Ya de mañana, las tiendas adheridas a la actividad del ‘Black Friday’ cordobés, que suman unas 350 repartidas por los centros comerciales abiertos de La Viñuela, Ciudad Jardín, Centro y Santa Rosa, mostraban abundante movimiento de clientes. No tanto, como se esperaba para la tarde, una vez que los colegios han cerrado y los padres tienen más libertad de movimientos para ir con los niños, pero algunos de esos establecimientos, a ojo de buen cubero y por el movimiento de compras que había experimentado hasta ese momento, esperaban incrementos de hasta el 70 por ciento sobre lo vendido habitualmente en un día normal, incluido un viernes.
No hay tiempo para charlas. La gente, cargada con bolsas de diferentes tiendas anteriores, llega, compra y se va. Hay prisas por apurar una jornada en la que los precios han caído de forma estrepitosa para moda de temporada, complementos, electrónica, telefonía y hasta óptica.
“¡Claro que merece la pena! A pesar de bajar mucho el valor del producto, el nuestro, al menos, tiene un precio-costo bajo, con lo que la jornada será muy rentable; ¡ojalá hubiera más de un Black Friday al año!”. Vanesa Marín, encargada de la tienda Okeysi de Gran Capitán se mueve por el establecimiento esquivando clientes y cargada de perchas con prendas de vestir y, por la respuesta de publico, no puede evitar sentirse satisfecha. Ella es de las que cree que llegará a superar la barrera del 60% en la subida de las ventas.
¡Ojalá hubiera más de un Black Friday al año!
“Los viernes ya suelen ser buenos, pero esta actividad está atrayendo a numeroso público, bastante más de lo normal, y, aunque hay clientes habituales, los hay que aprovechan esta jornada de promoción”. La responsable de Sfera, Ana Ortega, es de las que espera un incremento de hasta un 40 por ciento en las ventas, lo que para un establecimiento de ventas ya elevadas no está nada mal.
Lo mismo ocurre en H&M, donde la tienda mostraba pocos espacios vacíos (eso, sí, especialmente de féminas) y el movimiento de clientela era “mucho mayor del de un viernes normal”. Algo que muy probablemente se trasladará a mañana sábado, por la inercia de las compras de hoy.
Pero si las tiendas lo tienen claro, los clientes, más todavía. “Somos de la provincia, pero hemos venido esperando este día a hacer las compras”, comenta un grupo de chicas que aguardan cola (larga) para pagar unos pintalabios en Kiko Milano, de Gondomar, donde se realiza un descuento del 30%, que prometen será lo último que adquieren en una mañana de auténtica gymcana por los establecimientos del centro. Por cierto que afirman repetir del año pasado y que si se establece como algo fijo serán habituales del Black Friday.
Pero no sólo hay mujeres por la calle. Se ven grupos mixtos de jóvenes en los que son ellos quienes llevan la bolsa colgada (ropa, en la mayoría de los casos), bastantes de ellos procedentes de municipios vecinos, especialmente de la Vega, la Campiña y el Alto Guadalquivir, pero la gran mayoría, de la capital.
Somos de la provincia, pero hemos venido esperando este día a hacer las compras
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¿Y qué vienen a comprar? Algunos afirman que son compras de Navidad, pero en un porcentaje muy elevado son adquisiciones propias que necesitan “para ya”. Y es que no todos los días se pueden llevar prendas prendas de temporada con tan jugosas reducciones sobre el precio inicial. Algo que depende de la propia tienda. Y es que en algunos establecimientos se aplica el descuento para un buen número de productos, pero no todos, mientras que en otras tiendas es sobre el cien por cien de lo que allí se vende y, además, aplicando el Black Friday a los descuentos que tenían de antemano. Es el caso, por ejemplo, de Okeysi, donde al 20% generalizado para algunas prendas y complementos ya había un 70% de bajada aplicada, con lo que al final se pagaría únicamente un 10% del valor real. En algunos casos, se están produciendo ahorros de hasta 10 euros para el caso de unas gafas, o de casi 1.000 como le ha ocurrido a una pareja que ha aprovechado la ocasión para comprarse un colchón.
Un Black Friday que en algunos casos comenzó ya ayer, con numerosos clientes que acudieron el jueves a probarse la ropa que les gustaba para acudir hoy a comprarla.
Como bien dijo el vicepresidente de Comercio Córdoba, Manuel Blasco, se trata de una actividad con origen en Estados Unidos, que se ha consolidado ya y que cada vez cuenta con el apoyo de un número mayor de tiendas. Es una jornada que permite recuperar, además, el mes de noviembre para las ventas comerciales, ya que se había quedado relegado a ser el intermedio entre la cuesta de septiembre con la vuelta al colegio y el gran gasto de la Navidad en diciembre. Algo que, además, tiene su repercusión en la hostelería, ya que el movimiento de la calle acaba trasladándose a los establecimientos para comer.
