RED BULL BC ONE SPAIN CYPHER

El lucentino Xak revalida su título como mejor B-Boy de España y peleará en Japón por ir a la final mundial

El joven abogado lucentino consiguió revalidar por tercer año consecutivo su título en la Red Bull BC One Spain Cypher y ganarse su hueco para estar en Nagoya, Japón, donde deberá enfrentarse a los mejores de cada país en una eliminatoria mundial para luchar por una plaza para la Red Bull BC One World Final

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photo_camera El lucentino Xak, tras revalidar su título como mejor B-Boy de España

El B-Boy lucentino Xak, –Juan de la Torre Sánchez– ha vuelto a proclamarse campeón de España de esta especialidad en la Red Bull BC One Spain Cypher celebrada este sábado en la sala madrileña Bucca, llena hasta los topes, donde se han dado cita los dieciseis mejores B-Boys de nuestro país.

En una noche cargada de saltos, trucos, suelo y footwork este bailarín y abogado lucentino consiguió revalidar su título por tercer año consecutivo y ganarse su hueco para estar en Nagoya, Japón, donde deberá enfrentarse a los mejores de cada país en una eliminatoria mundial donde tendrá que luchar por conseguir su plaza para la Red Bull BC One World Final.

Ganador en las ediciones de 2014 y 2015, el breaker lucentino lucho por conservar su título en la batalla final frente al madrileño Chino. No fue fácil, pero Xak reservaba nuevas piruetas y movimientos con los que se ganó el favor de los tres jueces –Niek (Holanda), Extremo (España) y Focus (Finlandia)– quienes, un año más y con opinión unánime volvieron a proclamar "al abogado" (como se le conoce en la escena debido a su profesión) campeón nacional de Red Bull BC One.

Os dejamos a continuación la entrevista que hacía a Xak nuestra colaboradora Mimi Villa en el número de marzo de nuestra revistaVive Lucena Magazine.

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Juan de la Torre Sánchez (Lucena, 29 años) podría pasar por uno de tantos abogados que ejerce su oficio con la máxima profesionalidad de un bufete. Así ocurre durante su jornada laboral, cuando la toga y el oficio disfrazan su verdadera pasión: la de B-boy. Si en cuerpo no puede hacerlo, al menos en alma sí que se entrega las 24 horas a esa identidad de bailarín. 

- ¿Cuántas veces te han preguntado qué hace un abogado como tú en un mundo  como éste? ¿Cansan o aburren las bromas al respecto?
La verdad es que cada vez que alguien se entera que he estudiado derecho y ejerzo se  preguntan como es posible. No me cansa ni me aburre, porque entiendo que les sorprenda ya que no es un estereotipo común de B-boy, pero sí que me gusta que me lo digan, porque siempre lucho y abogo porque no se relacione a un bailarín con la incultura. Que vean que los tiempos están cambiando, hay mucha gente que está compitiendo a muy buen nivel en break dance y eso no les impide ser personas formadas académicamente.

-¿Y cuándo nace Xak, es decir, cuándo la afición da paso a la práctica? 
No puedo decir un momento exacto, porque ha sido una evolución lenta y progresiva. Cuando yo estaba en Lucena, el primer año solo íbamos eventualmente a bailar a gimnasio del colegio de La Purísima. Luego comenzamos a pedir más días, y poco a poco se hizo una necesidad, conforme mejorábamos. Cuando me fui a la Universidad a estudiar encontré un grupo de personas que practicaban de forma más asidua y se convirtió en algo más serio.

-¿Cuántas horas dedicas cada día al break? 
Contándolo todo no podría decir. Estoy constantemente escuchando música, pensando en la alimentación que llevo, en formas nuevas de llevar mi cuerpo a otro nivel. En cuanto a las horas prácticas de entrenamiento, son entre tres y cuatro diarias,  casi todos los días de la semana, descansando un día cuando el cuerpo llega a su límite o estoy viajando.

