LA FIGURA DE ANDRÉS OCAÑA

Días de vino y rosas para un "buen alcalde"

El exalcalde impulsó la peatonalización de Cruz Conde y tuvo que ver cómo se esfumaba el sueño de la Capitalidad Cultural 2016

andres ocaña mitin corredera 2011
photo_camera Andrés Ocaña en la Plaza de la Corredera

Que la vida política desgasta, a la vista está. Andrés Ocaña, el exalcalde de IU tras la marcha de Rosa Aguilar a la Junta y hasta la victoria del PP en 2011, se fue con el corazón tocado, después de que hace un tiempo (noviembre de 2013) ya le diera un primer aviso muy serio hasta el punto de ingresar en la UCI del Reina Sofía, y ayer por la noche fue la definitiva.

Le tocaron vivir tiempos complicados, pero interesantes también, en los que un alcalde se diferenciaba dependiendo de la huella que dejara en su ciudad y si es física, mejor que mejor. A él se le puede deber, por ejemplo, la en principio polémica peatonalización de la calle Cruz Conde, que ahora todo el mundo acepta y ve como totalmente natural, pero que en su día fue motivo de muy duros enfrentamientos políticos, vecinales, comerciantes y de transporte público.

Algo que, al menos, pudo contemplar con sus propios ojos tras su retirada de la política activa para regresar a la vida de la enseñanza impartiendo clases de Secundaria en un centro escolar de Fuente Carreteros. Y, de hecho, su última aparición pública fue en la colocación, en esa misma calle, de una placa conmemorativa del premio Jean Paul L'Allier por ese proyecto que él impulsó como regidor.

Reparto de funciones

De él se decía que ya era alcalde en la sombra antes de sentarse en el sillón presidencial del Pleno, cuando Rosa Aguilar llevaba las riendas del Ayuntamiento en un perfecto reparto de funciones bien definidas: el aspecto más público y abierto a la sociedad para ella y el trabajo escondido y más de puertas para adentro para él. Su paso por Urbanismo (como le ocurre a la mayoría que trata de dirigir la Gerencia cordobesa) le aportaron tablas y un buen conocimiento de la ciudad que luego supo aplicar durante su mandato sin que las vicisitudes de la vida cordobesa le marcaran en exceso.

Un decir, porque ver cómo se esfuma en el aire la posibilidad de haber brillado en 2016 con la Capitalidad Europea en una ciudad como ésta, donde sí hubiera hecho más ruido que en la que se lo llevó finalmente, o los problemas nacidos con las naves de Colecor del polémico empresario y fundador de UCOR Rafael Gomez, popularmente conocido desde hace años por 'Sandokán, acaban mermando la moral.

Cara a cara con 'Sandokán'

Aunque, al menos, en este último caso, tal y como llegó a declarar en una entrevista a EFE,  Ocaña se despidió de la Alcaldía cordobesa diciendo que "yo nunca le bailé el agua" al constructor, porque, entre otras cosas, fue él quien impuso a Gómez la sanción de 24,6 millones de euros por la construcción ilegal de esas naves.

Pero si algo le pudo doler a Andrés Ocaña fueron los efectos de la marcha de Rosa Aguilar desde el Ayuntamiento hacia la Junta y desde IU hacia el PSOE. No sólo porque él fue la mano derecha de la alcaldesa durante buena parte de su mandato, sino porque tuvo que arrostrar cuatro años en los que muchos de sus votantes (que no son pocos) no entendieron muy bien lo que había pasado, y, tal y como recordó el exconcejal y teniente de alcalde de Urbanismo con Ocaña, Francisco Tejada, en otra entrevista al Diario Córdoba, "le tocó bailar con la más fea, porque una parte de la ciudad no entendió que Rosa se fuera y la pagó con quienes nos quedamos gobernando".