EFEMÉRIDES

Tal día como hoy pero de 1872 se inauguraba (o reinauguraba) la ermita del Pretorio

Este pequeño monumento está ligado a figuras o hechos de la historia de la ciudad se diría que de forma inversamente proporcional a su tamaño
Ermita del Pretorio en los años 60
photo_camera Ermita del Pretorio en los años 60

Hace unas semanas se generó cierta controversia por el cambio de nombre de una zona de Córdoba. Llanos de Pretorio pasaba por la decisión del pleno del Ayuntamiento a ser conocida como Plaza de España. Esto indignó a a muchos ciudadanos. Unos por apego a la denominación tradicional. Otros por no apreciar la de su propio país. Y así una nueva discusión se añadía a la que parece surgir cada vez que se toca el rótulo o señal que preside desde avenidas a plaza y que indistintamente apoya a una u otra opción, cuando no la de en medio.

Los llanos así conocidos los son por la ermita que ahora está entre la esquina que hace el muro de los aparcamientos de la Diputación y uno de los parque infantiles del vial. Muchos cordobeses recordarán que antes estaba situada pegada a ese muro de los aparcamientos, muy cerca de donde ahora se sitúa el monolito a las dos policías municipales asesinadas en los años noventa, lugar conocido como acera de Guerrita.

Si algo caracteriza a esta ermita es que, recordando la célebre coletilla del ya fallecido humorista Chiquito de la Calzada, se mueve más que los precios. 

Primero estuvo a unos metros de donde está actualmente, como se puede comprobar en el plano que aparece en el blog Notas Cordobesas. La ermita quedaba situada en el desaparecido callejón de los toros, formado entonces por las instalaciones del ferrocarril en lo que hoy es el barrio de Huerta de la Reina. Allí se rendía culto a un Ecce Homo que representaba a Jesús en el Pretorio romano. El lugar era frecuentado para sus plegarias por los piconeros que iban a trabajar a la sierra y por los toreros que solicitaban protección ante una inminente corrida.

El mal estado del muro al que estaba adosada, que se agrietó, hizo que a su vez la ermita quedase enormemente dañada. Parece ser que este hecho se produjo por el allanamiento del terreno justo detrás del muro para instalar las vía del tren con la llegada del ferrocarril a la ciudad.

 La imagen se trasladó mientras tanto a San Miguel. Sin embargo era tal la devoción que los vecinos solicitan que el Ecce Homo vuelva a su lugar. Aquí ya las diversas fuentes hablan de reconstrucción o de nueva construcción. El que escribe estas líneas ha sido incapaz de encontrar la razón de esta divergencia, pues sin lugar a dudas hay una nueva planificación, por lo que posiblemente no se utilizasen materiales de la ermita derruida y ese vocablo, "reconstrucción", se ciña a su significado de volver a construir pero evocando el recuerdo o ideas del aspecto anterior que tuvo.

Para 1867 empiezan las obras, pero pronto el dinero se acaba. Una colecta popular junto a una corrida organizada por el afamado 'Lagartijo' consiguen reunir los fondos adecuados. 

Tal día como hoy, pero de 1872, el obispo Juan Alfonso de Albuquerque y el alcalde Agustín Fuentes, presiden el acto de inauguración o, si se prefiere, reinauguración. La ermita quedó al cuidado de una tía de Lagartijo, heredó esa función su hija y luego su nieta. Más tarde un matrimonio y ahora particulares.

Años después pasó a su situación actual debido a que las obras de soterramiento de las vías que daban origen al Paseo de Córdoba la dejaban "acogotada" entre la Diputación y la carretera.

Resulta curioso que un monumento pequeño y modesto esté tan vinculado a figuras o hechos tan relevantes para la ciudad: toreros, piconeros, la llegada del tren y su posterior soterramiento o la triste muerte de las recordadas policías.