Un amplio informe del colectivo Ecologistas en Acción sobre la situación de las depuradoras andaluzas en 2022 muestra la cara y cruz de estas infraestructuras en la provincia de Córdoba, que es, con diferencia, la que más y con mayor regularidad muestra conformidad con el Real Decreto 509/1996 que las regula, pero arrastra, al mismo tiempo, desde hace lustros una serie de deficiencias sin resolver que, por ejemplo, han afectado directamente a la contaminación de las aguas en el pantano de La Colada, en el Valle de Los Pedroches.
Primero las buenas noticias. De las las 39 depuradoras de más de 2.000 habitantes-equivalentes -cuyos datos se
publican en la Rediam- que hay en la provincia (en total hay en torno a medio centenar de estaciones), 34 de ellas cumplían la normativa en 2022. Eso supone un elevado 87,17%, por lo que únicamente queda un 13% por cubrir, tras haber analizado las 39 declaraciones anuales de vertido (DAV) realizadas el pasado ejercicio.
Esas 34 depuradoras y colectores son, por orden alfabético, Adamuz, Aguilar de la Frontera, Baena, Belalcázar, Bélmez, Bujalance, Cabra, Carcabuey, Castro del Río-Espejo, Córdoba-La Golondrina, Doña Mencía, El Carpio-Pedro Abad, Espiel, Fernán Núñez, Fuente Obejuna, Hinojosa del Duque, Hornachuelos, Iznájar, La Victoria, Lucena, Luque, Montemayor, Montilla, Montoro, Monturque, Nueva Carteya, Palma del Río, Priego de Córdoba, Puente Genil, Santaella, Villa del Río, Villafranca de Córdoba, Villanueva de Córdoba y Villaviciosa de Córdoba.
Para comprobar la efectividad cordobesa en esta materia, baste decir que es la provincia de Andalucía con menos depuradoras, pero éstas benefician al 92,5% de la población, un porcentaje sólo por detrás de Cádiz, Huelva y Sevilla. Está, igualmente, un poco por encima de la media andaluza, que es del 92,3%.
Además, el informe añade que ese nivel de conformidad a la norma no es sólo del pasado año, sino que es una media regular desde 2013. De hecho, es la única provincia andaluza que ha mostrado esa regularidad, con una media de conformidad en esos 10 años el 84,5%.
La misma fuente indica que a 31 de diciembre de 2022 no había ninguna actuación prevista en esta materia sin iniciar, ya que la Administración andaluza había considerado innecesarias las estaciones depuradoras de aguas residuales EDAR y colectores tanto de Puente Genil, en la Campiña Sur, como de Fuente Obejuna, en el Valle del Guadiato.
Incumplimientos de la norma
Y ahora, las malas. Son cinco las EDAR que no cumplen la normativa, a saber Alcaracejos-Villanueva del Duque, Añora-Dos Torres, El Viso-Villaralto, Peñarroya-Pueblonuevo y Pozoblanco. Todas ellas en el Norte de la provincia. Incumplen la norma porque, en mayor o menor medida, superan las cifras permitidas de nutrientes y carga orgánica.
Por ello, se recomienda para la primera de ellas una ampliación para eliminar correctamente los nutrientes; la segunda requiere una una nueva EDAR para realizar un correcto tratamiento biológico; la tercera necesita reparaciones para eliminar
correctamente los nutrientes; la cuarta repite en la necesidad de una nueva EDAR para eliminar correctamente los nutrientes, y la quinta necesita una nueva EDAR para realizar un correcto tratamiento biológico y eliminación de nutrientes.
Eso siempre según las mismas fuentes, que insisten en más de una ocasión que "Córdoba sigue siendo la provincia que mejor porcentaje de cumplimiento tiene de la normativa", aunque "una parte de ellas siguen dando problemas desde el año 2013", año en que Ecologistas en Acción comenzó a analizar las analíticas.
Alcaracejos-Villanueva del Duque
El problema es que hay dos de ellas que parecen afectar directamente a las aguas de La Colada, cuya contaminación ha levantado mucha polvareda (social y política) a lo largo del presente verano. La depuradora de la aglomeración urbana de
Alcaracejos-Villanueva del Duque, que costó 7,8 millones de euros ejecutarla, tiene una autorización de vertido que depende de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), aunque el titular de la autorización es la Diputación, a través de la empresa Aguas de Córdoba.
