Valle de Los Pedroches

El fuego purifica Dos Torres en una multitudinaria Candelaria

Un mappíng, un mercado franco, la mayor candela del invierno y gastronomía local celebran la víspera de San Blas en el municipio pedrocheño que por estas fechas dobla la población
Fiesta de La Candelaria en Dos Torres
photo_camera Fiesta de La Candelaria en Dos Torres FOTOS: GUILLERMO LÓPEZ LLUCH

El fuego en todas las tradiciones y culturas es un elemento purificador, y de hecho si antes se quemaban en piras los cadáveres era para ayudarles a llegar a un más allá, habitualmente en las alturas. La Candelaria, según la fe cristiana simboliza la purificación de la Virgen María tras el alumbramiento de Cristo, y en muchos rincones del país se celebra en estos días, pero en Dos Torres, en el cordobés Valle de Los Pedroches, cobra un simbolismo especial.

Allí, en un municipio con apenas 2.500 habitantes, se celebra el día de la Virgen, a sabiendas de que el 3 de febrero es San Blas, Patrón del pueblo, con lo que la fiesta se prolonga con una procesión del santo por distintas calles de la localidad, que por estas fechas duplica la población.

Una jornada repleta de actividades, en la que sin duda destaca la gran pira nocturna en mitad de la Plaza de Las Villas, donde se queman al unísono 40 inmensos troncos de encinas regidas a lo largo del año en la dehesa y que han sido víctimas de la temible seca que acaba con su vida. En total, son unos 70.000 kilos de leña que ilumina, como si fuera una inmensa falla valenciana el cielo pedrocheño, catalogado como Reserva Starlight, además de los edificios que rodean una espacio repleto de gente.

La Candelaria en Dos Torres

"Antiguamente también se utilizaban muebles viejos y enseres de los vecinos para hacer la hoguera", explica a EFE el alcalde de Dos Torres, Manuel Torres (PP), una costumbre que aún hoy se mantiene en algunos rincones como símbolo de un cambio de vida eliminando el lastre de lo viejo para mirar adelante totalmente libre de cargas.

La de la Plaza no es la única hoguera que se practica en el pueblo, porque el Ayuntamiento suele dar permiso en hogares y asociaciones privadas o particulares para encender la suya propia. Y es que son tantos los visitantes que ahora vienen a contemplar el atávico espectáculo que literalmente no cabe ni un alfiler.

El simbolismo espiritual en una fiesta siempre viene acompañado de algo que satisfaga al cuerpo físico, porque eso son los seres humanos, un extraña mezcla de divinidad terrenal. De ahí que se organice al alimón una buena fiesta con la que entretener al personal. En este caso comienza con un mercado franco donde los visitantes pueden encontrar de todo.

Preparación de La Candelaria en Dos Torres

"Su origen es un mercado franco que puso en marcha el el siglo XVIII el señor de Santa Eufemia con la intención de atraer a Torrefranca a los habitantes de Torremilano, no teniendo que pagar impuestos", señala el regidor. ¿Y lo consiguió? No, "había demasiada rivalidad entre ambas torres, porque en Torremilano estaba los señores y no estaban interesados con mezclarse con el vulgo". A la postre se unieron, de ahñi el nombre de Dos Torres.

"En el mercado franco se venden sobre todo los dulces típicos de la zona, como los rosquillos o los piñonates, pero también se pueden encontrar lo que se suelen vender en los mercados medievales, porque muchos de ellos acaban aquí".

Para eso está también la XXIII Muestra Grastronómica de la zona, con exposición de platos propios del municipio y de la comarca, en los que no faltan los embutidos ibéricos, los pucheros, los cocidos, las migas tostadas con torreznos y otras delicias, entre las que se encuentran el ajo arrieros los jigotes (carne picada de ternera rehogada en manteca de cerdo) o la ternera mozárabe, y su venta tiene un carácter social, porque se destina a Cáritas o Manos Unidas.

Mapping de Dos Torres por la Candelaria

Ese taño el pueblo invitado es Hinojosa del Duque, que ha llevado al municipio vecino su cultura gastronómica y cultural, con una representación de 'La Vaquera de la Hinojosa', además de que se ha contado con exhibiciones de cetrería, talleres, música tradicional con jotas vallesanas, conciertos de folk, degustaciones, espectáculos, un desfile medieval y hasta un videomapping sobre la historia local.