Espiel

La Iglesia estudia la posible secularización del cura condenado por abusos sexuales

El Obispado le ha relevado ya de la parroquia de San Sebastián de Espiel, donde le trasladó poco después de que se denunciaran los hechos ya juzgados

Cura villanueva
photo_camera El sacerdote Ignacio Mora en su juicio en la Audiencia Provincial de Córdoba

La Iglesia Católica está estudiando "la posible secularización" del sacerdote Ignacio Mora, al que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba condenó recientemente a cinco años y un día de prisión, al considerarle autor de un delito continuado de abusos sexuales a una niña de diez años, que era su monaguilla en el municipio cordobés de Villanueva del Duque.

Así lo han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras del proceso abierto y que puede culminar en la obligada vuelta a la vida laical del sacerdote, al que el Obispado de Córdoba ha relevado ya de la parroquia de San Sebastián de Espiel, donde le trasladó poco después de que se denunciaran los hechos ya juzgados, en abril de 2015, mientras que en esta ocasión se le ha separado de la que hasta ahora era su parroquia sin otorgarle un nuevo destino.

El relevo del cura condenado se ha producido en el marco de la decisión del Obispado cordobés de cambiar los destinos de casi una veintena de sacerdotes de toda la Diócesis, de modo que de la parroquia de Espiel se hace cargo ahora José Gregorio Martínez, que también se encargará de la iglesia de Villaviciosa de Córdoba.

A dicha separación de su parroquia y sin darle nuevo destino, se suma ahora para el sacerdote de 50 años condenado por la Audiencia la posibilidad, además, de que pueda ser reducido al estado laical, hecho éste que constituye una de las mayores medidas que, por parte de la Iglesia Católica, se pueden adoptar contra un sacerdote.

En el momento del juicio, el párroco se declaró inocente y negó los hechos, manifestando que no entendía el motivo por el que se le juzgaba. La sentencia de la Audiencia cordobesa no es firme y la defensa anunció que presentaría un recurso de casación ante el Tribunal Supremo (TS).

Por su parte, la Fiscalía y la acusación particular solicitaron una pena de seis años de prisión y diez años de orden de alejamiento para el sacerdote, mientras que la defensa pidió la absolución, todo ello después de que fuera denunciado por los padres de la menor en abril de 2015 ante la Guardia Civil, que detuvo al sacerdote, que solo llevaba tres años ejerciendo en Villanueva del Duque y en otros municipios del Norte de la provincia.

"Una buena relación"

Según recoge la calificación inicial del Ministerio Público, el sacerdote adquirió "una buena relación" con la familia que lo denunció, como consecuencia del ejercicio de su ministerio en distintas parroquias de la zona, "llegando en alguna ocasión a comer en casa de los mismos y pasar cierto tiempo en su compañía y de las hijas menores de la familia".

Debido a esa "buena relación", aproximadamente desde el mes de enero de 2015, una de las hijas de la citada familia, de 10 años de edad, comenzó a ayudar como monaguilla al párroco. En el marco de dicha relación, "en ocasiones la menor se quedaba a solas con el acusado en la sacristía de las respectivas parroquias, llegando incluso a acompañarlo en alguna ocasión en el vehículo particular", según el relato del fiscal.

En fecha no concretada, alrededor del mes de enero de 2015 y hasta el día 24 de abril de 2015, el sacerdote supuestamente aprovechó la relación de superioridad que tenía sobre la menor, "no solo por la edad, sino también por la estrecha relación que tenía con sus padres y sobre todo por el hecho de ser también sacerdote", y se produjeron diversas situaciones en las que el ya condenado presuntamente le realizó tocamientos, "con intención de satisfacer sus deseos sexuales".

Postura de la defensa

Por su parte, la defensa del sacerdote, que ha permanecido en libertad con cargos y con una orden de alejamiento de la menor desde su detención inicial, pidió su absolución, negando los hechos relatados por el Ministerio Público al considerar que su representado "no ha cometido el delito del que es acusado, ni ningún otro".

En opinión de la defensa, "los hechos no constituyen delito, ni infracción criminal de clase alguna", a lo que añade que "no existen responsabilidades, ni criminal, ni civil, de clase alguna", motivo por el que ha reclamó la libre absolución del párroco. Además, impugnó la pericial practicada por psicólogas de una fundación.