Sierra cordobesa por sus intrincadas carreteras se adentrará de inmediato en el bosque mediterráneo con umbrías, musgo, muérdagos y enredaderas que convierten estos parajes en auténticas selvas de corte céltico o de cuento.

Castañar de Valdejetas

Destacable en esa zona es también el Castañar de Valdejetas. No nos engañemos. No es un lugar natural de castaños, sino que forman parte del negocio de ls castañas y están dentro de una propiedad privada que hay que respetar. Ni llevarse castañas ni tampoco perro.

Pero hay que reconocer el la propiedad ha sido generosa abriendo el paso franco a las visitas, porque, aunque escaso, es uno de los rincones más atractivos la Sierra cordobesa capitalina con diferencias. A ser posible conocerlo en pleno otoño, por los colores que muestran las copas y el suelo completamente alfombrado de hojas y restos de erizos de castañas.

Como sorpresa para los senderistas que lo visiten poco antes de llegar hay un alcornocal ni lo suficientemente frondoso como para ser selva ni lo suficientemente ralo como para ser dehesa. Una bonita mezclas que son un regalo para la vista.

El Aceral-Cornicabral de El Loberón

En el término municipal de Cabra, las cornicabras que forman parte del Aceral-Cornicabral de El Loberón poseen unas dimensiones extraor dinarias y unos portes excepcionales, alcanzando en algunos casos ocho metros de altura y 1,40 metros de perímetro. Se trata de una arboleda dentro del catálogo oficial de la Junta de arboledas singulares.

A su vez, los ejemplares de arce de Montpellier integrantes en la arboleda también son muy destacables por su tamaño, con parámetros de base del fuste próximos a los tres metros. Otro motivo que hace que este grupo de árboles sea singular es que las formaciones arbóreas de arces de Montpellier son poco frecuentes en Andalucía.

El Aceral-Cornicabral de El Loberón es una arboleda mixta, localizada en el Polej de la Nava (Cabra), constituida por una mezcla de distintas especies autóctonas donde las más representativas son la cornicabra y el arce de Montpellier, y en menor medida, están representados el quejido y la encina. Dado que las principales especies presentes son de hoja caduca, en otoño la arboleda adquiere unos tonos rojizos, anaranjados y amarillentos., confiriéndole gran belleza e incrementando notablemente su valor paisajístico. La altura máxima que alcanzan los ejemplares de la arboleda es de 14 metros, siendo la media de 5 metros presentando una densidad cercana al 100%. El conjunto se ubica en una ladera bastante pedregosa, de naturaleza calcárea y orientada al sudeste.

Enebral del Castillo de Miramontes

El Enebral del Castillo de Viramontes está también incluido como arboleda singular de Andalucía. Destaca en la Sierra de Santa Eufemia por la abundancia de ejemplares de enebro, así como por las dimensiones que alcanzan. Las ruinas del Castillo sobre lo alto de las cuarcitas de la Sierra ayudan a incrementar el valor paisajístico del enebral. Desde época islámica este castillo jugó un importante papel en la defensa del camino de Córdoba a Toledo.

El Enebral del Castillo de Miramontes es una arboleda autóctona en la que la especie dominante es el enebro de la miera(Juniperus oxycedrus subsp. badia), siendo la encina la principal especie arbórea acompañante. Los ejemplares de enebro aquí presentes no tienen todos un único tronco, sino más frecuentemente dos o tres, al igual que las encinas acompañantes.