ESTUDIO SOCIAL DE KAMIRA

El gitano cordobés vive de media 10 años menos que el resto de colectivos sociales

Abandono prematuro del sistema escolar, falta de cualificación laboral o la autoeducación incluso desde edad temprana son algunos de los problemas que arrastra este grupo social

diagnostico gitano
photo_camera Presentación del diagnóstico de la población gitana cordobesa

El colectivo gitano cordobés (alrededor de 8.000 personas) ya tiene su diagnóstico con numerosas carencias en educación, vivienda, trabajo y salud, según los resultados de un trabajo elaborado a pie de calle durante un año por parte de las organizaciones, colectivos y técnicos que intervienen de forma habitual con esta comunidad, y que son quienes mejor la conocen. El proyecto, de marcado perfil participativo, ha sido abordado por la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (Kamira) e impulsado por la Comisión Europea y la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) que califica como "imperativo social y económico mejorar la situación de la población gitana europea". 

Sus conclusiones muestran una radiografía en la que se determinan las numerosas carencias del día a día del pueblo gitano cordobés a través de cuatro aspectos básicos: educación, vivienda, trabajo y salud. El trabajo recoge también las líneas de implementación necesarias para la corrección de los problemas detectados. La pretensión de esta 'Estrategia local para la inclusión de la población gitana de Córdoba' es, según la presidenta de Kamira, Carmen Santiago, convertirse en un proyecto de ciudad que sea asumido por el Ayuntamiento, cuyo responsable político en materia de Servicios Sociales, Rafael Del Castillo, abrió la jornada de presentación junto a la propia Santiago.

Es necesario mejorar notablemente los espacios urbanos en zonas de población netamente gitana

Córdoba es junto a Barcelona pionera en este tipo de diagnósticos locales, en el que han participado desde personal del Consistorio a directores de colegios, profesores, sanitarios y todo tipo de agentes sociales vinculados a este colectivo.

Así, en Córdoba existen importantes déficits en materia de educación en la población gitana, reflejando el estudio que esa carencia es una gran fuente de desventajas sociales y discriminación. El abandono prematuro del sistema escolar, los índices de absentismo (aunque cada vez menores), el limitado acceso a la educación temprana o la baja promoción hacia niveles medios y superiores, son motivos de preocupación de todos los agentes implicados, que piden líneas estratégicas de intervención especializadas y eficaces que abarquen la variedad de necesidades del alumnado gitano, mediante profesorado formado en educación intercultural.

Respecto al empleo, aunque se parte de una acusada falta de diagnóstico socioeconómico real, se detecta que un gran porcentaje de la población gitana activa en Córdoba está empleada en la venta ambulante, con la particularidad de tratarse de familias completas. La mesa participativa insta a impulsar una mayor cualificación laboral del colectivo que permita el acceso a empleos de mayor calidad, fortaleciendo su inserción socio laboral, fomentando y mejorando el empleo por cuenta propia y el acceso al empleo por cuenta ajena.

Reducción del hacinamiento

La vivienda de la población gitana en Córdoba  es otro de los puntos analizados por esta estrategia, detectándose una mejora significativa en las condiciones residenciales de este colectivo, aunque advirtiéndose que es necesario mejorar notablemente los espacios urbanos en zonas de población netamente gitana, y la reducción del hacinamiento. Estas carencias se señalan como favorecedoras de los estereotipos negativos y el rechazo social que históricamente persigue a esta comunidad.

La obesidad, el tabaquismo y pautas negativas de alimentación son las causas de que el estado de salud de los gitanos cordobeses sea peor

En cuanto a la salud, el colectivo gitano cordobés  también sufre importantes desigualdades, siendo su estado de salud comparativamente peor que el de los grupos en peor situación socioeconómica de la población de nuestra ciudad. Hasta diez años menos de media vive una persona gitana con respecto al resto de cordobeses. En el colectivo se detectan graves carencias en salud bucodental, visual y problemas crónicos, destacando una necesaria reeducación para desterrar estilos de vida nocivos como el tabaquismo, la obesidad o pautas de alimentación negativas.

Especial preocupación merece la automedicación (incluso a temprana edad), la planificación familiar, vacunación, y prevención y reducción de adicciones. El estudio vincula esta situación a la pobreza y la exclusión, aunque también a factores vinculados con la propia cultura del pueblo gitano y su percepción de la salud, la enfermedad o la muerte, aspectos en los que la educación es vital.