Carta semanal a los fieles

El obispo avisa que la pandemia ha "acentuado la soledad" impuesta que "aplasta a la persona"

Demetrio Fernández señala que "toda persona está hecha para la relación"
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El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha avisado que "la pandemia que vivimos y el confinamiento que por razones sanitarias nos viene impuesto han acentuado" la soledad forzada, ya existente antes de la llegada del coronavirus Covid-19 y "que aplasta a la persona que la padece, porque toda persona está hecha para la relación".

Así lo ha señalado Demetrio Fernández en su carta semanal, recogida por Europa Press y en la que ha señalado que, precisamente, la pandemia "nos han hecho más conscientes de personas que viven cerca de nosotros y que están solas", en unas circunstancias que también "han sido ocasión de nuevas iniciativas de acompañamiento en la soledad, y damos gracias a Dios por esta generosidad".

Las dos soledades

El obispo ha aclarado que "hay una soledad buena, la que nos permite el descanso, la que nos pone en contacto con Dios, la que nos da impulso para llevar adelante la misión que Dios nos ha encomendado, para entregar nuestra vida a los demás. Esta soledad buena debe ser fomentada, de manera que nos libremos del torbellino de la actividad, del ruido, del estrés, del exceso de mensajes, comunicaciones, estímulos".

A juicio de Demetrio Fernández, "solo en la medida en que administramos esta buena soledad, nos hacemos capaces de darnos a los demás", pues, "cuando nuestra vida es extrovertida, corremos el riesgo de no tener nada que dar, porque estamos vacíos".

Pero, según ha insistido el obispo, "hay una soledad que viene impuesta y que aplasta a la persona que la padece, porque toda persona está hecha para la relación. Es la soledad que aísla, que encierra en uno mismo; es la soledad que procede de la marginación, del descarte, de la injusticia; es la soledad que padecen tantas personas a las que la vida y el egoísmo de los demás han golpeado".

Entre estas personas, según ha subrayado Demetrio Fernández, se encuentran "ancianos abandonados, incluso de sus familiares; personas que son abandonadas por sus cónyuges, con lo que duele eso; niños a quienes sus padres no atienden, y jóvenes víctimas del consumismo, que quedan en la cuneta de la vida", sin olvidar a "los migrantes y los refugiados que huyen de la guerra".

En definitiva, según ha explicado el obispo de Córdoba, "la soledad es una de las principales causas de la exclusión social", y "en España 4,7 millones de hogares son de una persona sola", resultando que, además, "850.000 mayores de 80 años viven solos y con dificultades de movilidad".