"Acaba de llegar y ya está deseando ir a la piscina". Esta era probablemente la frase más repetida este viernes entre los padres de acogida de alguno de los 166 niños saharauis que hasta final de agosto estarán en la provincia de Córdoba. La tónica se repite cada verano, y la piscina vuelve a ser el elemento de ocio más demandado por estos pequeños que han nacido y viven en los Campamentos de Refugiados de Tinduf, en Argelia.
María Jesús es una hermana de acogida. En su caso es el segundo año que disfrutará del verano cordobés junto a Amed, un niño saharaui de 12 años. María Jesús recuerda como el año pasado este menor "lloraba los primeros días porque echaba de menos a su familia pero después se fue adaptando perfectamente". Una vez se marchó de vuelta a su hogar, "no hemos perdido el contacto con él en todo el año, ya sea por videollamada o por whatsaap". En su caso, resalta, que sus padres se animaron a acoger gracias a la recomendación de un amigo de su madre y si a eso se suma "que soy hija única pues mas a mi favor". Ahora, dice, "nos esperan unos días de mucha piscina y mucha playa, vamos lo que se suele decir, que no vamos a parar".
En el patio de la Diputación de Córdoba, la asociación Acansa, junto a los 166 niños saharauis y sus familias de acogida, han sido recibidas por el presidente de la Diputación. Allí se les ha ofrecido un desayuno del que en tiempo récord, poco ha quedado. Los pequeños han cogido batidos, zumos, magdalenas, y las han guardado en las bolsas de las que se han hecho entrega, junto a camisetas, bolígrafos y libretas. Las familias de acogida sonreían ante esta "chiquillada" pues "es normal que lo quiera coger todo pues allí en su país no tienen de nada de esto y aquí todo les llama la atención", señalaba una madre.
Baba de 11 años repite por segundo año con su familia de acogida de Peñarroya. Su madre de acogida estos meses, Irina, resaltaba de él que se trata de un niño educado y respetuoso al que le gusta mucho la piscina y sobre todo "las salchichas con ketchup". En cuanto a los gustos culinarios de estos niños, explica, " a él en concreto no le gustan nada los guisos y sin embargo le pierde lo que a todos los niños de su edad, las pizzas, las hamburguesas...". Este año, "no podemos ir a la playa", dice, así que "pisaremos mucho la piscina, algo que a él le encanta".
También repite este año Sidahmed. Su padre de acogida, o su "Tito" como él mismo se hace llamar, destaca que lo que más le gusta a este niño de 12 años es "la Coca Cola fresquita". Es el segundo verano que lo tienen en casa, y la experiencia, señala, es muy buena "aunque nos de mucha pena cuando se van pero también hay que pensar en la alegría de haberlo podido traer estos meses".
El Presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, ha agradecido la labor realizada por Acansa y ha resaltado que "esta recepción muestra el compromiso de esta institución con la causa saharaui, 44 años sin resolverse, y nuestra solidaridad con los que más sufren esa situación injusta, que son los menores, los niños".
"Estamos con este compromiso desde el año 1994 en la Diputación, manteniendo este programa que acoge a niños repartidos en casi 50 municipios de la provincia, lo que refleja la solidaridad de los cordobeses y cordobesas", ha manifestado.
El máximo representante de la institución provincial ha destacado que "gracias a este intercambio los niños pueden acceder a servicios tan básicos como los sanitarios y, además, se favorecen del intercambio cultural".
Por su parte, el presidente de Acansa, Tomás Pedregal, ha agradecido a la Diputación de Córdoba su compromiso y su apoyo a la asociación durante los últimos 25 años "para que los 166 niños que han venido, a los que se sumarán otros cinco, pasen un verano agradable fuera de las temperatura de los campamentos" y el papel de las familias, "sin las cuales la parte humana no estaría".
