PATRIMONIO

Córdoba, una ciudad palaciega por descubrir a la vuelta de cada esquina

Una ruta por los palacios más importantes de la capital cordobesa. Lugares con encanto pero desconocidos para visitantes y lugareños 
Palacio San Fernando 2

Que Córdoba es una ciudad palaciega no hay quien lo pueda poner en duda, a la vista de la gran cantidad de señores que habitaron esta plaza y por la importancia política y estratégica que siempre ha tenido esta localidad desde tiempos antiguos. Algo que se recoge en la obra de Manuel Ramos Gil 'Casas Señoriales de Córdoba', repartidas prácticamente por todos los barrios de la Córdoba vieja y en los que se ocultan esas pequeñas joyas que son Los Patios (cuatro, cinco, seis o hasta 13, en algunos casos).

Eso sin contar con el mayor palacio hasta ahora conocido como es Medina Azahara, una ciudad entera que funcionaba a modo de palacio o el de La Merced, donde se asegura que Cristóbal Colón tuvo el principal encuentro con los Reyes Católicos para iniciar su viaje hacia las Indias, y que es una auténtica joya barroca.

Son muchos los palacios y casas señoriales que se han perdido en los dos últimos siglos, pero todavía hay los suficientes como para convertirse en otro atractivo turístico (aproximadamente un centenar). A día de hoy muchas de ellas, las que están musealizadas, es posible visitarlas, así como las que están en manos de la Administración o de instituciones públicas, y, de hecho, existen algunas rutas al respecto para ir en bicicleta y conocer los palacios. Son probablemente la parte menos conocida por el visitante que llega a Córdoba, pero suponen una más que excelente excusa para perderse tranquilamente por las calles de la ciudad en busca de esa sorpresa a la vuelta de la esquina.

El problema, de fácil solución, es que muchos carecen de señalización o descripción visible; otros están mal denominados, mal catalogados o mal señalizados; otro grupo posee una descripción innecesaria, incompleta o errónea; y por último hay una incoherente variedad estética y tipológica de señales, cartelas y paneles descriptivos, según Gonzalo J. Herreros Moya en su obra de 2016 'Casas y Palacios Históricos de Córdoba: Una señalización de Patrimonio de la Unesco por hacer'.

PALACIO DE VIANA

En pleno barrio de Santa Marina se erige uno de los palacios más importantes y turísticos de Córdoba, construido en el siglo XV. Este palacio-museo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en marzo de 1981, lo que hizo que se incrementarán mucho sus visitas llegando en el pasado año 2019 a más de 193.000 y a convertirse en una de las mejores atracciones turísticas de Córdoba. Allí está el Museo de los Patios y el Centro de Interpretación de los Patios de Córdoba llevó a cabo la Fundación Cajasur.

En un principio conocido como el palacio de las Rejas de Don Gome, en alusión a uno de sus primeros propietarios, es una muestra de casa solariega de la nobleza cordobesa. Desde el primer propietario, el palacio va ampliándose y sufriendo grandes transformaciones hasta mediados del siglo XX. Destaca su fachada principal que se cree que fue trazada por Juan de Ochoa, de estilo manierista. Ha tenido a través de los años numerosas restauraciones y ampliaciones y también se han producido hallazgos arqueológicos, creyéndose que en un principio fue un edificio romano.

Sus dependencias se desarrollan en torno a doce magníficos patios y un fantástico jardínLas distintas especies florales decoran y perfuman cada rincón del ampuloso museo.

Palacio de Viana

PALACIO DE LOS AGUAYO

Ubicado en la Plaza de los Aguayo en la cercanía de la iglesia de San Pedro, se levanta la aristocrática casa de los Aguayo. Este precioso edificio, sede actual del colegio de la Sagrada Familia, popularmente conocido como Las Francesas, posee una hermosa fachada labrada de principios del siglo XVI, adornada con medallones laureados y el escudo familiar. En el interior cabe destacar la fastuosa escalera en mármol rojo y negro y un gran jardín.

