MEDIO AMBIENTE

¿Por qué caen por el temporal árboles que ni son viejos ni están enfermos?

La Plataforma en Defensa del Árbol explica que los problemas de enraizamiento y otros son factores hacen que caigan ejemplares que en principio deberían soportar este tipo de borrascas
Palmera 1
photo_camera Una palmera quebrada por el vendaval en pleno centro de Córdoba

La Plataforma de Defensa del Árbol en Córdoba, ante la caída y tala de numerosos ejemplares durante los pasados días de lluvia y viento, cree necesario que se tengan en cuenta algunos factores con respecto a los protocolos de actuación de los bomberos y emergencias en el pasado temporal pensando en la posibilidad de los venideros. En este sentido, y en un documento remitido a este periódico, la plataforma indica que "cortar como única medida puede incluso ser perjudicial en algunos casos, pues las raíces de unos y otros árboles pueden forman redes de apoyo y sustento comunes, por lo que creemos que los árboles deben ser tratados y cuidados previamente según su edad y porte, la singularidad del árbol y la zona donde se encuentre".

Los miembros de este colectivo reconocen que no tienen una postura concreta sobre los protocolos de actuación de los bomberos en estos casos y que entienden que ha de prevalecer la seguridad de los ciudadanos, pues "un árbol se puede talar si existe riesgo para la ciudadanía". La plataforma ve adecuado que ante las urgencias por temporales y vendavales se acordone la zona y si tiene una inclinación acusada se proceda a la tala.

ARBO.

El documento remitido por la plataforma hace un repaso por las causas de estas caídas, pues no es sólo el viento la única razón:  "Los árboles urbanos de Córdoba no  suelen ser ejemplares viejos o enfermos, no es éste el problema casi nunca. ¿Entonces por qué se caen? El problema está casi siempre en su enraizamiento. El tamaño de los alcorques es de vital importancia para la buena salud del árbol y que sus raíces puedan enraizarse mejor, es decir agarrarse y asegurarse mejor al suelo evitando su caída por vientos o movimientos bruscos. Otro problema que puede afectarle es que se haya plantado en suelos poco profundos y con cargas de tuberías o cableados que también le impide agarrarse en condiciones. Por supuesto el tema del riego es necesario para  desarrollar un buen anclaje o bien que no esté en un terreno donde el agua subterránea cause problemas".

El colectivo resalta también la importancia de que las raíces estén sanas, algo relacionado con las podas con las que cuenta el árbol en vida: "Las malas podas, las que se hacen fuera de temporada, las que deja sólo los troncos viejos o los cortes horizontales sin protección en la herida y sin caída ninguna donde el agua puede estancarse y pudrir el tronco hace que el árbol se debilite y que ráfagas de viento, exceso de lluvia o temporales como Elsa e incluso más leves, sean un peligro para el arbolado urbano y para las personas. 

La plataforma indica que las podas salvajes les quitan estabilidad a los árboles y entonces se corre el riesgo de caídas en caso de viento: "Si los podaran con respeto el árbol no perdería estabilidad y aunque siempre habría que revisarlo en caso de viento no necesariamente habría que talarlos. Una vez más el personal técnico nos demuestra que lo fácil es cortar el problema de raíz. Esto no es protocolo, es falta de voluntad y protección de nuestros árboles, creando un grave problema como es la deforestación urbana y haciendo ver a la ciudadanía que los árboles son un estorbo y un peligro, cuando no lo son. Pero la alarma se crea y se mantiene fácilmente".

En ese sentido, la Plataforma en Defensa del Árbol realiza un símil: "No podemos decir que las casas sean un peligro cuando se cae una cornisa. Ni que los automóviles sean un peligro cuando hay un accidente. No podemos decir acabemos con todas las  casa y todos los automóviles. Sin embargo a la menor señal señalemos al árbol de peligroso y molesto y le sentenciamos tan tranquilamente". 

Los miembros de este colectivo hacen referencia también a una técnica de poda en concreto, el refaldado o refaldeo, que consiste en podar o aclarar las ramas bajas para dar la sensación de elevar la copa. Esto provoca descompensaciones de peso al adquirir mucho porte la copa y ante vientos fuertes puede provocar caídas. Como ejemplo el texto habla de la falsa acacia.

Para la plataforma, lo que hay que potenciar no son tanto los protocolos sino la buena formación, y la gestión adecuada de las técnicas arbóreas en tiempo y forma.