MEDIO AMBIENTE EN LA PROVINCIA

Córdoba aplicará el decreto de ahorro energético, pero pide que se adapte a sus circunstancias especiales

En los establecimientos de venta de ropa donde han hecho la prueba de los 27 grados la clientela se negaba a probar ninguna prenda por pudor o higiene debido al sudor
Rafael Fuillerat, de Misa de 12, muestra el cartel entregado por Hostecor
photo_camera Rafael Fuillerat, de Misa de 12, muestra el cartel entregado por Hostecor

En la medianoche de hoy, martes, al miércoles, se empezará aplicar el ya famoso decreto de medidas de ahorro energético, que es lo mismo que decir que entrará en vigor mañana, y todavía hay en ese texto muchos más espacios en sombra que con luz para comerciantes y hosteleros cordobeses. Un paseo por la ciudad deja claro que la intención es cumplir con la normativa, pero más de uno tendrá que hacerlo con una pinza en la nariz, y algunos de forma literal.

En el Springfield del Centro estuvieron la semana pasada de pruebas durante tres días dejando el aire a 27 grados y la experiencia "fue insufrible", tanto para los trabajadores y trabajadoras como para la clientela. "Nos dijeron que cortáramos la prueba hasta que no hubiera más remedio que aplicar la norma", explica la responsable, quien comprobó que muchos usuarios y usuarias o bien se llevaban la ropa para probársela en su casa, lo que suponía en más de un caso tener que regresar para cambiarla, o no se la probaban, "porque estaban chorreando de sudor y, por pudor o por higiene, se negaban a ir al probador a probársela, entre otras cosas porque es la parte más calurosa de la tienda".

En su caso, lo que van a tener que hacer es mantener el aire acondicionado puesto durante la pausa de la comida (lo normal es cortarlo, porque habitualmente lo tienen a 21 grados) para que a la vuelta "no nos dé algo al entrar dentro", lo que no supondrá precisamente ningún ahorro, y estar todo el tiempo pendientes de que la puerta de la calle permanezca cerrada. Además, ya han programado desde hace días el reloj para que las luces del escaparate se apegue a las 22.00 horas, con lo que llevan tiempo cumpliendo con parte de la norma.

Leonel Rumbo, de Con Acento, junto a una frase que resumen su filosofía de vida
Leonel Rumbo, de Con Acento, junto a una frase que resume su filosofía de vida

Lo del sudor y la ropa es común a todos los establecimientos que la venden porque a más de uno le da asco pensar que otra persona ha dejado su rastro en lo que se va a probar después. Se lo ha dicho uno de sus clientes a José María Ruz, dueño de La Albacería, un local de restauración con unos techos excesivamente altos, por lo que dejar el aire a 25 grados y no ponerlo "es, a todos los efectos, lo mismo".

Hoy no ha sido, precisamente un día excesivamente caluroso, en comparación a los últimos días pasados, y aún así el aparato marcaba 24 grados, y este periódico ha comprobado personalmente que el ambiente era cálido. "Imagínate un día de 40 como los que estamos teniendo desde junio", señala destacando que el Valle del Guadalquivir tendría que tener exenciones a la norma, o, al menos, "adaptarla a nuestras circunstancias reales".

"A ver si nos enteramos todos que a los últimos que les interesa gastar más somos nosotros, y estamos todo el rato mirando por la luz para apagarla cuando no haga falta, pero a cambio tenemos que mantener los locales con un mínimo de habitabilidad y comodidad o se nos a ir a otros sitios a tomarse la cerveza", advierte.

En Misa de 12, su responsable, Rafael Fuillerat, nos muestra nada más preguntar el cartel que el pasado viernes distribuyó Hostecor a sus asociados. El texto indica que el establecimiento está climatizado a 25 grados y se cumplen los requisitos que determina el decreto, "y va a ser verdad", pero también es cierto "que nosotros llevamos tiempo aplicando medidas que nos recorte el gasto de luz, por nosotros mismos y porque es de lógica".

Otra cosa es que esté de acuerdo con que a Córdoba se ponga en el mismo nivel que otras ciudades españolas con un clima infinitamente más benigno, a pesar de que las últimas olas de calor han afectado a toda la Península, que no lo está.

Uno de sus vecinos, Leonel Rumbo, del asador Con Acento lo tiene muy claro: "Estuve en Canadá ocho años y me pilló una crisis brutal; allí el Gobierno dijo de apagar luces y ahorrar energía y absolutamente nadie lo puso en duda, sencillamente lo cumplieron". Y lo mismo ha ocurrido más allá de Los Pirineos. "¿Qué pasa aquí que estamos todo el día peleándonos y poniendo trabas cuando es una cuestión de todos que todo lo que sea innecesario hay que apagarlo; es sentido común y una cuestión de solidaridad colectiva". En su opinión, si todos pusiéramos de nuestra parte, sin egoísmos ni individualismos, el ahorro sería francamente interesante.

