En la tarde del pasado sábado, día 16, Lucía y Celia, dos niñas lucentinas, estaban mirando por el balcón de su piso cuando vieron una cría de avión común aleteando en un agujero de la fachada de enfrente. De hecho, estuvieron dos horas pendientes del pajarito para ver si conseguía salir sin éxito.
Por esa razón, un tanto angustiadas, avisaron a su madre, pero ante la imposibilidad de acceder a la fachada del edificio, les dijo que no se podía hacer nada. Pero las niñas no se resignaban a dejar al pájaro morir y su madre les contestó que sólo los bomberos podrían llegar hasta allí. En cualquier caso, la mujer les advirtió de que los profesionales no suelen acudir a un caso como éste. La insistencia de las dos hermanas obligó a su madre a llamar al parque comarcal.
Vehículo con escala
La respuesta de los bomberos fue la inicial que ella misma sospechaba. Entre otras cuestiones, porque era sábado y el problema era que tenían que movilizar a compañeros que estaban de descanso, aunque la situación no estaba del todo perdida. De hecho, 18 minutos después las niñas comprobaron con inmensa alegría la llegada por la calle un camión escala y otro vehículo ligero de los bomberos. Al llegar, desplegaron la escala y rescataron, con total profesionalidad, al pájaro que tenía una pata atrapada.
Posteriormente, las niñas acompañadas de su madre, fueron hasta el Hospital Veterinario de Puente Genil para que curaran al ave herida, y, tras practicarle una pequeña revisión, comprobaron que había perdido parte de su extremidad. Aún así, el ave a la mañana siguiente, tras alimentarlo, echó a volar y las niñas afirmaron sentirme muy bien por haberlo salvado, aunque también algo tristes por la fuga de su protegido.
