VIGILANCIA

El dron de la Guardia Civil detecta diez infracciones tras vigilar a 530 vehículos en carreteras N-432 y N-IV

La vigilancia con drones se ha centrado en la N-432, entre Córdoba y Cerro Muriano debido a la mayor siniestralidad de esta vía durante el fin de semana
Dron
photo_camera Imagen de archivo de un dron

El dron de vigilancia del tráfico de la Guardia Civil ha detectado diez infracciones tras vigilar a 530 vehículos durante el pasado fin de semana en las carreteras N-432 y N-IV en distintos tramos de la provincia cordobesa.

Según informa la Subdelegación del Gobierno en una nota, algunas de las infracciones se han notificado en el acto por los agentes del Subsector de Córdoba de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y otras se están tramitando por la autoridad competente para ello.

Así, durante el pasado fin de semana, 6 y 7 de febrero, se ha intensificado la vigilancia en las carreteras de la provincia con equipos de drones operados por personal de la Unidad de Medios Aéreos de la Dirección General de Tráfico y del Grupo de Drones de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que estuvieron apoyados en todo momento por los agentes del Subsector de Córdoba de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

La vigilancia con los drones se ha centrado en las carreteras que tienen mayor siniestralidad durante el fin de semana, como son la N-432, entre Córdoba y Cerro Muriano, donde durante el fin de semana concurren simultáneamente gran número de motos y turismos con ciclistas.

Además, han vigilado la N-IV, entre Córdoba y Alcolea, que se trata de un tramo designado por la Dirección General de Tráfico como "tramo ciclista protegido", al ser un tramo muy transitado por ciclistas y que están señalizados de una forma especial para concienciar a los conductores de otros vehículos de que deben extremar la prudencia y el cuidado con este colectivo vulnerable.

En concreto, el dron se sitúa sobre los 120 metros de altura, ofreciendo una gran visión de las carreteras a vigilar. Prioritariamente se usan para la vigilancia del tráfico en aquellos tramos con mayor riesgo de accidentalidad, en especial de usuarios vulnerables --ciclistas, motoristas y peatones--, así como para el control de las distracciones durante la conducción.

También se utilizan para la monitorización y apoyo a la regulación de operaciones y eventos especiales en los que se concentra un elevado número de movimientos en carretera, a misiones de regulación complementarias a las desarrolladas por los helicópteros y a apoyar en situaciones de emergencia que por su gravedad afecten de manera notable a la circulación y seguridad de los usuarios de la vía.