NATURALEZA

La Córdoba microscópica empieza a verse gracias a algunos de sus particulares «amigos»

Varios cordobeses, y en concreto lucentinos, forman parte de 'Amigos de lo micro', grupo que reúne a diversos miembros aficionados al estudio de los microorganismos. Han realizado ya un estudio en las fuentes del Jardín Botánico
Una pulga de agua con huevos clasificada por 'Amigos de lo micro'
photo_camera Una pulga de agua con huevos clasificada por 'Amigos de lo micro'

Euglena, paramecio y vorticella. Muchas generaciones recordarán esos nombre de las prácticas de laboratorio, en muchos casos masificadas. El interés que despertaba la materia casi nunca se correspondía con la posibilidad de impartirla con el suficiente rigor. Y pocos de aquellos alumnos mantenían la curiosidad que sin duda tuvieron al principio de esas clases. Pero ahora las redes obran el milagro de la conexión aqui y allá, De esa forma un grupo de aficionados, entre ellos varios cordobeses, ya han analizado y clasificado multitud de microorganismos incluso en colaboración con el Ayuntamiento, y en concreto con el Jardín Botánico. Se llaman 'Amigos de lo micro'.

Aquellos paramecios se quedan cortos en comparación con la riqueza que se puede encontrar en una fuente cordobesa o en una charca. "Si te vas a un fuente corriente te podrías tirar varios años de estudio para saber todo lo que hay allí, en una sola gota de agua puedes encontrar multitud de microorganismos, tantos que se podrían contar por miles, desde bacterias a protozoos o algas", explica el lucentino Juan Antonio García ."Hablo de algas que miden entre cinco y 20 micras, siendo cada micra un milímetro dividido mil veces".

García es uno de los miembros cordobeses de 'Amigos de lo micro', junto a la también lucentina María José Galindo (aunque vive en Aracena). El grupo, que se mueve fundamentalmente por Whatsapp, fue impulsado por Francisco Fernández y no sólo está formado por aficionados sino que hay incluso biólogas, como Marta Romero. En ese sentido el lucentino destaca que muchas veces los aficionados, por su grado de implicación y especialización a lo largo de años, pueden llegar a saber mucho más de esta materia u otras que los propios biólogos. Así que es estos casos no hay "titulitis". ni se exigen currículums. El grupo partió del interés por agruparse de miembros de habla hispana de uno mayor de Facebook y en inglés, 'Amateur microscopy'.

Un pólipo de agua clasificado por 'Amigos de lo micro'

Un ejemplo es el del propio Juan Antonio García, pintor de muebles de hogar. Sin embargo desde joven se despertó su afición a la naturaleza, fundamentalmente la observación de aves, "de hecho sigo con ello, soy un apasionado de las aves". Empezó con un microscopio de juguete junto  su hijo pequeño, le gustó las disciplina y se compró uno mejor. "Fue todo un descubrimiento, la vida microscópica es mucho más extensa, en un solo charco hay más vida que en todo el campo que puedas alcanzar con tu vista".

El Jardín Botánico

El Jardín Botánico de Córdoba mantiene desde hace tiempo un proyecto de naturalización de sus fuentes, que ha dado lugar en ellas a la colección de plantas acuáticas. La coordinadora de este proyecto, Mónica López, contactó con García y 'Amigos de lo micro" a través de Fernando Díaz, miembro de la Sociedad Cordobesa de Historia Natural. Y así, los miembros del grupo se repartieron la tarea de clasificar los microorganismos de las fuentes del Botánico, donde no tenían los medios suficientes para ello. "Y Fernando le dijo a Mónica que había un friki de Lucena que se dedicaba a esto", cuenta con humor el naturalista. "Lo más complicado en los microorganismos es clasificar la especie, muchas veces te tienes que limitar con el género, ya que observamos con microscópicos ópticos, y para llegar a la especie a veces sería necesaria la secuenciación genética".

En el caso del Jardín Botánico realizaron un estudio preliminar con una representación generalizada de fitoplancton y zooplancton. Algunos de sus resultados se pueden ver en este vídeo, que además tiene su versión traducida a la lengua de signos.

Un alga clasificada por 'Amigos de lo micro', ediastrum simplex

Cómo empezar

En ese aspecto, ¿qué invesión sería necesaria para iniciarse con cierta solidez en este mundillo? García señala que en principio bastaría con un microscopio escolar, de hecho afirma que algunos de ellos, fabricados en China, y por unos 100 euros, tienen una excelente calidad, a veces superior a marcas teóricamente mejores. Luego el portaobjetos y el cubreobjetos son muy económicos. "Hoy día son muy fáciles de conseguir, antiguamente había que pedirlos a través de farmacias".

Así que solamente ganas se requieren ya para empezar a indagar en ese mundo desconocido y que pasa desapercibido aun estando junto a nosotros.