NAVIDAD

El roscón de Reyes, un dulce tradicional que se resiste a modernizarse

Las pastelerías cordobesas venderán miles estos días
Carmen y Tamara López mostrando roscones en la pastelería Savoy de República Argentina
photo_camera Carmen y Tamara López mostrando roscones en la pastelería Savoy de República Argentina

El roscón de reyes es uno de esos dulces que si bien cuentan con ciertas variantes, no se despegan del todo de la tradición. ¿Por qué? Tienen que contentar a muchas personas distintas de la familia y de todas las edades, desde el niño que busca el regalo escondido hasta la persona mayor que hizo lo propio en su infancia. Así lo ha comprobado este periódico un año más. Los sabores y posibilidades suelen ser parecidos. Se aplica la conocida máxima: los experimentos con gaseosa. El roscón no se toca. O si se toca...se toca lo justo.

La conocidas pastelerías Roldán venden nada más y nada menos que 14.000 roscones, la mayoría en la capital cordobesa, aunque también tienen tiendas en Almodóvar del Río y Albacete. Tienen cuatro opciones, esto es: trufa, nata, crema y sin lactosa. A su vez hay otras dos opciones en cuanto a tamaño: 14 raciones y 20 raciones. Dentro la tradicional haba o figuritas conocidas por los niños. Pero también un llavero que hace la propia pastelería y en el centro una bola grande con peluches dentro, como nos indica la responsable de márketing, Laura Ortega.

Tenemos que recordar que aquel que se encuentre la haba tiene que pagar el roscón. Además si se coloca en la cartera trae buena suerte. Hay variante con respecto a esta costumbre. Se dice que en el siglo XIV, en el Reino de Navarra, se coronaba Rey del Faba al niño que la encontraba. En algunos lugares de Hispanoamérica el que se encuentra la legumbre tiene que llevar tamales (otro dulce) a una comida del 2 de febrero, cuando se celebra la Candelaria. Hay países donde en lugar de haba hay una figurilla de un rey, y simbólicamente se corona como rey a la persona que lo halla en señal de buena fortuna.

No todo el mundo pone el haba. Sí lo hacen en la pastelería Ángel Salazar, en la Avenida de Barcelona, donde su responsable, Fernando Salazar, nos desgrana las variedades, muy parecidas como veremos en casi todos los casos: nata, crema, chocolate, merengue y trufa. Y junto a ellos sin azúcar y sin lactosa.

El Horno de la Cruz puede llegar a vender cerca de dos mil roscones. Los más vendidos son los de nata y crema. Una de sus responsables, Lola Jiménez, nos explica que excepcionalmente hacen el de trufa y tienen además otro con cobertura de chocolate. Dentro tienen sobre todo muñequitos de personajes infantiles. Tienen tres tamaños, pequeño mediano y grande, a 12, 17 y 21 euros.

Savoy es otra cafetería y pastelería clásica en Córdoba. Carmen y Tamara López (en la foto) nos cuentan que hay de nata, crema, trufa, crema de chocolate, cifra y sin relleno. Los clientes piden sobre todo el de nata y crema con cidra. Los tamaños pequeño, mediano y grande oscilan, según los ingredientes, entre 12-14, 18-21 y 23-25. Dentro de ellos de nuevo figuritas con personajes conocidos por los niños.