En la Feria de los Municipios de La Merced, si uno se acerca al expositor de Posadas podrá ver a ambos lados sendos carteles que hablan de la próxima apertura del Parque de la Prehistoria, un interesante proyecto del Ayuntamiento maleno que se está terminando de ejecutar. Está ubicado en el Parque Periurbano de La Sierrezuela, una finca municipal que pertenece al Consistorio desde hace varios siglos y que en el 2000 fue declarado Parque Periurbano, formando parte de la red de espacios naturales protegidos de Andalucía.
Según ha expuesto a este periódico Juan Luis Pons Rubio, doctor en Biología y dinamizador de Medio Ambiente de la Oficina de Medio Ambiente y Turismo municipal, este parque vendría a completar y a dar sentido al conjunto dolménico descubierto en 1991 formado por dos de ellos, que son dos sepulcros megalíticos correspondientes al Calcolítico, en la Prehistoria. Ese mismo año se puso en valor al más grande de los dos que hay y hace unos años se empezó la puesta en valor definitiva que se ha concluido con el segundo de los dólmenes hace unos pocos meses.
"Los dólmenes son perfectamente visitables a cualquier hora y día, están a unos 1.100 metros del aparcamiento con un recorrido señalizado y cualquiera puede visitarlos por libre o con guía, porque están visibles, protegidos y con su cartelería temática para leerlo todo y hacerse una idea de qué es un dolmen, para qué sirve y quiénes los construyeron", ha indicado Pons.
Pues bien, entre el aparcamiento y los dólmenes está el Parque de la Prehistoria. Básicamente, consiste en una recreación de un poblado prehistórico, de la época del Calcolítico, la misma que los antepasados que construyeron los dólmenes. "Tiene unas 10 cabañas circulares de diferente tamaño, un arqueódromo, que es un espacio en el que se recrea cómo se haría una excavación arqueológica por parte de profesionales y una zona de tiro con arco en el exterior", ha indicado el experto para añadir que este parque se basa en lo que es la arqueología experimental, es decir que lo que busca es que, "a través del ocio, del entretenimiento y del juego los usuarios se diviertan, pasen un rato entretenido, atendidos por monitores y monitoras y, al mismo tiempo, aprendan y descubran cómo vivían nuestros antepasados hace 4.500 años".
Lo que se extrajo de los dólmenes (dos cráneos, un paquete de huesos largos, trozos de cerámica y dos puntas de flecha de sílex) están en el Museo. Y es que el dolmen tiene una cubierta protectora metálica, pero los restos a la intemperie se hubieran deteriorado mucho. "Lo que hemos hecho es una réplica en material plástico fidedigno con los retos originales y no se aprecia la diferencia y están colocados en la misma posición a como se encontraron", ha indicado el doctor.
En cualquier caso, la finalización del Parque de la Prehistoria está ya bastante próxima. "Si cualquiera de vuestros lectores se diera un paseo este mismo fin de semana por La Sierrezuela se encontrarían que está allí construido". Únicamente falta cubrir la estructura de la cubierta de las cabañas con el trenzado de ramas, acabar la empalizada que rodea todo el recinto y rematar la cartelería.
Tiene forma ovalada y en el perímetro están las cabañas; para hacerse una idea en cada una de ellas pueden entrar entre 25 y 30 personas, que es el equivalente a una clase. Hay, además, una plaza central pensada para actividades o charlas para grupos numerosos, y entre las cabañas hay más elementos como son los arqueodrómos, se ha recreado un dolmen para que la gente conozca la sensación que supone estar en el interior de uno de ellos, y fuera está la zona de tiro con arco. Hay, también, un contenedor que va revestido con material simulando la piedra para mostrar lo que son las pinturas rupestres.
¿Se supone que ese Parque de la Prehistoria es un poblado que pudo ubicarse allí? Sí y no. Sí, porque un profesor de la Universidad de Córdoba (UCO) citó e investigó en la década de los 80' del siglo pasado un poblamiento calcolítico en la falda de la Sierrezuela, alejado del río, pero en la zona baja del cerro. Está en terreno privado y está labrado por el propietario. Es más, en opinión de Pons, probablemente los dólmenes excavados pudieran corresponder a ese poblado. Por tanto, "lo que hemos hecho es recrear un poblado en terreno público y que ya cuenta con infraestructuras turísticas".
Y no, porque de cualquier modo el lugar donde se emplaza el Parque no sería el de establecimiento del poblado. Lo normal es pensar que la humanidad en sus primeros pasos buscara zonas altas para guarecerse, pero es verdad que el Calcolítico es ya la época del asentamiento sedentario, con agricultura y ganadería. Para eso se necesitan suelos fértiles. "El valle del Guadalquivir, según dicen los expertos, es de los más fértiles del mundo, después del valle del Nilo, y lo lógico es que se asentaran cerca, aunque no pegado al cauce sino a la falda de Sierra Morena".
Pero lo más curioso es que los dólmenes tenían varias funciones, aparte de ser un lugar de enterramiento y de culto, un espacio místico para nuestros antepasados porque así se consideraban más cerca del Sol. "Además de eso, se piensa que servía de 'pivote' para el traslado del poblado, porque se trataba de un asentamiento itinerante que buscaba nuevas tierras a medida que con los años se agitaban las que ya explotaban", indica Pons, para añadir que otro de sus usos era de advertencia para quienes pudieran venir de fuera de que aquel territorio ya estaba ocupado.
Esa rotación podría indicar que hubiera restos de otros poblados estacionales alrededor de la Sierrezuela, pero todo esta por ver.
