Distrito Poniente Norte

Carmen Zafra, la 'Mamá Noel' de unos barrios muy necesitados de suerte

Repartió ella solita más de 1,6 millones de euros entre Miralbaida, Las Palmeras y Parque Azahara, su barrio 

Carmen Zafra con Manuel, uno de los agraciados
photo_camera Carmen Zafra con Manuel Motiño, uno de los agraciados
Carmen Zafra es una mujer de 55 años de sonrisa amable, guapa y simpática a rabiar. Ella es la 'culpable' de haber repartido ayer por la noche 1.645.000 euros entre vecinos de Miralbaida, Azahara y Las Palmeras con el número premiado ayer, miércoles, que fue el 30.925, "aunque me han llegado a llamar desde Alcolea también para felicitarme".

Tenía dos ristras para un total de 55 números "y he devuelto ocho". Todo lo demás ha caído en unos barrios obreros y muy necesitados de que se les adelantara la Navidad. Como así ha sido. Vendió 47 cupones (un cliente se llevó 10 de golpe, por aquello de que el corazón da un vuelco y te llama). Otros 10, que ella recuerde, se fueron a Las Palmeras, "donde también hace mucha falta", en Miralbaida cayeron 13 vendidos en una droguería y el resto, 14, se repartieron a cuentagotas en su barrio de Parque Azahara.

Son sobre todo vecinos que acuden al centro de salud y aprovechan para llevarse un cupón, "pensando siempre en ayudar a los hijos, que lo están pasando mal, o terminar de pagar el coche o algo del piso", señala Carmen, madre de dos hijos, uno de 19 y otro de 30, por lo que sabe de lo que está hablando.

La llamaron ayer por la noche y se puso tan nerviosa que comenzó a dar vueltas por la casa en su silla de ruedas con el teléfono en la mano, porque empezaron a llover las llamadas de felicitaciones, ya que es muy conocida en el barrio, diciendo todo el rato "¡Ay, por Dios!".

Es toda una veterana en el reparto de premios, porque en sus 16 años de vendedora de cupones ha entregado ya seis premios importantes e innumerables pequeños y del Rasca. No es de extrañar que este la consideran lau Mamá Noel particular del barrio y así estaba hoy totalmente rodeada de gente que se le acercaba para darle las gracias o felicitarla. "Alguna vez incluso dan propina y todo, pero yo soy feliz con ver a tantísima gente con la suerte de cara", dice sin perder la sonrisa, ni siquiera cuando fuma.

Manuel Motiño es uno de los afortunados que adquirió un cupón, es decir 35.000 euros para el bolsillo. "Da para un pellizquillo para la casa, que hace falta, porque estamos mal económicamente y viviendo de hacer rifas, y ¡mira! Hemos tenido esa suerte".

Una de las agraciadas junto con su hija

No es que no esté contento, pero es realista con su suerte. Hay que vivir más allá delo que pueda durar ese dinero. "Me alegro porque ha tocado en un barrio obrero y me da una alegría muy repartido, porque conozco a muchos del barrio que les ha tocado y esta mujer -está al lado de Carmen Zafra- tiene el don de repartir suerte".

Él también se enteró anoche, cuando su mujer fue a comprobar los números de la ONCE para la rifa de un jamón. "El cupón estaba allí y le dije, porque tenía el pálpito, que mirara bien y dejó hasta de comer de la impresión".

El caso de Carmen Martos (en la imagen de arriba, junto a su hija) es similar. Estaba ya acostada cuando su hija, que trabaja en el bar próximo a donde Carmen Zafra establece su cuartel de venta callejero, la llamó, porque a su vez la vendedora la había llamado a ella antes. "Yo me quedé como estaba, pero mi marido sí se levantó y fue a comprobar que el número seguía en mi bolso". Todavía lo tiene él porque no ha ido a cobrarlo.

En esta ocasión, Carmen es de las que compra a diario un cupón a armen, pero siempre acabado en 13 o 30. Pero ayer cuando iba a adquirirlos un hombre, el propietario de un quiosco del parque que esta mañana seguía cerrado bien enredo el día (señal de celebración segura), pidió a la vendedora que le diera el 25, porque algo le decía que iba a tocar. "Así que yo romo mis reglas y lo compré también". Una decisión de la que no se arrepiente de ninguna manera.