A modo de curiosidad, se dice que el primer miembro de la familia de los aguayos fue uno de los acompañaron a Pelayo en la gestación del reino de Asturias. En una batalla que se produjo a orillas del río Deva el vencedor de Covadonga estuvo a punto de perder la vida arrastrado por la impetuosa corriente del río. Fue entonces cuando nuestro personaje sin pensárselo dos veces se arrojó al agua y logró rescatarlo. Cuando Pelayo le preguntó de dónde había sacado el valor para tal proeza respondió "En servicio de Vuestra Alteza no temo al Aguayo" y así fue como quedó establecido el apellido del nuevo linaje. Todo ello, según 'Nuevos paseos por Cordoba', de Manuel García Parodi.

Colegio Sagrada Familia

PALACIO DE LOS FERNÁNDEZ DE MESA 

En pleno barrio de la Judería, exactamente en la calle Blanco Belmonte, se levanta una antigua casa solariega, morada que fue de la familia Fernández de Mesa y de los Condes de las Quemadas. Originaria del siglo XVII, en el XX sufre una serie de remodelaciones para adaptarla a la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza. Declarado Bien de Interés Cultural, las zonas más destacables responden a la fachada y los patios interiores. La primera se desarrolla en dos plantas adinteladas, rematado el balcón por un frontón curvo. El escudo de los Condes de las Quemadas se representa en esta portada de piedra. En el interior, las distintas dependencias se articulan en torno a dos patios porticados de gran belleza.

Según indica el autor del blog Notas Cordobesas, la leyenda dice que "el fantasma del Nono, deambula por sus pasillos. Esto último nada más lejos de la realidad, el Nono, que era zapatero, al que de vez en cuando le gustaba tomarse unos medios, que dicen se suicido, y que tenía su banco de remendón en lo que hoy es la Escuela de Danza, antes casa de vecinos, no se le hubiera ocurrido nunca subir a la casa del Tío del Queso (denominación más actual y popular del palacio) a pasearse o asustar a los actores y actrices. Otra de las leyendas urbanas que perduran por nuestra ciudad.

Escuela Superior de Arte Dramático

PALACIO DE LOS MARQUESES DEL CARPIO

En la calle San Fernando, muy cerca del Arco del Portillo, podemos ver parte del palacio del siglo XV de la familia Méndez de Sotomayor. Prototipo de las grandes casas nobles, el origen de esta vivienda se remonta a la concesión que hizo Fernando III a esta familia con el fin de defender y vigilar la muralla tras la conquista de Córdoba en 1236. El edificio fue proyectado aprovechando una de las torres y parte de la muralla del siglo XV.

En el interior encierra un patio de estética neoárabe y restos de una casa romana en los sótanos. El pequeño jardincito delantero contrarresta la maciza estética militar del Conjunto. En 1933 fue rehabilitada por los actuales dueños, quienes resaltaron sus características originales.

Este espacio puede presumir de haber sido de todo, desde casa de vecinos antes de 1936 hasta cuartel de la Guardia Civil después de la Guerra Civil, hasta que a finales de los 80' del siglo pasado la Casa de Alba lo cedió en usufructo al pueblo para fines culturales y se acometió su restauración.

Palacio San Fernando 2

PALACIO DE LOS MUÑICES

Situado en la calle a la que da nombre y próximo a la Plaza de la Magdalena, este edificio ha garantizado su conservación debido a su destino actual como colegio público. Su estilo neoclásico se manifiesta sobre todo en su portada principal fechada en 1795 que vino a sustituir a otra con altos relieves de los que se conservan dos medios cuerpos en el jardín. Esta casa se consideró como una de las mayores de la ciudad con amplias habitaciones, cuatro patios, jardín y huerta. Destaca en edificio por su austeridad decorativa y elegancia de formas.

