Agricultura en la provincia

Las patronales agrarias piden un reparto con más lógica del agua para riego en el Guadalquivir

Córdoba, teniendo el 50% del agua embalsada de la cuenca sólo riega el 15 o el 16% de las hectáreas de regadío
Olivar de regadío
photo_camera Riego por goteo de olivar

La provincia de Córdoba es toda una paradoja en materia de regadío. Teniendo en su territorio prácticamente el 50% del almacenamiento del agua del Guadalquivir, apenas riega el 15% de media de la superficie de regadío de la cuenca. Frente a eso, por ejemplo, en Sevilla, donde únicamente se almacena un 17% cubre el riego del 40% de las hectáreas.

Estas diferencias son, en palabras del presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, históricas, mejor dicho "antiguas", por motivos de pura administración, ya que la capital autonómica esta allí, y frente a ese constante déficit hídrico en la provincia de Córdoba es contra lo que se van a mover los regantes cordobeses para que el reparto se lleve a cabo con mucha más lógica modificando la situación.

"Eso no significa que se le tenga que quitar agua a nadie, que conste, pero sí llevar a cabo otras actuaciones que beneficiarían claramente a nuestra provincia, como una mejor organización en la desembocadura del Guadalquivir o la limpieza y drenaje del río para evitar riadas y, al mismo tiempo, contar con más capacidad de agua para el riego", advierte Fernández de Mesa.

Riego de precisión para la fresa diseñado por la UCO

Pero lo que no puede ser, en opinión de líder de esta patronal agraria, es que siendo como es de rotunda importancia el olivar para la economía de la provincia, sólo por detrás en importancia de este cultivo de Jaén, y que además está sustituyendo a otro cultivos deficitarios, que "tengamos 1.200 metros cúbicos por hectárea, lo que da pie a sólo 15 riegos al año en unas condiciones climáticas muy duras; es una auténtica miseria y unas dotaciones ridículas".

Por eso, Fernández de Mesa sigue sin comprender por qué un embalse como La Breña II, con una capacidad de 823 hectómetros cúbicos (y que actualmente se encuentra sólo al 24%), no se amplía para que suba la capacidad del agua y hacer frente, por ejemplo, al cultivo de algodón. "Está francamente infrautilizado y no tiene sentido", señala.

A eso se le añade que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) está metida de lleno en plena reestructuración del dominio público hidráulico, es decir que se va a recortar la superficie del regadío entre la mitad para algunos casos ubicados en meandros y entre el 11 y el 21 por ciento para otros.

Recientemente, además, el pasado 5 de mayo, se convocó la Comisión de Desembalse por parte de la CHG en la que se dio a conocer la situación hídrica de la cuenca, tirando a baja, ya que la pluviometría se sitúa en un 8% menos que en la madera de los últimos 25 años. Eso implica, por ejemplo, que las lluvias hayan aportado apenas 1.645 hectómetros cúbicos, frente a los 3.263 de media.

Breña pantano II

Así, los embalses se encuentran en la cuenca a un 49,62% y la regulación general, a un 43,51%. Para hacerse una idea mejor de la situación, baste decir que a 5 de mayo los pantanos cordobeses, que globalmente tienen una capacidad de 3.144 hectómetros cúbicos, estaban al 41,40% (equivalente a 1.412 hectómetros cúbicos), cuando la media de los última década era del 76,31%).

Eso supone, en palabras de Miguel Cobos, secretario general de la UPA en Andalucía, que tenemos menos de la mitad de agua en la cuenca de lo habitual (entre el 49 y el 10% de déficit en Córdoba en comparación al año pasado, según zonas), y en estos casos prima el consumo humano frente al regadío. "En eso somos todos conscientes y lo tenemos que asumir como normal", ha explicado.

Evidentemente, hay que añadir el mantenimiento en unas mínimas condiciones de espacios delicados que hay que preservar, como son las Marismas de Doñana, donde hay 875 plantas diferentes, 226 especies de aves, peces, reptiles, anfibios, mamíferos protegidos y donde paran anualmente unos 6 millones de aves migratorias, si ir más lejos.

Cultivo de arroz

Eso implicará en Córdoba, como en el resto de Andalucía, restricciones de entre el 10 y 25% de la posibilidad de regar. Y va a depender la zona. Así, por ejemplo, hay comarcas como el Guadajoz (Baena, Castro del Río o Espejo), donde la reducción oscilaría entre el 10 y el 12%, porque las concesiones son menores y la bajada es proporcional.

Otros, por el contrario, con entre 6.000 y 4.000 metros cúbicos por hectárea, como ocurre en el Genil-Cabra, la zona de Fuente Palmera, Pedro Abad o Villa del Río, evidentemente la reducción llegará al 25 por ciento. "Vamos a poder regar con cierta normalidad, pero, evidentemente, la producción se va a resentir, porque nuestras necesidades están calculadas al dedillo y la rentabilidad requiere del 100% de la concesión, aunque también dependerá de cómo venga de lluvias el resto de la primavera, que esperemos que descargue como mínimo entre 50 y 60 litros por metro cuadrado más".

La lógica indica que frente a esa bajada de capacidad de riego haya menos hectáreas de cultivo. "Hay que adaptarse a la nueva situación", indica Cobos, en el sentido de que en materia de siembras no anuales habrá que dejar en barbecho y sin regar un 25% de la superficie", mientras que para los cultivos permanentes, caso de los cítricos o el olivar, habrá que regar "con cabeza y a demanda de lo que necesite el cultivo con la capacidad de uso de agua que nos han dejado; es decir con una autorregulación constante".

Maiz

Fernández de mesa, por ejemplo, ya ha indicado que con las necesidades de agua que tiene el maíz, apenas se va a cultivar en regadío.

La provincia de Córdoba suma a día de hoy unas 118.000 hectáreas de regadío, de las que entre 12.000 y 14.000 son de cítricos, algo más de esa cantidad son de olivar y el resto se reparten entre los cereales en el Sur de la provincia, el maíz o el algodón, que se sigue cultivando a pesar de todo en unas 8.000 hectáreas.