ASOCIACIÓN UNIFICADA DE GUARDIAS CIVILES

AUGC avisa que crecen los delitos en la demarcación provincial de la Guardia Civil pero no la plantilla

La criminalidad en las localidades competencia de la Guardia Civil se ha incrementado muy por encima de la media, mientras que apenas se pueden sacar patrullas a la calle por la escasez de agentes
Agente de la Guardia Civil
photo_camera Agente de la Guardia Civil

Según el balance publicado por el Ministerio del Interior, la criminalidad en la provincia de Córdoba se ha incrementado un 26,9% en el primer semestre de 2022 respecto al mismo período del año anterior, por lo que es la segunda provincia andaluza con mayor crecimiento, por detrás solo de Cádiz, y por encima del aumento andaluz del 25,1% y nacional del 25,7%.

Pero la situación es aún mucho peor en el ámbito competencial de la Guardia Civil, porque se supera con creces ese incremento provincial. Mientras que en los tres municipios bajo competencia de la Policía Nacional el índice delictivo es similar a la media –Córdoba y Lucena incluso por debajo, y Cabra apenas un punto por encima–, sin embargo en las localidades asignadas a la Guardia Civil el aumento de las infracciones penales es superior al 36%.

El mayor incremento se ha dado en Priego de Córdoba con un 53,9%, pero no mucho mejor es la situación en Puente Genil con un 39,7% y Montilla con un 38,9%, solo Palma del Río baja de la media provincial con un 12,9%. Y el aumento de la criminalidad podría ser aún mayor si se incluyeran los datos de toda la provincia, pero solo se publica la estadística de las localidades con más de 20.000 habitantes, precisamente donde más agentes hay.

Estos datos vienen a dar la razón una vez más a lo que AUGC lleva muchos años denunciando, que el endémico déficit de guardias civiles en la provincia de Córdoba afecta gravemente a la seguridad de la ciudadanía. A pesar de los esfuerzos de los agentes para intentar paliar las carencias de personal con su profesionalidad y compromiso, lo cierto es que los datos estadísticos demuestran que cuanto menores son las plantillas policiales mayores son los índices de criminalidad.

No es casual que se haya incrementado más la delincuencia en el ámbito competencial de la Guardia Civil que en el de la Policía Nacional, porque como AUGC ha denunciado recientemente, desde 2019 Interior ha ido paliando en parte la pérdida de efectivos de los cuerpos de seguridad estatales experimentada durante los siete años anteriores, pero mientras que en la Policía Nacional ese déficit ha sido cubierto en un 93,3% –Marlaska ha reforzado con 6.173 agentes los 6.619 perdidos durante el mandato de Rajoy–, sin embargo en la Guardia Civil la cobertura no ha llegado ni a la mitad con un 48,2% –incremento de 2.276 efectivos tras perder 4.720–.

Es constante la discriminación del Ministerio del Interior hacia los guardias civiles, porque del gobierno Rajoy aún se acumula un déficit del 51,7% en la plantilla y, pese a ello, Marlaska aprobó este año una oferta de empleo público mayor para la Policía Nacional. De hecho, desde hace siete años no se convocaban tan pocas plazas de ingreso directo para la escala de cabos y guardias.

El resultado lógico es que haya aumentado la criminalidad en mayor medida en municipios donde apenas se pueden sacar patrullas a la calle, especialmente ahora en verano, cuando incluso los Puestos Principales de esas localidades con más de 20.000 habitantes están viviendo situaciones caóticas debido a la escasez de guardias civiles: patrullas formadas por efectivos de distintas poblaciones, incremento del tiempo de respuesta ante requerimientos urgentes, patrullas que no pueden realizar vigilancias por tener que desplazarse continuamente, y desempeño de cometidos de distintas áreas funcionales simultáneamente.

Y no es casual tampoco que en la demarcación de la Guardia Civil hayan crecido más precisamente las tipologías delictivas que están directamente relacionadas con la escasa presencia policial y la insuficiente vigilancia: los robos con fuerza en domicilios han aumentado un 52,5%, los robos con fuerza en todo tipo de instalaciones han subido un 44,4%, los hurtos un 34,8%, los robos con violencia e intimidación un 22,2%, los delitos de lesiones y riña tumultuaria un 50%. Especialmente preocupante es que los delitos contra la libertad e indemnidad sexual hayan crecido un 40%, y un 200% las tentativas de homicidios y asesinatos.

No es de extrañar que Córdoba sea la segunda provincia andaluza con mayor incremento de la criminalidad, siendo la que cuenta con la menor plantilla de guardias civiles, a pesar de ser la segunda en extensión territorial con una superficie de casi 14.000 kilómetros cuadrados, superada solo por Sevilla, y tener más habitantes que Jaén, Huelva y Almería.