VISITA PAPAL A ÁFRICA

El obispo cordobés de Bangassou, Juan José Aguirre, encabezará una delegación de 69 personas para ver al Papa el día 29

Francisco I se niega a suspender la visita a Centroáfrica, a pesar de la situación de inseguridad que se vive en el país y en su capital, Bangui

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photo_camera El obispo de Bangassou, Juan José Aguirre, con la camiseta que le regaló el Atlético de Madrid

A pesar de que la violencia integrista se ha ido extendido en las últimas semanas con graves atentados en diferentes puntos del planeta, el Papa Francisco I se ha negado a suspender su visita a Centroáfrica el próximo día 29, tal y como ha confirmado el propio obispo de Bangassou, el cordobés Juan José Aguirre, en una misiva dirigida a la Fundación del mismo nombre en Córdoba.

“Se pueden suspender partidos de fútbol en Europa, pero los africanos son de otra pasta y Papa Francisco ha dicho que suspender la visita sería como un fracaso, como dar la victoria a los violentos”, apunta en el inicio de esa carta, a la que ha tenido acceso Córdoba Hoy. “Con todas las precauciones posibles, pero lo esperamos en Bangui, después de haber visitado Kenia y Uganda”, añade.

Será a las 10.00 horas, en el aeropuerto de la capital centroafricana, dentro de siete días, concretamente, y según monseñor Aguirre, entre la multitud que le estará esperando se encontrarán musulmanes de paz “que esperan esta visita como agua de mayo”, entre ellos el imán de la mezquita central de Bangui, Kobina Layama, al que el propio obispo salvó la vida hace dos años frente a varios centenares de exaltados que pretendían lincharlo con palos y machetes.

En la agenda del Papa, de hecho, se incluye la visita a esa mezquita, ubicada en la avenida Koudoukou, zona calificada por el obispo de “muy caliente desde hace muchos años”, donde el descendiente de San Pedro puede encontrarse “con una bomba de relojería”. También tiene previsto entrar en el Centro Bautista y Evangélico, un campo de desplazados, un orfanato y, “sobre todo, abrir la puerta Santa de la catedral de Bangui”.

La delegación de la diócesis de Bangassou

El riesgo lo corren todos los asistentes y no sólo el Papa. Por esa razón, el obispo ha preguntado a la delegación de Bangassou si querían abandonar y “todos me han dicho que no, que apechugan con lo que sea”. Por ello, saldrá de su diócesis el día 23 un camión con 69 personas para realizar un viaje ilusionante de 750 kilómetros llevando consigo varias sillas para una decena de monjas y los 15 curas que tienen intención de ir a la capital. Serán, como mínimo, tres días de viaje, ya que en Bambari, a mitad de camino, “donde la espiral de violencia de las últimas semanas ha sido horrible”, se unirá a ellos la delegación de esa localidad y muchos tendrán que desplazarse a pie.

Hasta la capital tendrán que pasar por una veintena de barreras interpuestas por rebeldes armados que bien puede agredirlos, al igual que pueden hacer los mbororo, unos pastores itinerantes que controlan una zona de 200 kilómetros y que “han sido golpeados sin escrúpulos y ahora se vengan con los viajantes”, explica en su carta.

En la capital se está viviendo ahora mismo una espiral de violencia que “12.000 cascos azules y 900 soldados franceses de la Sangaris no han sido capaces de frenar” y donde en las últimas semanas se han producido 120 muertos y 300 heridos. Ésa es la ciudad con la que se va a encontrar el Papa el próximo día 29 y cuya visita puede servir para “dar con un nuevo itinerario que nos saque de esta violencia infernal”.