VEGA DEL GUADALQUIVIR

Finalizan las obras de restauración del aljibe almohade de la Puerta del Sol en Palma del Río

El Ayuntamiento rehabilita además con el PFEA la zona interior de la muralla y la calle Presbítero José Rodríguez
El aljibe almohade de la Puerta del Sol en Palma del Río ya reformado
photo_camera El aljibe almohade de la Puerta del Sol en Palma del Río ya reformado

La dificultad de la intervención ha sido motivada en que gran parte de la misma no se podía prever con exactitud, debido a que inicialmente se encontraba soterrada y no se conocía el estado de conservación de la sala de aguas, tapada desde hace varias décadas, por lo que ha debido realizarse tanto por el arquitecto actuante, así como por la conservadora municipal y por la empresa adjudicataria, un gran trabajo de toma de decisiones 'in situ' y con un cierto margen de actuación para poder adaptar la obra a las circunstancias que han ido surgiendo.

Cabe recordar que el aljibe es un recurso arquitectónico para almacenar agua, por lo general potable. El modelo tradicional árabe es un recipiente total o parcialmente subterráneo, construido o labrado y cubierto por una bóveda de cañón o ligeramente apuntada o en cúpula de casquete, hecha de ladrillo. El agua acumulada suele proceder de la o de las acogidas del entorno canalizadas hasta él. Suele estar construido con ladrillos unidos con argamasa, con las paredes internas recubiertas de una mezcla de cal, arena, óxido de hierro, arcilla roja y resina de lentisco, para impedir filtraciones.

En este caso, está construido de piedra caliza y ladrillo, restaurados y limpiados, y cuenta con un aporte hídrico permanente por el nivel de la capa freática que lo circunda.

La intervención se inició con el desbroce del terreno, tras el que se pudo actuar sobre el forjado mediante el cual se cegó el aljibe hace décadas. Una vez localizado, señalizado y acotado el cerramiento horizontal se procedió a su demolición. A continuación, se procedió a la limpieza de la sala de aguas enterrada, de lodos, basuras y otros elementos que contenía la misma. Esa limpieza o vaciado se realizó con medios mecánicos y con medios manuales, sobre todo en la zona próxima al fondo de la sala de aguas.

En este punto se diagnosticó el estado de conservación de la sala inundada, tanto a nivel constructivo como a nivel arqueológico. En función de la observación, se tomaron las determinaciones oportunas, sin resultados ningunos a nivel arqueológico, y con resultados destacables sobre el grado de conservación constructivos.

Los elementos inicialmente visibles, la arcada y la bóveda de ladrillos cerámicos y sillares, ha sido restaurado, limpiado y tenido un tratamiento adecuado, con recomposición de elementos interesantes, consolidadas las estructuras existentes y de protección de elementos superficiales.

Se ha realizado un zuncho perimetral de consolidación del borde, y una pequeña solera para recibir el pavimento. Este elemento sirve de anclaje a la barandilla de protección y para recoger la sujeción de la reja horizontal de seguridad.

El pavimento perimetral es a base de piezas de granito 40x40 centímetros homólogas a las existentes en la misma calle con un encintado de adoquines de piedra, y se ha realizado la instalación de una iluminación decorativa, tanto interior como exterior, a base de focos de bajo consumo apropiados para la iluminación monumental cercana.