En sus Paseos por Córdoba, Teodomiro Ramírez de Arellano señala de esta casona que "es de las mejores de Córdoba, ocupa una superficie de más de cinco mil varas; tiene puerta falta a las callejas de Santa Inés, muchas y buenas habitaciones, oratorio, cuatro patios, jardín, huerta con tres pajas y media de agua de la Fuensantilla, corral, grandes y buenos graneros, caballerizas y cocheras. La escalera principal es de piedra caliza, tendiendo en uno de sus escalones incrustada una gran concha, y formado su techo con un lindo artesonado que ya ha sufrido algunas reformas".

Actualmente tiene uso como colegio público, el de San Lorenzo, lo que en opinión de los expertos es su salvoconducto para su protección definitiva.

Colegio San Lorenzo

PALACIO DE LOS PÁEZ DE CASTILLEJO

Enclavado en pleno Casco Histórico Cordobés se encuentra este majestuoso palacio renacentista, hoy sede del Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba. Fue diseñado por el arquitecto Hernán Ruiz II en el siglo XVI. La fachada principal recuerda en su diseño a la magnífica Puerta del Puente. Destacan en el interior, por su belleza, los tres bellos patios, repletos de piezas arqueológicas.

La arquitectura de sus salas, patios, escaleras y artesonado, de sus fuentes y ornamentación vegetal, prestan al conjunto un atractivo ambiente puramente cordobés. En uno de sus patios, emergiendo del recuerdo, se conservan las terrazas a modo de graderío que daba entrada a un teatro romano.

Según indica María Ángeles Jordano Barbudo en su obra 'El Palacio de los Paéz de Castillejo. El ascenso social de un linaje', "el germen del solar de los Páez parece que fue el palacio del alfaquí Ybrahim Ben Nasçer, según noticia que daba Muñoz Vázquez al referirse al repartimiento hecho por Fernando III, quien lo entregó a Martín Ruiz de la Cerca en recompensa por su ayuda en la conquista de Córdoba",

Entrada al Museo Arqueológico de Córdoba

PALACIO DE LOS VENEGAS 

Situado en la zona céntrica cordobesa, muy cerca del Bulevar del Gran Capitán, este majestuoso palacio nobiliario ha pasado en su historia por distintos usos. De casa solariega a oratorio de San Felipe Neri y actualmente acoge la Gobernación Militar en la ciudad y la vivienda del general de la Brigada. De hecho, si las instalaciones no la hubieran ocupado en su momento el Ministerio de la Guerra, posiblemente hubieran desaparecido.

La soberbia fachada se abre con vanos adintelados cerrados con frontón triangular. La exquisita portada sigue el esquema de las ventanas, siendo el vano central adintelado con frontón triangular partido sobre el que se apoya un balcón. Éste se corona con un frontón curvo y, sobre él, un escudo familiar, todo bellamente decorado.

Se dice en el blob Notas cordobesas, que los lusitanos Venegas (un más que posible derivado de Ben Egas, de origen musulmán) llegaron a tierras cordobesas, concretamente Don Pedro, de la mano de Fernando III para ocupar los despojos de la Córdoba califal, y aquí medraron con una primera porción de botín adquirida de la conquista.

La familia fue a más, se mezclaron con los Fernández de Córdoba , llegaron a ser primeros señores de Luque, siempre a la luz del sol que más calienta y que no era otro que el rey Alfonso X el Sabio. Y a modo de anécdota, uno de los descendientes de aquel Don Pedro, Egas de Venegas, murió al ceder bajos sus pies el balcón donde estaba asomado y uno de los frailes que vieron el accidente aseguró que se le apareció el difunto para decirle que en la caída se le había partido la lengua, como así comprobaron luego al abrirle la lengua al cadáver.

