MEDIO AMBIENTE EN LA CAPITAL

Sadeco aplicará un sistema novedoso de control de palomas con palomares y depredadores naturales

Este proyecto tiene un horizonte temporal de cinco años, hasta 2028, aunque la instalación y mejora de palomares estará rematada a finales de 2025
Palomas en Córdoba
photo_camera Palomas en Córdoba

La colaboración entre Sadeco y la Universidad de Córdoba (UCO) ha permitido la elaboración de un complejo método para el control de las palomas en la capital cordobesa a medio plazo, entre 2023 y 2028, que incluye desde los métodos tradicionales de capturas de ejemplares, hasta la reordenación de la población de estas aves mediante palomares repartidos por la ciudad o la reintroducción de sus depredadores naturales, como son los halcones peregrinos o los búhos reales.

Así lo han dado a conocer esta mañana la presidenta de la empresa pública municipal, Isabel Albás (PP), y el científico, investigador y profesor de la UCO Alberto Redondo, quienes han querido dejar claro que la idea principal no es la extinción de estos pájaros, a los que reconocen como un problema en potencia, sino el reequilibrio poblacional y sostenible, de modo que dejen de ser un fastidio para la vecindad y el patrimonio y un foco de insalubridad en muchas ocasiones.

Alberto Redondo e Isabel Albás presentan el proyecto de control de palomas hasta 2028
Alberto Redondo e Isabel Albás presentan el proyecto de control de palomas hasta 2028

Según han explicado ambos, antiguamente en las urbes había palomares que servían para asentar a las aves a un lugar determinado y éstas servían, además de alimento de modo que el control poblacional mantenía un equilibrio. Hoy en día eso se ha perdido y concretamente en la capital cordobesa únicamente hay tres palomares, de los que sólo el del Parque Zoológico funciona correctamente ejerciendo su función, cosa que no ocurre con los de Fray Albino y de los Jardines de la Agricultura.

Por tanto, una parte del proyecto es mejorar los que ya hay, "de modo que sean confortables y atractivos para las palomas", además de construir varios más, hasta siete (en Parque Cruz Conde, Jardines de Miraflores y Jardines de La Victoria) e instalar uno más de gran tamaño, al estilo castellano, en una zona de la Campiña al Sur, alejada de la ciudad. De este modo, las aves que ahora se desplazan hasta allí para alimentarse optarían por quedarse en el lugar y no regresar a la ciudad.

Zona de esparcimiento canino de Fray Albino
Palomar en el interior de la zona de esparcimiento canino de Fray Albino

El profesor Redondo ha dejado claro que, en contra de lo que pudiera pensarse, un palomar útil y bien ejecutados no aumenta la población de aves, sino que las controla tanto sanitariamente como a nivel poblacional. Y uno de los sistemas que se pueden aplicar allí es sustituir los huevos de las puestas por huevos artificiales, de modo que el número se equilibraría.

Los cálculos indican que para finales de 2025 estarían ya ejecutados todos los palomares necesarios que faltan y también se habrían adaptado los que ya hay para este proyecto de control sostenible de palomas, que, por cierto, es "absolutamente innovador", en palabras de Albás, porque no se ha aplicado en ningún otro sitio.

Uno de los búhos reales liberados en los Villares
Ejemplar de búho real liberado en Los Villares, en una imagen de archivo

A esto se le añade la reintroducción de sus depredadores naturales en zonas de la capital mediante pollos de halcones peregrinos y búhos reales, que consumen palomas y que pueden volver a generar parte de ese equilibrio. Igualmente se seguirían aplicando los sistemas tradicionales e capturas de ejemplares, llegando a un acuerdo con esas empresas para que esas aves sirvan bien de entrenamiento para rapaces o bien para alimentación de otras aves en cautividad.

Preguntado por la cantidad de palomas 'sobrantes' en la capital para que dejen de ser un problema para vecinos y vecinas y para el patrimonio, el profesor Redondo ha asegurado que no se trata de un simple problema de cifras, ya que hay sitios donde dos palomas "pueden ser un problema terrible" y otros donde 500 no causan ningún contratiempo. Por tanto, "los problemas no son por el número, sino por el sitio en el que están y por la problemática que generan".

En cualquier caso, no hay un censo definitivo de estas aves en la capital, ya que la detectabilidad es bastante baja, si bien se cifran en "miles de ejemplares", y es más efectiva la atención a llamadas de ciudadanos, que se calculan entre tres y cinco avisos semanales (entre 158 y 260 al año), y su evolución para detectar la medida real de un problema.