Arqueología

Hornachuelos deja de tener Castillo para contar con todo un recinto militar

Unos trabajos de arqueología han permitido el descubrimiento de una cámara nueva o de un artillero dentro de la propia torre, además han permitido entender la morfología del recinto

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El Ayuntamiento de Hornachuelos tiene sobre la mesa un proyecto de puesta en valor del recinto amurallado de la localidad y como fase previa se ha procedido a una intervención arqueológica previa. Javier Ariza, arqueólogo director de la intervención y responsable de la empresa Proarq Andalucía, ha explicado que ahora los trabajos se centran en la fase de análisis, estudio e interpretación para dar sentido a los resultados y hallazgos del trabajo en campo, y concretamente de las estructuras encontradas.

La obra física se ha desarrollado durante los pasados meses de diciembre y enero en el recinto amurallado de Hornachuelos y han consistido en la consolidación y la limpieza de los dos lienzos y la torre del castillo y resanar una intervención previa. Estos trabajos han permitido el descubrimiento de una cámara nueva o de un artillero dentro de la propia torre, además han permitido entender la morfología del recinto.

Hasta ahora, se creía saber que los orígenes de este recinto se dataron en el siglo X, si bien los vestigios que se conocen forma parte de una reforma de finales del siglo XIV de la que queda la muralla tal y como se ve hoy día. A partir de ahí, se ha localizado un muro de tipología constructiva distinta y que es probable que sea de una época anterior y por tanto cambiaría la historia del recinto, ya que dejaría de ser un castillo para pasar a ser un recinto militar que existió en muchos municipios como fase previa a la construcción de un castillo. De hecho, hay fuentes que ya han mencionado previamente esta posibilidad.

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La intención de los trabajos era localizar el cierre oeste del recinto, que es donde se ha encontrado el lienzo. Otro de los objetivos de la intervención era encontrar el suelo original de la plaza de armas, que se ha localizado en tres lugares diferentes con el mismo nivel de cotas pero asociados a muros. Incluso se han documentado dos muros que forman parte de la habitación de una casa dentro del recinto, cuya función aún se desconoce.

Uno de los hallazgos más curiosos de la intervención tiene que ver con el realizado en la limpieza de la cámara torre. Allí al documentarse el nivel de suelo original, en uno de los ventanucos que se había convertido en palomar con el paso del tiempo, se localizaba la base de esa ventana tras su limpieza. Se trata de una ventana desde la que se disparaba en caso de asalto a los que invadían a pie y en el suelo de ese apoyo de la ventana se encontró un frasco que está en fase de análisis.

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Existen dos posibles explicaciones para este frasco. La primera y más posible es que se trate de un recipiente para aceite o un perfume, pero también cabe la posibilidad de que contenga resto de veneno, lo que deja una historia más atractiva al poder tratarse de un frasquito de suicido para casos de asedio inmediato que se usaba para quitarse la vida antes que morir a manos del adversario.

El Ayuntamiento de Hornachuelos espera los resultados de unos informes que podrían cambiar la historia de Hornachuelos tal y como se conoce.

La fortaleza de Hornachuelos consta de dos unidades: El recinto amurallado y el Castillo. La evolución histórica de la fortaleza comienza en el periodo califal (siglo X). Posteriormente, en la Baja Edad Media sufriría varias reformas, alteraciones y adaptaciones a nuevos usos, hasta su total abandono y deterioro a partir de la época Moderna.

Materiales para construcción

Una vez perdido el carácter defensivo tras la Conquista de Granada, la utilización de sus materiales para la construcción de parte del caserío y la falta de reparación de los lienzos deteriorados han hecho que hoy en día tan sólo se conserve parte del recinto amurallado y del Castillo.

De las murallas que protegieron la Madinat de Hornachuelos únicamente se conservan cuatro torres y algunos tramos de lienzos dispersos. En una vivienda de la Plazuela del Horno se localizan los restos de una de estas torres, de planta circular y realizada en mampostería trabada con cal. Seguramente, esta torre estaría defendiendo una de las entradas al recinto amurallado por la Puerta de la Villa. Al suroeste del recinto amurallado se encuentra la segunda torre de planta cuadrangular. La tercera torre conservada está al sur de la Calle Mirador, de planta semicircular y cimentada en la roca natural. La cuarta se ubica al pie del Colegio Victoria Diez, también de planta semicircular. Otro de los accesos al interior del recinto amurallado podría estar en el denominado Postigo del Ahechadero, desde aquí hasta la Plaza del Mirador y desde este hacía la Puerta de la Villa por la Calle de la Palma iría el trazado de la muralla. El Postigo del Ahechadero.

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En el sector meridional los tramos de muralla conservados son más numerosos, desde el mencionado postigo, al norte y sur de la torre semicircular, se observa un muro cimentado en la roca natural, con zócalo de mampostería y alzado de tapial. El siguiente tramo visible une la torre cuadrada con el lienzo conservado al pie del colegio, aunque la construcción de la carretera de acceso al interior del pueblo lo ha destruido parcialmente. Sin embargo, el tramo mejor conservado está al pie del Colegio que cierra el recinto amurallado por el sur hacia la tercera torre semicircular. Por las curvas de nivel, ya que no queda ningún resto de lienzo, la muralla continuaría por el colegio hasta el Postigo de los Ángeles (por el topónimo podría ser la tercera puerta de la muralla), continuaría el trazado a través de las traseras de las viviendas de la calle Béjar, Antonio Machado, Paseo Blas Infante y Manuel de Falla hasta alcanzar con la fortaleza en la calle La Quinta.

A principios de siglo XXI se realizó una excavación arqueológica centrada en el recinto del castillo que documentó una primera fase islámica califal y una fase tardo-islámica del siglo XII en el sector sureste, donde se ubican la torre del homenaje y acceso principal.

El extremo noroeste del recinto lo cierra el Castillo. Conserva prácticamente completa su mitad oriental. Se trata de un edificio con planta cuadrangular, flanqueado por torres macizas cuadradas en las esquinas y provisto de torres en el centro de cada lienzo. Construido en mampostería regularizada, reforzada con sillarejos en las esquinas de las torres, y trabadas con mortero de cal. La única torre que se conserva íntegramente es la del Homenaje, con dos pequeñas cámaras superpuestas cubiertas por cúpulas, hoy muy dañadas. Se accedería desde el nivel del adarve y desde la Plaza de Armas a través de un vano abierto en altura. El resto de muros se encuentran ocultos por las casas adosadas.

El ancho de estos es de 2,60 metros, apreciándose en el adarve, aspilleras y restos de merlones prismáticos. Destaca el aljibe construido en el centro del patio de armas. Los alzados que hoy podemos observar corresponden a su última fase constructiva durante el periodo Bajomedieval (siglo XIV), aunque hacia la segunda mitad del siglo XV se introducen una serie de elementos defensivos novedosos como son el antemuro y los merlones con troneras de cruz y orbe.

Muralla y Castillo de Hornachuelos