Por lo pronto, en ese local cuando acaban la faena recogen la terraza ya con las luces apagadas para ahorrar, y se lleva muy a rajatabla eso de no dejar nada encendido de manera innecesaria. "¿Y los que están dentro en la cocina tienen aire?", preguntamos. "No, no es higiénico utilizar aire acondicionado en una cocina y usan ventiladores", responde, antes de reconocer que dentro el calor es terrible.

CORDOBA. 03/08/2016. ENTREVISTA A FRANCISCO DE LA TORRE PRESIDENTE DE HOSTECOR. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.
Francisco de la Torre, presidente de Hostecor y de la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía

Y si eso les pasa a ellos, hay que imaginarse cómo están en el interior de un establecimiento de pollos asados donde en la zona de los calentadores puede hacer perfectamente 70 grados y donde cualquiera que trabajar allí puede llegar a perder a lo largo de la jornada laboral un par de litros de agua (que, evidentemente, hay reponer de forma constante).

La norma sirve para todos, ya sean grandes o pequeños (chicos que se dice por aquí). En El Corte Inglés, por ejemplo, el pasado domingo de madrugada el Hipercor de la Ronda de Córdoba estaba completamente apagado. "Probablemente se estaban realizando pruebas para cuando se aplique el decreto", ha explicado el responsable de comunicación de la firma en Sevilla, Francisco Mendoza.

"El decreto no nos va a pillar en un renuncio", porque, entre otras cuestiones llevan preparándose para la ocasión desde que se dio a conocer el decreto el pasado 1 de agosto, y, en su caso, la aplicación es relativamente sencilla, porque ya cuentan con puertas correderas que se mantienen cerradas cuando no entra ni sale nadie y se marcará la temperatura no más abajo de los 27 grados.

Lo que todos ellos piensan lo ha puesto en palabras claras el presidente de Hostecor y de la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía (Horeca-Andalucía), Fran de la Torre. "No es lógico que se equipare en la norma a Burgos, por poner un ejemplo, con Córdoba, porque el clima es completamente diferente en un sitio y en otro". Por esta razón, y al ser una norma tan generalista, "lo suyo hubiera sido que la hubieran 'bajado a tierra' desde las comunidades autónomas, que son las que conocen la idiosincrasia de cada tierra".

En cualquier caso, y aunque hay que aplicar el decreto desde ya mismo, Fran de la Torre ha indicado que desde la Federación Española de Hostelería se siguen manteniendo contactos con el Gobierno para tratar de adecuar la norma a cada zonas del país, después de haber conseguido cierta flexibilidad rebajando de 27 a 25 los grados del aire acondicionado en este tipo de establecimientos.

Y es que se trata de una norma a medio cocer. Un ejemplo de ello es que entra en vigor esta medianoche pero la obligación de colocar la cartelería informativa no entra hasta el 1 de septiembre. "Yo ya les recomendado a mis asociados que la pongan desde hoy mismo", ha señalado, antes de recordar que no se ha consensuado ni con el sector ni con las comunidades autónomas y que tiene un régimen sancionador muy duro, con multas que van desde los 60.000 euros hasta los 100 millones de euros. Como para no hacer caso. También está por ver quien va a controlar su cumplimiento.

Hay establecimientos que ni siquiera tienen puerta que cerrar
Hay establecimientos que ni siquiera tienen puerta que cerrar

En cuanto a la famosa situación de las puertas, que deben permanecer cerradas, tanto en hostelería como en comercio, De la Torre asegura que la gran mayoría tiene sus puertas con muelles ya puestos, y que no cree que haga falta la instalación de puertas correderas. "Es un engorro a la hora de ir a servir mesas en terrazas eso de ir con una bandeja abriendo y cerrando la puerta, pero habrá que adaptarse", ha señalado.

Otros no lo ven tan claro. Es el caso de las heladerías Porras, que carecen de refrigeración y mantienen desde que abren hasta que cierran sus puertas de par en par. "Ni mi asesor me ha dicho nada ni he visto la ley por escrito y cuando lo vea haré números y veré si lo hago, pero no voy a cambiar una costumbre de 52 años por una ocurrencia que a lo mejor en dos meses la cambian", ha afirmado su responsable.

Otros locales ni siquiera tienen puertas y se clausuran por las noches bajando la persiana. En esos casos está por ver qué va a pasar. Por lo pronto, no ha dado tiempo a reaccionar, pero De la Torre habla ya de la necesidad de ayudas de la Administración para poder asumir el gasto, y al ser por una razón ambiental, quizá los Nexte Generation puedan servir para esto.