SUCESOS

Desmantelada una organización criminal dedicada al tráfico de hachís con infraestructuras en Córdoba

Introducían hachís en grandes cantidades y lo almacenaban y camuflaban  en Córdoba
Coches y droga incautada
photo_camera Coches y droga incautada

Agentes de la Policía Nacional y funcionarios de Vigilancia  Aduanera de la Agencia Tributaria, en una operación conjunta, han  desmantelado una organización criminal de carácter internacional que  introducía grandes cantidades de hachís en Francia y Portugal. Hay 22  personas detenidas y se han intervenido 4.450 kilos de hachís, 33.700  euros, 10 vehículos, 9 motocicletas, 10 teléfonos móviles, y diversas piezas  de joyería, entre otros efectos. En una de las naves registradas los agentes  localizaron un taller clandestino dedicado a la fabricación de habitáculos  ocultos (caletas) en los remolques donde después escondían y  transportaban el hachís y las ganancias económicas procedentes del tráfico  de drogas.

Los investigados se proveían de la sustancia estupefaciente en  el Campo de Gibraltar y, posteriormente, la trasladaban en furgonetas hasta  Córdoba, lugar donde poseían toda la infraestructura necesaria para  almacenar y camuflar el hachís; finalmente, lo transportaban fuera de  nuestras fronteras en el interior de dobles fondos de camiones de gran  tonelaje. La organización desmantelada, que estaba fuertemente  jerarquizada, la integraban miembros de carácter violento que mantenían  fuertes medidas de seguridad en sus desplazamientos y contactos. Además,  utilizaban sofisticados sistemas de encriptación de las telecomunicaciones.  Esta operación se enmarca en el "Plan Meridional", a través del cual la  Policía Nacional trata de dar una respuesta efectiva al fenómeno del  narcotráfico en el sur de España.

La investigación se inició en agosto de 2020 cuando los agentes tuvieron  conocimiento de la existencia de una organización criminal, asentada en  Córdoba, que disponía de una nave industrial donde presuntamente almacenaba grandes cantidades de hachís. Las primeras pesquisas  permitieron constatar esta información y comprobar que, además, la  organización poseía otras naves repartidas por diferentes polígonos  industriales de la ciudad. Asimismo, los investigadores localizaron una flota  de camiones y remolques que estarían siendo utilizados para realizar  grandes envíos de esta sustancia estupefaciente. 

Extendían sus lazos desde el Campo de Gibraltar hasta Francia y  Portugal 

Tras varias gestiones policiales, los agentes observaron que los  investigados se proveían de hachís en el Campo de Gibraltar y,  posteriormente, lo trasladaban en furgonetas hasta Córdoba. Allí disponían  de toda la infraestructura necesaria para almacenar y camuflar el hachís  junto a mercancía legal; finalmente, lo transportaban fuera de nuestras  fronteras en el interior de dobles fondos de camiones de gran tonelaje. Por otra parte, debido a la gran flota de camiones y remolques que poseía la  organización, los agentes detectaron que ésta también transportaba y  abastecía de embarcaciones semirrígidas o “gomas” a los clanes que  operan en el Estrecho de Gibraltar. Asimismo, tuvieron conocimiento de  que, para la fabricación de dichas embarcaciones, estarían utilizando  diferentes astilleros de Portugal.

Con el avance de la investigación, los agentes fueron informados de que  uno de los camiones investigados había sido interceptado en el puesto  fronterizo de La Junquera el pasado mes de mayo, localizándose en su  interior 285 kilos de hachís. Esto permitió identificar al presunto líder del  entramado, el cual habría cumplido condena en diferentes prisiones de  Francia e Italia en relación a hechos de similares características. Esto  motivó la creación de canales de cooperación con la policía francesa y  culminó con un dispositivo policial en las proximidades de Lyon (Francia).  Allí interceptaron uno de los camiones investigados en Córdoba que, días  atrás, había puesto rumbo al país vecino desde una de las naves  industriales ubicadas en dicha ciudad. Como resultado de dicho dispositivo,  detuvieron a dos personas de nacionalidad española (el conductor y el  copiloto del camión) y localizaron 2.400 kilos de hachís en el interior de un  remolque, así como 1.800.000 euros a narcotraficantes franceses. 

