Campiña Sur

Moriles muestra con orgullo sus vinos de autor en la XXI Cata del Vino

Loas productores han sido capaces de crear hasta seis variedades distintas sacadas de la misma uva, todas ellas de calidad excelente y muy naturales
Visitantes en busca de los paisajes y vinos de Moriles
photo_camera Visitantes en busca de los paisajes y vinos de Moriles

Veintiún años dan para mucho. Lo suficiente como para que unos viticultores empezaran con un único tipo de vino a partir de las uvas Pedro Ximénez que se cultivan en las tierras de Moriles, en el corazón de la Campiña Sur cordobesa, y más de dos décadas después ya exponen y venden hasta seis vinos diferentes teniendo el mismo tipo de fruto.

Esa evolución es paralela a la que se produjo en la primera Cata de Moriles hasta llegar a la actual, gracias a "la investigación, a la innovación y la aplicación de las nuevas tecnologías, a cambios en los conceptos de lo que son las bodegas, al recinto donde se celebra y a la manera en que los productores entienden la propia Cata", según ha explicado a EFE la alcaldesa, Francisca Carmona (PSOE).

Y si esta Cata, complementaria a la de Montilla-Moriles en la capital cordobesa y "nunca una competencia ni tampoco al margen de la Denominación de Origen", vio la luz por vez primera allá por 1998 fue por la necesidad de que se reconociera la singularidad de los vinos que se producen en Moriles.

La principal feria del vino en otoño

Eso es así por "nuestra tierra, la historia y la concepción que aquí tenemos de hacer este producto tan particular y natural". Ésa es la razón también de que cada año acudan en pleno otoño a este rincón de las tierras cordobesas entre 4.000 y 5.000 personas que vienen a conocer de primera mano esa particularidad en la Cata.

Cata de Moriles

Y es que el vino es fuente de riqueza en la Campiña, "genera economía, ancla a la población y crea actividad y empleo". De hecho, otros municipios de la zona, como Aguilar o Puente Genil, o de más lejos, como Baena, celebran también sus propios eventos en torno al vino "para sumar y no dividir". ¿Qué más se puede pedir?

Pues a pesar de todo ello sigue habiendo necesidades. Es verdad que la crisis del vino cordobés parece que se está disipando un poco y comienza a reflotar, aunque aún hay que hacer frente a la competencia del marketing del vino tinto y los verdejos, así como el gran competidor de Córdoba, que es Jerez. Frente a eso, "esfuerzo y apuesta por la calidad", además de una Cata que se ha convertido en hito como fiesta otoñal, al ser la más potente de Andalucía en esta época, y que sirve de referente para que el resto del año sigan acudiendo en peregrinación numerosos visitantes procedentes de Francia, Inglaterra, Marruecos, Portugal y del Norte de España.

Desde Japón

Turistas que se pueden ver también en la actual edición de este evento gastronómico-cultural (el vino, junto con la cerveza, está considerado alimento) o incluso de más lejos, como los visitantes que han llegado desde el País del Sol Naciente. Con ello, "las plazas de alojamiento rural, que han incrementado en Moriles, están al 100% estos días", ha indicado Carmona.

Esas necesidades antes aludidas hacen referencia al consumidor. En Moriles, aprovechando la Cata, se está realizando un auténtico esfuerzo para que la mujer rompa tópicos y tabúes y aprenda a beber algo más que el típico vino dulce que se les dejaba antaño sentadas en un aparte. El pasado año ya hubo catas dirigidas a féminas que fueron todo un éxito. "Vinieron desinhibidas, llenando todas las plazas que había para luego ir solas a la Cata y beber finos y de tinaja sin pudor alguno".

Cata del Vino de Moriles

Este año se ha dado un paso más para romper con la masculinidad que hay en las bodegas y el mundo del vino y una de las muchachas encargadas de esas catas ha sido contratada ya por una cooperativa. Es más, cada vez es más común ver a expertas enólogas e ingenieras agrónomas que se desenvuelven en el campo como pez en el agua.

La Cata morilense también sirve para buscar el relevo generacional de consumidores en los jóvenes. "Antes venían sin control y a emborracharse y con las catas dirigidas a chicos y chicas se les está enseñando a apreciar un buen vino y a elegir el que quieren", explica Carmona. A cambio, los propios jóvenes les están indicando por donde van sus gustos para que los produzcan.

Mezclas sabias

No en balde, en Moriles se está llegando a donde los vinos de Rioja llegaron hace tiempo: El vino de autor. "Tenemos bodegueros que han sabido mezclar sabiamente vinos de tinaja con los de solera de diez años y consiguen un producto menos rasposo, más frutado y amable al gusto, pero de altísima calidad". Hasta el punto de que en "restaurantes potentes de la capital cordobesa" los están añadiendo a sus cartas.

Pero la producción local no es la única que se puede encontrar allí en estos días. Desde hace tres años se viene invitando a un municipio de la Denominación Montilla-Moriles. El primero fue Bodegas Delgado de Puente Genil, Lara, de Las Navas de Lucena, el segundo y este año le ha tocado a Bodegas Robles, de Montilla, y uno de los más reconocidos a nivel mundial en producción ecológica.