Palacio MIlitar

PALACIO DE LOS VILLALONES (PALACIO DE ORIVE)

Se trata del más bello ejemplo de arquitectura civil cordobesa del Renacimiento. Realizada por Hernán Ruiz II en 1560, la portada con arcos decorados es el aspecto más interesante del conjunto. Forma parte de un conjunto único dentro del Casco Histórico de Córdoba, la manzana de Orive. Este palacio es sede actual de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba.

Además de sus jardines, con un hermoso ejemplar de jacaranda, el edificio cuenta con un profundo pozo, una conducción romana y un aljibe, con una profundidad de unos siete metros. Llegó a tener en su momento una noria de extracción animal para regar esa huerta-jardín, y bien podría ser el origen de la leyenda de Blanca de Córdoba, hija de Carlos Ucel y Guimbarda, el Corregidor de la Casaca Blanca, quien acabó bajo tierra oculta en un profundo pozo mágico. Y a pesar de que su padre se dice que excavó durante años, la niña jamás regresó, dando lugar a la leyenda del fantasma que guarda el palacio.

Orive

PALACIO DE RODRIGO MÉNDEZ DE SOTOMAYOR

Actual sede del Conservatorio Superior de Música, esta antigua casa solariega sólo ha conservado su fachada principal, perteneciente al siglo XVI. Se trata de una puerta adintelada de grandes proporciones con decoración de galleta, rematando en un balcón con columnas adosadas.

En numerosos artículos se nombra este ejemplo de palacio desaparecido como patrimonio ya irrecuperable y del que sólo se cuenta para tener una idea de cómo fue en su tiempo una fotografía de 1905 con Rafael Garzón en la que se puede contemplar a una arriero con su burro y a otra persona cerrando el portón del edificio. Poco más.

PALACIO DE RODRIGO MÉNDEZ DE SOTOMAYOR

PALACIO DEL BAILÍO

Emplazado en la cuesta del mismo nombre, la actual sede de la Biblioteca Viva de Al-Andalus, formaba parte de un gran palacio situado en la antigua Villa de la ciudad de Córdoba. Su construcción parte del reparto que llevó a cabo Fernando III tras la expulsión de la población musulmana. El objetivo de la biblioteca es dar a conocer la aportación de la cultura clásica andalusí a la cultura universal. La fachada más antigua data del siglo XV, siguiendo la estética de Hernán Ruiz I.

En su interior se guardan los restos de unos de los lugares habitados más antiguos de Córdoba en forma de domus romana del siglo I después de Cristo, que muestra un magnífico grado de conservación, en la que el visitante puede contemplar una de las estancias principales de esa vivienda, así como columnas de más de dos metros de altura que conformaron su patio (peristilo).

Se trata de un palacio (ahora hotel) que ha estado siempre vinculado a las historias y leyendas de la ciudad desde sus inicios.

Casa Bailio

PALACIO DEL EMPERADOR MAXIMIANO HERCÚLEO

Ubicado en la zona arqueológica de Cercadilla, este palacio data de la época del emperador romano Maximiano Hercúleo durante su estancia en España entre los años 296 y 297 después de Cristo. Este edificio erigido sobre una villa suburbana de época romana alto-imperial, se convirtió en época visigoda en basílica martirial de San Acisclo.​

Los restos que se conservan, es decir un tercio del conjunto que no se destruyeron con la ejecución de la nueva estación del AVE y el soterramiento de las vías dentro del ambicioso Plan Renfe, suponen un complejo palatino de 400 metros de largo por 200 de ancho, y se supone que servía de residencia al emperador durante su campaña de pacificación del Sur de Hispania y del Norte de África, debido a las incursiones de los piratas francos por el Estrecho de Gibraltar.

Esta situado fuera de los muros de la ciudad de Cordvba y es símbolo del poder del emperador de cara a un mayor control de la zona occidental de Imperio Romano.