-¿Por qué se asocia el break a esa contracultura y por qué se relaciona con la cultura urbana? ¿Tan difícil es que aparezca un B-boy en un pueblo?
Lo asocian porque así fue como empezó, en los ochenta, en un contexto de pobreza, de peleas entre bandas. Poco a poco evolucionó hasta convertirse en una vía de escape para esos chicos a través del baile y la danza. Hoy en día no tiene nada que ver, ya la gente que practica esta disciplina tienen una economía media-alta, difiriendo mucho de cómo era todo al principio. Supongo que si es difícil que aparezca en un pueblo, porque donde hay más número de bailarines y más nivel es en grandes ciudades como Madrid o Barcelona. En mi caso, empecé aquí en Lucena, pero el boom a nivel personal vino a raíz de irme a vivir a Granada. Se intensificó el entrenamiento en pos de una futura profesionalización, hasta volver de nuevo a Lucena, donde a pesar de entrenar duro, es más difícil encontrar alguien que enseñe o guíe. 

-Los más reputados B-boys del planeta se han deshecho en elogios con actuaciones como la que te llevó a ganar el campeonato de España en 2014. ¿Cuesta mantener el equilibrio emocional y los pies en el suelo?
Sí, siempre que te elogian o valoran positivamente tu forma de expresarte es un aliciente para motivarte y mantener la línea que me ha llevado a estar ahí. El problema es que el elogio debilita, y te puede hacer perder el norte y dejar de tener los pies en el suelo. La humildad es vital a la hora de enfrentarse a todo tipo de elogios. 

- ¿Un B-boy es un bailarín, un contorsionista o un gimnasta?
Llevo mucho tiempo analizando esta danza y creo que es una de las artes más difíciles de practicar, porque tienes que mezclar elementos de la gimnasia, la música, en definitiva, crear algo diferente, además de improvisar y todo esto sobre una música que desconoces. Por eso para nosotros es muy complicado la puesta en escena ya que necesitaríamos movimientos propios, muy explosivos, como los de la gimnasia y a la vez improvisar con todo este lenguaje que cada B-boy tiene que crear.

-Hace casi dos años te alzaste con el Red Bull BC One, único campeonato que se celebra en España. ¿Falta tradición en nuestro país o promotores?
El break dance como baile es muy joven, la verdad es que lleva 20 años, si lo comparamos con el ballet somos una disciplina muy reciente. Si que hace falta difusión en España porque ahora mismo hay mucha invisibilidad en los medios de comunicación, incluso el ciudadano de a pie lo sigue relacionando con una persona dando vueltas con la cabeza en la calle. En cuanto a la difusión es cierto que los promotores europeos mas fuertes ahora mismo estarían en Francia, Holanda y Alemania, pero aún así en España tenemos buenos promotores. Lo que necesitaríamos es más apoyo a nivel local, en Ayuntamientos, que apuesten por esta propuesta enriquecedora y llamativa para la juventud.

-¿Qué se valora en una actuación?
Cuando vas a un campeonato, tanto a nivel individual como de grupo, lo que se valora es que hagas una serie de movimientos que estén dentro del contexto del break, que no hagas un movimiento de flamenco así porque sí, sin ningún sentido, que tú hagas movimientos sacados de otra disciplina, siendo creativos, valorando la limpieza, ejecución y musicalidad pero sin perder una forma B-boy. 

-Formas parte de una “crew” o grupo de breakers. ¿Preparáis coreografías? ¿Qué papel juegan el entendimiento y la compenetración?
Sí, tengo un grupo que se llama Arcopom, llevamos juntos desde 2003. Hemos tenido la suerte de viajar mucho y competir en diferentes campeonatos y cada poco tiempo quedamos y nos preparamos a nivel coreográfico. Individualmente nos enseñamos los unos a los otros los movimientos nuevos que estamos practicando y por supuesto necesitamos una comprensión visual, que cuando yo le mire a los ojos a cualquier compañero sepa perfectamente lo que está pensando, lo que está sintiendo y lo que está viviendo.

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