En este caso, el vertido se sitúa en el arroyo de Las Cruces (afluente del arroyo Lanchar, por su margen derecha, aguas arriba del Embalse de La Colada). Según el informe, la calidad ambiental del medio receptor es Zona de Categoría I, y eso implica límites para los parámetros nitrógeno y fósforo total. En este punto, Ecologistas apunta que de las 12 muestras proporcionadas, más de la mitad incumplen para ambos parámetros.
Por tanto, esa EDAR requiere de una adecuación y ampliación de sus instalaciones actuales para implantar un tratamiento terciario que elimine tanto la carga orgánica residual como las otras sustancias contaminantes que ni hayan sido eliminadas en los tratamientos secundarios, como el nitrógeno y el fósforo, "ya que se sitúa en la zona sensible denominada 'Embalse de La Colada'.
El Viso-Villaralto
De igual modo, el informe señala a otra depuradora ubicada en esa misma zona sensible, que es la de El Viso-Villaralto, de 2009 y ubicada en la A-3281, a escasos tres kilómetros de La Colada y destinada por Emproacsa. Vierte, con una autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, en el Arroyo Arenoso y trata más de 314.000 metros cúbicos de aguas residuales urbanas.
En su caso, siempre según las mismas fuentes, las muestras proporcionadas indican que incumple en todas las concentraciones permitidas para el parámetro fósforo total y en la mitad para el nitrógeno total. Esta infraestructura "no está contemplada en el listado de actuaciones a ejecutar por la Administración andaluza", aunque "cuenta con importantes
carencias en su diseño". Los motivos, en atención a la que indica el informe de Ecologistas, son, en primer lugar, por la elevada carga orgánica a la que está sometida por los vertidos ganaderos, y, en segundo lugar, porque se sitúa en zona sensible.
Aquí, la empresa gestora ya ha iniciado el estudio del proyecto de obra para subsanar estas carencias en la ingeniería, mientras que el nuevo Plan Hidrológico del Guadiana para el periodo 2022/2027, contempla una serie de actuaciones hidráulicas en la provincia de Córdoba, como es la ampliación de la actual depuradora y la adecuación del tratamiento para eliminar el fósforo, con una inversión prevista de 310.000 euros.
Peñarroya-Pueblonuevo
En la EDAR de Peñarroya, entre tanto, Las muestras de 2022 indican que cumple para el parámetro fósforo, pero la mayoría de las 12 analíticas sobrepasan los límites para el nitrógeno total, estando como está en la zona sensible 'Embalse de Sierra Boyera', que es hacia donde se bombera el agua de La Colada para distribuirla por toda la zona Norte de la provincia.
Necesitaría una ampliación en su estructura, pero esas obras a ejecutar no están declaradas de interés autonómico ni estatal. Si bien Por su parte, el citado Plan Hidrológico del Guadalquivir contempla su explotación y mantenimiento, así como 1 millón de euros para un tratamiento más riguroso.
Pozoblanco
Pero la peor depuradora con diferencia es, año tras año, la de Pozoblanco. Y eso que necesita una nueva infraestructura para eliminar la carga orgánica residual y los nutrientes, como nitrógeno y fósforo. Vierte en el río Guadarramilla, y la Confederación del Guadiana en diciembre de 2010 eligió al Ayuntamiento que "acometiera a la mayor brevedad posible" las
obras para ampliar la EDAR. La razón era que "el vertido de aguas residuales procedentes de dicha depuradora sobre el río Guadarramilla, sin un adecuado tratamiento de depuración, estaba afectando significativamente a la calidad de las aguas del embalse de La Colada, incrementando la eutrofización (contaminación por un aporte muy elevado de nutrientes orgánicos) del mismo".
Ecologistas indica que tras numerosos trabas, finalmente en mayo de este año se había allanado el camino para la ejecución de las obras, que persiguen duplicar su capacidad de tratamiento, hasta un caudal medio diario de 6.300 metros cúbicos. El importe de la ampliación es de unos 6,7 millones de euros (de los que 5,7 son del Plan Hidrológico del
Guadiana) y el plazo de ejecución se ha quedado en 20 meses. Entre tanto, las aguas siguen sin tratarse adecuadamente.
