El sector turístico español ha registrado unas excelentes cifras en la campaña de Semana Santa, que en Córdoba se ha llegado, incluso, a calificar de “sin precedentes” por parte de la patronal, y se prepara ahora para gestionar la llegada masiva de visitantes el próximo verano, tanto para la costa como para el interior, y más teniendo en cuenta que en Andalucía ambos se complementan a la perfección desde que comenzó a funcionar la Alta Velocidad entre las capitales cordobesa y malagueña.
Son varios los factores que hacen pensar en el 'verano de oro' que se avecina. En primer lugar, la demanda interna se ha recuperado tras años de estancamiento durante la crisis. Al mismo tiempo, las dificultades políticas que tienen los mercados competidores, especialmente los del norte de África, merman sus posibilidades como atractivo turístico en favor de España. La tercera base de esa recuperación es que los tradicionales países emisores de visitantes a España han experimentado una mejoría macroeconómica, y eso también se va a notar. Pero antes, ese tirón se verá claramente durante la primavera cordobesa, donde se registra la verdadera temporada alta, con unas previsiones del 90% de ocupación.
Las fuentes del sector hotelero consultadas por Córdoba Hoy han sido determinantes al respecto. La desaparición coyuntural de competidores directos, como eran los casos de Túnez, Egipto o, incluso, Turquía, está haciendo que los touroperadores dirijan a sus clientes hacia el destino España, con lo que podría producirse un serio problema para el turista español al encontrarse este verano sin sus habituales plazas veraniegas.
Riesgo de 'todo completo'
Y es que en esta ocasión, al hecho de que a medida que se aproximan las fechas los precios de los paquetes van en aumento, se le une la complicación de que ya hay agencias que están gestionando viajes hacia España para clientes suyos rusos, ingleses y alemanes que están pagando un 10% más de lo que se abonó en 2015 sólo para garantizar la reserva. Por contra, la costumbre española sigue siendo dejar la búsqueda para última hora, y eso es contraproducente. Lo advierten las mismas fuentes: "No recomendamos este verano esperar mucho a hacer las reservas, porque los españoles se pueden llevar la desagradable sorpresa de encontrarse con todo ocupado".
La disponibilidad de plazas para el turismo nacional es el gran reto al que se enfrenta el sector
El fenómeno veraniego que esperan como agua de mayo los negocios que se dedican al turismo ya se ha empezado a notar durante la pasada Semana Santa, que también vino acompañada de un clima benigno. En esa época se habían acelerado también las reservas y se alcanzó un nada desdeñable 80% de ocupación a nivel general, un 10% más de lo que se registró en 2015 y para la Confederación Española de Agencias de Viajes supuso un motivo más para estar "plenamente satisfechos".
Así, en la Costa del Sol, un destino que afecta directamente a Córdoba, tanto por el intercambio turístico que se produce entre ambas provincia, como por el hecho de que esas playas son las elegidas por buena parte de los cordobeses para pasar sus vacaciones de verano, la ocupación en la Semana de Pasión alcanzó el 82%, un incremento del 2% respecto de 2015, Según la Asociación de Empresarios Hoteleros AEHCOS, sólo la capital malagueña fue la ciudad mas demandada de la zona, con un 95% de ocupación, gracias al esfuerzo realizado para destacar como destino cultural y de ocio.
Y no sólo se ha notado en los considerados establecimientos oficiales, como hoteles o apartamentos turísticos. También los cámpings notaron ese tirón, según indicó, por su parte, la patronal de este sector, la Federación Española de Empresarios de Cámping (Feec). En palabras suyas, la pasada Semana Santa se recordará como la de la “recuperación definitiva“, con una ocupación media que llegó al 90% en Andalucía.
