HISTORIA DE CÓRDOBA

Cumple veinte años la capilla de Sagunto en la que se producen sanaciones y apariciones marianas

La responsable de la capilla es Antonia Moya. La construyó con el dinero aportado por Pablo Romero, de Prasa. Dentro hay restos lo que pudiera ser la cruz de Roelas, donde al Padre se le aparecieron los Cinco Caballeros y que pudo servir también para que la Inquisición hiciera autos de fe
Ermita de la Virgen de Fátima en Cinco Caballeros III
photo_camera Capilla de la Virgen de Fátima en Cinco Caballeros

Este diciembre ha cumplido 20 años uno de los monumentos de más curiosa historia de Córdoba. Se trata de la capilla dedicada a la Virgen de Fátima situada en la calle Cinco Caballeros, en el barrio de Sagunto. El lugar se construyó en 1999 para cubrir y proteger a una pequeña estatua de la Virgen de Fátima que ya se hallaba en el lugar desde los años 80 encima de una columna. Y estaba allí para rendirle culto a causa de unas apariciones en el barrio, en concreto a Antonia Moya, responsable todavía hoy de este sitio. "La Virgen se aparecía en mi casa, y luego también aquí en la capilla y en el jardín, porque esto antes era todo jardín, había adelfas y rosales", ha explicado Moya, con quien quedamos hace unos días junto a un grupo de feligreses habituales del lugar, y además una tarde del pasado temporal, lo que generó una estampa de quince personas refugiándose de la lluvia en la propia y minúscula capilla mientras se conversaba sobre su origen. [nota de la redacción: en la siguiente imagen Antonia Moya es la tercera por la izquierda, con las manos juntas].

Antonia Moya, la tercera por la izquierda, con las manos juntas, junto a varios de los feligreses habituales de la capilla de la Virgen de Fátima en Sagunto

En el lugar se reúnen todos los días a las 18:30 un grupo que en ocasiones supera la docena para rezar el rosario, precisamente por petición de la Virgen de Fátima a Antonia. De hecho fue un propio mensaje percibido de esta manera el que propició la construcción de la capilla: "Era un año en el que no llovía nada, pero la Virgen me dijo que la cubriera, que iba a llover mucho, también me dijo que empezase a rezar el rosario". Moya continúa recordando cómo acabó la pequeña estatua de la Virgen en la calle y más tarde dentro de una capilla: " Yo le tenía muchas veces puesta una velita al Corazón de Jesús, la sacaba por la noche y se la ponía, que lo tenía en el pasillo. Al coger la vela una mañana el Señor me dijo, pon la Virgen en la piedra porque esto será una feria, en el sentido de alegría, de gente. El Señor me lo dijo espiritualmente, porque un cuadro o una piedra... no hablan".

Moya rememora apariciones marianas por las que se considera afortunada, pues de madrugada ha llegado desde la ventana de su cercana vivienda a ver a la Virgen posada en una nube donde está la capilla. 

Ermita de la Virgen de Fátima en Cinco Caballeros

¿Pero cómo se construyó? El mecenas de la capilla fue Pablo Romero, de la constructora Prasa, mecenazgo tan peculiar como esta suerte de templete. El Ayuntamiento se había negado a dar el permiso para la construcción de la capilla a principios de los noventa, y más tarde accedió. Se alza con Rosa Aguilar de alcaldesa y con dinero del conocido empresario, vecino además durante años del barrio de Sagunto, jefe del marido de Antonia Moya -que se colocó en Prasa- y protagonista también de algunas de sus visiones. "Mientras rezaba el rosario vi que este señor iba a tener un accidente". Antonia se dirige entonces a una de las presentes, Pilar, a la que rememorando aquel acontecimiento le dijo hace más de veinte años sobre esa visión que implicaba a Romero: "No le digas nada, que no piense que quiero aprovecharme o engañarle". Intentaba así avirsarle a través de otra persona. El responsable de Prasa tuvo el accidente camino de Sevilla, lo que incluyó que el coche diera varias vueltas de campana. Tras el percance, que no tuvo consecuencias, y tras la petición de Moya, Romero se decidió a ayudarla en la construcción de la capilla.

No cesan ahí las particularidades de este sitio dedicado al culto de la Virgen de Fátima. En el interior hay una especie de amplia base y parte del fuste de una cruz en la que descansa la figura, además de un pileta que parece tener relación. Según parece estaban en el pequeño jardín de en frente. Y, como se dice coloquialmente, aquí viene lo bueno.