Organización jerarquizada, estrictas medidas de seguridad y  encriptación de las telecomunicaciones 

Los investigadores constataron que se trataba de una organización criminal  fuertemente jerarquizada, cuyos miembros destacaban por su carácter  violento. Además, tomaban fuertes medidas de seguridad -tanto en sus  desplazamientos como en sus contactos- y utilizaban sofisticados sistemas  de encriptación de las telecomunicaciones. 

Avanzadas las pesquisas, los agentes detectaron que los miembros de la  organización estaban planeando realizar un viaje inminente al sur de  Andalucía para proveerse de una gran cantidad de hachís. Por este motivo,  realizaron un dispositivo sobre una de las naves industriales de Córdoba,  desde donde observaron salir un camión remolcando una furgoneta sobre  una plataforma, así como al lugarteniente de la organización viajando en su  vehículo a modo de lanzadera. El camión se desplazó hasta una finca de  difícil acceso en la localidad de Tarifa (Cádiz), pero fue a su regreso a  Córdoba –a la altura del peaje de la autovía AP-7, en la localidad de  Marbella- cuando lo interceptaron. En la inspección del interior de la  furgoneta remolcada encontraron 750 kilos de hachís en 22 fardos de  arpillera y; posteriormente, detuvieron al conductor del vehículo. 

Como resultado del dispositivo anterior, los investigadores localizaron y  desmantelaron en Tarifa la “guardería” de donde procedía la sustancia  estupefaciente intervenida. También detuvieron a una persona e incautaron  9.350 euros, varios equipos de transmisiones y seis teléfonos móviles. Por  otra parte, recuperaron un vehículo todoterreno que había sido sustraído en  Madrid y que era utilizado por la organización para trasladar los fardos de  hachís desde la costa algecireña hasta el interior de la “guardería”  desmantelada. El vehículo, además, había sido manipulado para poder 

Cambiaron la ubicación de sus centros logísticos y variaron el modus  operandi 

Como consecuencia del golpe policial, la organización criminal decidió  cambiar la ubicación de sus centros logísticos y variar su modus operandi.  En este sentido, los agentes detectaron que sus miembros comenzaron a  desplazarse a Madrid para proveerse de grandes cantidades de hachís. Asimismo, localizaron nuevas naves industriales destinadas al  almacenamiento de la sustancia estupefaciente. 

Gracias a diversas gestiones, los investigadores advirtieron que uno de los  camiones de la organización salió de un centro logístico de Córdoba rumbo  a Madrid, al mismo tiempo que uno de sus miembros iniciaba el mismo  recorrido a bordo de su turismo haciendo las veces de vehículo “lanzadera”.  Cuando el camión llegó a su destino -una nave situada en un polígono industrial de Coslada (Madrid)- observaron cómo cargaron, en el interior del  remolque, una serie de palés sobre los que depositaron varios bultos  recubiertos de un plástico negro. Ante las sospechas de que pudiera ser  hachís, los agentes lo interceptaron e inspeccionaron en el trayecto de  regreso a Córdoba, localizando 1.300 kilos de hachís repartidos en 40  fardos de arpillera y deteniendo al conductor del vehículo (que resultó ser el  lugarteniente de la organización criminal). 

Disponían de un taller clandestino en Madrid donde fabricaban  “caletas” en los remolques para ocultar y transportar la droga 

La fase final de la investigación concluyó con diversos registros en  domicilios y naves industriales vinculadas a la organización. Entre los  efectos intervenidos se encuentran 4.450 kilos de hachís, 33.735 euros, 10  vehículos (7 de ellos de alta gama), 9 motocicletas, 3 relojes de lujo,  diferentes piezas de joyería y 10 teléfonos móviles. Además, los agentes  detuvieron a otras 18 personas por los presuntos delitos de pertenencia a  organización criminal y contra la salud pública. 

En una de las naves registradas, ubicada en la localidad madrileña de  Ciempozuelos, los agentes constataron la existencia de un taller clandestino  para la fabricación de habitáculos ocultos (caletas) en los remolques donde  después escondían y transportaban el hachís así como las ganancias  económicas procedentes del tráfico de drogas