TEATRO

'El pintor de batallas', de Pérez-Reverte, llega el sábado al Gran Teatro interpretada por Jordi Rebellón y Alberto Jiménez 

Antonio Álamo firma la adaptación y la dirección del montaje

Gran Teatro
photo_camera Un momento de la representación teatral

El Gran Teatro de Córdoba acoge mañana sábado (20:30 horas) El pintor de batallas, un espectáculo basado en la novela homónima de Arturo Pérez-Reverte, que por primera vez ha cedido para el teatro los derechos de una de sus novelas. La adaptación del texto y la dirección de escena son del cordobés Antonio Álamo. El montaje enfrenta en el escenario a dos sólidos intérpretes, Jordi Rebellón y Alberto Jiménez, que realizan un impecable y brillante trabajo, según ha destacado la crítica. Sobre las tablas dan vida a los dos personajes de la novela: el pintor y fotógrafo de guerra Faulques y el superviviente de la guerra de los Balcanes Ivo Markovic, retratado por el primero durante el asedio de la ciudad de Vukovar.

Estrenada este mes de octubre en el Teatro Calderón de Valladolid, El pintor de batallas no es sólo una obra sobre las guerras, sino un abanico de temas interconectados que se despliega en un duelo a vida o muerte entre los dos hombres: las heridas morales que la guerra deja en el ser humano, la pintura y la fotografía, la experiencia y su recuerdo, el silenciado dolor de las víctimas, la impasibilidad de los testigos,  el papel de los verdugos, el amor y su pérdida o las complejas y matemáticas combinaciones del tiempo y el azar. 

Para Antonio Álamo, el espectáculo “pone ante nuestros ojos una serie de dilemas morales casi irresolubles”. Se trata, destaca el director, de una obra en la que la guerra es el trasfondo, la excusa para hablar de temas que atañen a todo ser humano, sobre todo, de “la imposibilidad que tiene el hombre de mantenerse ante un hecho como un mero espectador”. “Lo que nos muestra la obra -explica- es que todos somos responsables, no sólo de que lo que hacemos, sino también de lo que observamos, y de que nuestra forma de mirar cambia el mundo”.

El público que asiste a la función sabe que lo que está pasando en el escenario es que un hombre viene a matar a otro hombre, pero sospecha que las razones no están del todo claras para ninguno de los dos. “Ante sus ojos, los protagonistas despliegan razones, sentimientos y, sobre todo batallas: historias de sangre, sudor e infinita crueldad. Historias de hombres, a fin de cuentas”, dice la sinopsis del espectáculo.

La interpretación de los dos actores se desarrolla ante un imponente mural realizado por el artista murciano Ángel Haro. Por su parte, Curt Allen Wilmer es el responsable de la escenografía y el vestuario mientras que Miguel Ángel Camacho se encarga del diseño de iluminación y Marc Álvarez es el autor de la música y el espacio sonoro del montaje. El resultado es lo que el propio Arturo Pérez-Reverte denominó en el estreno como “el entorno extraordinario para llegar allá donde no llegan las palabras”.

El pintor de batallas está considerada como la novela más dura que ha escrito su autor. En ella se concentran los principales conflictos que caracterizan la obra del escritor murciano: el mal, la redención en el combate y, sobre todo, la capacidad de ejercer la crueldad del ser humano. “Tenía que escribir esta novela tarde o temprano -dice Pérez-Reverte-. Creo que es la única obra que contiene mi mundo, que tiene mi mirada. Es un ajuste con mi lado oscuro”. “Faulques -añade- no soy yo, pero su mirada sobre la guerra, sobre el mal, es la mía. Todo lo que él recuerda, el horror, la crueldad....todo, es mi propio patrimonio, ahí está mi álbum de recuerdos. El pintor de batallas es una historia muy querida por mí. Gracias a ella tengo una serenidad personal, mis fantasmas son pacíficos”.