Cercadilla

PALACIO DEL VIZCONDE DE MIRANDA

En la Plaza Vizconde de Miranda, cerca de la iglesia de San Pedro y frente por frente del solar del antiguo Cine Andalucía, se encuentra parte de la antigua casa solariega de la familia De los Ríos, marqueses de las Escalonias. Al igual que ocurre con el Palacio del Marqués de la Fuensanta, únicamente se conserva su fachada, que ocupa todo el frontal de la Plaza y que es obra del siglo XVIII. En la plaza que enmarca la noble vivienda se puede ver una fuente de estilo barroco cordobés.

De este palacio dijo Teodoro Ramírez de Arellano en sus Paseos por Córdoba que "tiene una arreglada y bonita fachada, con nueve balcones, y en su interior un salón, el mayor de Córdoba después de el del Círculo, y un hermoso jardín, parte del cual era una plazuela que con el título de las Yeguas hubo en las Siete Revueltas de Santiago".

Ahora acoge en su interior viviendas modernas de la década de los 70' del siglo pasado, con lo que sus habitantes pueden perfectamente presumir de vivir en un palacio.

Vizconde de Miranda

PALACIO EPISCOPAL

Construido sobre el antiguo Alcázar Califal o Andalusí, sede política del gobierno omeya de al-Ándalus, que a su vez se levantó sobre un antiguo palacio visigodo, se encuentra situado frente a la fachada occidental de la Mezquita-Catedral, incluye el actual museo Diocesano de Bellas Artes.

En su interior aún puede contemplarse parte de la factura musulmana, así como el arco ojival gótico fruto de una intervención en el siglo XV. En los siglos XVIII y XIX, se le añadieron otras dependencias, dándole al edificio el aspecto singular que hoy en día se puede contemplar.

En el patio principal se exponen también esculturas zoomorfas, como la Fuente del Elefante, un surtidor de agua trasladado en 1988 para la apertura del museo y que está rodeado de naranjos, limones y toronjas.

Y, aunque imponente, algunos como el propio Ramírez de Arellano no tuvieron pelos en la lengua a la hora de destacar lo que no le gustaba: "Mas allá de la Casa central de Expósitos se encuentra el Palacio Episcopal, uno de los edificios más notables de Córdoba, si bien su exterior o fachada principal es de malísimo gusto arquitectónico. Ésta tiene 261 pies de longitud por la calle de Torrijos y 547 en el lado frente al seminario de San Pelagio, que aunque sencillo es más arreglado y prueba el buen gusto del arquitecto don Ventura Rodríguez, autor del plano. Todo es de gran solidez, midiendo el muro foral 9 pies de espesor".

Otro punto con el que no estaba de acuerdo el autor de Paseos por Córdoba era la Biblioteca: "Algunos obispos, entre ellos el ilustrado señor Tarancón, la han tenido abierta al público; otros la han descuidado por completo, dejando apolillarse los libros y siendo causa de la pérdida de no pocos. Pero a ninguno se le ha ocurrido pedir que se le nombre bibliotecario del cuerpo general, considerando aquello como unos muebles viejos de su propiedad, de los que podían disponer a su antojo, estando privados los cordobeses de poder entrar en horas marcadas en una biblioteca formada para su instrucción, tanto por el rey como por el señor Ayestarán, que tan gustoso y espléndido contribuyó al pensamiento. Tiene 22 estantes y en ellos había 11.132 volúmenes".

Y ya como anécdota, el Palacio Episcopal ha sido lugar de hospedaje de reyes, incluido Boabdil de Granada, que tuvo una malograda cita con la historia en Córdoba: "Desde que el Alcázar de los Reyes fue entregado a la Inquisición para su establecimiento en Córdoba, todos los reyes que han venido a esta ciudad se han hospedado en el palacio de los Obispos, preparado al efecto, exceptuando a don Alfonso XII, que lo ha hecho en el de los señores condes de Torres Cabrera, y en uno de aquellos salones fue donde los Reyes Católicos pusieron en libertad al Rey Chico de Granada después de caer prisionero cerca de Lucena".

Palacio Episcopal