El IES Maimónides de Córdoba ha sido el escenario para acoger una mesa redonda, organizada por el sindicato Ustea, en la que profesoras, organizaciones de mujeres, madres y alumnas han debatido en torno al mal llamado pin parental y cómo combatirlo desde las aulas.
Lola Aguayo, de Ustea, ha inaugurado la mesa presentando la 'Guía de actuación contra el pin parental' que el sindicato ha elaborado como una herramienta para el profesorado y los centros que permite seguir desarrollando el currículum, según marca la legislación y eludiendo posibles trabas al desarrollo de la labor docente.
Seguidamente, la investigadora y escritora Pura Sánchez ha analizado el pin parental como "una estrategia de la extrema derecha para marcar la agenda mediática y tratar de ocultar su irrelevancia y falta de propuestas en todo lo tocante a política educativa". En su opinión, la propuesta de pin parental tiene como objetivo "sembrar la desconfianza en el profesorado y deslegitimar la escuela pública". La escuela pública "es libre, es diversa y el único adoctrinamiento que tiene lugar en sus aulas se produce durante las clases de religión", ha dicho para cerrar su intervención.
Esperanza Cordón, representante de las familias, ha transmitido el temor que recorre los grupos de whatsapp de madres y padres de que la mera amenaza del veto parental produzca parálisis en el profesorado que tema afrontar temas controvertidos e incluso llegue a afectar a los contenidos curriculares de las diferentes materias. "Frente a esto -ha planteado- las familias deben ser las principales aliadas de los centros educativos".
Desde la Plataforma Nosotras Decidimos, Mabel Liquiñano ha defendido el derecho de los niños y niñas a ser educados en derechos humanos e igualdad, como reconocen convenios internacionales, frente a quienes enarbolan un supuesto derecho de los padres. Ha puesto también sobre la mesa convenios y recomendaciones internacionales.
Como voz de los alumnos y alumnas, Alicia Valverde, estudiante de cuarto de ESO, ha leído un texto elaborado junto a sus compañeros y compañeras, en el que se reivindica su derecho a ser educados en igualdad y libertad. "¿Por qué necesitamos una autorización para asistir a actividades sobre diversidad sexual y no sobre cualquier otro tema?", se ha cuestionado.
Para cerrar la mesa, Sandra Serrano, profesora, ha alertado de que el pin parental se ha sacado al debate público a pocas semanas de la apertura del plazo de escolarización, con el objetivo de persuadir a las familias de que matriculen a sus hijos e hijas en colegios concertados.
