ROBOS EN EL OLIVAR LUCENTINO

Las patrullas de vigilancia rural recuperan casi 3.000 kilos de aceituna durante las últimas horas

En lo que va de campaña, estas patrullas de vigilancia privada, que actuan de forma coordinada con la Guardia Civil y los grupos ROCA, han logrado recuperar más de 13.000 kilos de producto robado

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photo_camera Parte de la aceituna recuperada estos días

Las patrullas de vigilancia rural privada contratadas por las cooperativas lucentinas y algunas empresas de la zona para esta campaña han logrado recuperar, en las últimas horas, unos 3.000 kilos de aceituna robada.

En la primera de las actuaciones, desarrollada en torno a las tres de la madrugada del viernes al sábado pasados, una de las patrullas detectó movimientos anormales en una finca de olivar cercana a la antigua carretera nacional 331, cerca del límite con Monturque. Tras dar parte a la Guardia Civil de esta localidad cordobesa fueron detenidas dos personas e interceptado el vehículo en el que portaban casi 2.000 kilos de aceituna en distintos sacos, así como distintos aperos. La aceituna quedó depositada en una cooperativa de Monturque para ser entregada a su legítimo propietario.

Así, en la tarde de este lunes fueron interceptados otros dos vehículos con más de 650 kilos de aceituna en su interior cuya procedencia no pudo ser justificada por los conductores.

En lo que va de campaña, estas patrullas de vigilancia privada, que actuar de forma coordinada con la Guardia Civil y los grupos ROCA, han logrado recuperar más de 13.000 kilos de producto robado. Antonio Cañete, presidente de la Cooperativa Olivarera Virgen de Araceli, señalaba ayer que "el efecto de la guardería del olivar está siendo muy positivo, y, aunque hay robos, la percepción general es que están siendo muy inferiores a anteriores campañas en número y cantidad de aceituna sustraída, pese a que este año hay una mayor cosecha que el pasado".

En estas últimas noches de luna llena, más propicias para los robos, se han multiplicado la vigilancia, que desarrollan junto a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, los guardas rurales de la empresa Vigiluc, contratados a tal efecto por los industriales lucentinos del sector, contando con la colaboración del consistorio, que aporta 12.000 euros a un dispositivo que tiene un coste en torno a los 50.000 euros.