Y es que, como narra el blog 'Notas Cordobesas' de Paco Muñoz, que a su vez cita al blog 'Puente Mayor', bien pudiera ser que esos restos pertenecieran a la conocida como Cruz de Roelas, que se puso debido al relato que el Padre contó, y que varía entre una aparición a San Rafael o bien otra en la que se le aparecen precisamente los Cinco Caballeros, es decir, los mártires Acisclo, Zoilo, Fausto, Januario y Marcial. Y no queda ahí la cosa. Según otra investigación de Paco Muñoz, esa cruz puede que sea aquella del quemadero del Marrubial en la que tuvieron lugar autos de fe de la Inquisición Española. Así que ahora es la Virgen de Fátima quien protege en la pequeña capilla de Sagunto estas reliquias que reflejan parte importante de la historia de Córdoba.

La pileta en concreto  estaba en principio sin uso, pero unas palabras del Señor basadas en enseñanzas del profeta Isaías le transmitieron a Antonia Moya la necesidad de empezase a utilizarse como las de las iglesias, con agua, a partir también de una mejora de que una mujer mejorase de salud tras probar aquella de lluvia que había caído. Ahora es Antonia  la que la renueva.

Tan atractiva historia se ha extendido también a la propia estatua, puesto que se han llevado a la Virgen en dos ocasiones. En ambas se recuperó la figura rápidamente, pues los gamberros de turno la dejaron en los alrededores. 

Ermita de la Virgen de Fátima en Cinco Caballeros II

Feligreses habituales en la capilla

El lugar cuenta con numerosos feligreses habituales, algunos de diario.  No es raro encontrarse en la capilla a gente rezando a cualquier hora, en ocasiones numerosas oraciones, para lo que se sientan en los bancos de en frente. Dentro se pueden ver numerosas fotografías, exvotos, flores y velas para pedir por uno o un ser querido. Al margen hay actividades, por llamarlas así, oficiales: el comentado rosario de las 18:30 y el rosario por la paz del mundo de cada día 13 del mes.

Ana María, feligresa habitual desde hace años, precisa primero entre bromas que no es demasiado creyente en las apariciones e incluso que antaño ni siquiera se llevaba bien con Antonia. Narra que hace tiempo, un miércoles de Feria, Moya empezó a expresar palabras en alto a la Virgen en las que mencionaba precisamente a la feria y un niño. Poco después tenía lugar un accidente real en la calle del infierno.

Pilar cuenta que tras tocarle Antonia, y con una gravísima enfemedad, cáncer de mama (que llevó a una mastectomía), le predijo que pese a su estado no le iba a pasar nada. De eso hace mucho. "Y hasta ahora, llevo 23 años viniendo, y nada, las revisiones normales", concluye.

Juana agradece a la Virgen que un accidente laboral no le costase la vida a su hijo, también que Antonia, mediante la imposición de manos, acelerase la recuperación de su hija, que siendo niña tenía una serie de hemorragias que requerían medicación urgente y ni necesitó ir al hospital. Igualmente va cada día, por una enfermedad, a que Antonia la toque. "¿Te puedes creer que lleva una semana sin dolerme nada?", nos dice con alegría.

Ana cuenta cómo Antonia detectó un mal en la cabeza a un sobrino suyo. Resultó ser un tumor. "Está operado de aquí a aquí", indica Ana con gestos que describen una operación de enorme importancia en el cráneo. Desde entonces su familiar está bien de salud.

Paqui cuenta un accidente que tuvo hace ocho años viniendo de Castro del Río y que acabó en siniestro total tras varias volteretas del vehículo. Fue ingresada pero a pesar de la aparatosidad del suceso acabó con tan sólo algunos arañazos. Atribuyen tanta fortuna a cierta influencia de la propia Virgen de Fátima a la que le reza.

Manolo narra que su esposa tuvo una complicada infección de orina el pasado septiembre, e incluso estuvo ingresada una semana en el hospital. "Antonia pidió por ella, le dio unos masajes y bebió agua bendita. "Hoy le han retirado un catéter y dicen los médicos que está bien".

Antonia también nos narra varias historias, algunas de sanación de enfermedades, otras de embarazos que hubieran sido imposibles sin ayuda de la Virgen de Fátima. O bien de vaticinios luego cumplidos.

En una película de Woody Allen, que acaba con una relación entre un científico descreído y una pitonisa, el protagonista hablaba sobre la complejidad de las relaciones humanas y las creencias o expectativas de cada uno. Finalmente concluía que qué más daba todo...si la cosa funciona.

Ermita de la Virgen de Fátima en Cinco Caballeros III