PLAZA DE LAS TENDILLAS

Una decena de historias de superación contadas por la voz de sus protagonistas

#conocemihistoria es una campaña organizada por Córdoba Social Lab, un espacio creado para el fortalecimiento del Tercer Sector y puesto en marcha por la Fundación Cajasur junto a una veintena de asociaciones

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photo_camera El cantaor flamenco Manuel Romero junto a las autoridades

Este viernes todo aquel que se haya acercado hasta la Plaza de las Tendillas ha podido conocer más de una decena de historias de superación con rostro y nombres propios. Historias como la de Manuel, un chico con síndrome de Down cuyo sueño es ser cantaor de flamenco y futbolista, o la de Judit, una chica muy introvertida y con problemas para abrirse al mundo y que ahora trabaja como voluntaria ayudando a otras personas, o la de Cheihk Diouf, un senegalés de 21 que llegó a España en patera siendo un niño  y que tras superar barreras como el idioma a día de hoy cursa tercero de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Loyola. Estos son solo algunos casos que se han podido conocer gracias a la iniciativa #conocemihistoria organizada por  Córdoba Social Lab, un espacio creado para el fortalecimiento del Tercer Sector y puesto en marcha por la Fundación Cajasur junto a una veintena de asociaciones  como Cruz Roja, Fepamic, Aprosub o Down Córdoba, entre otras.

Manuel Romero es un vecino de la barriada de Santa Cruz de 34 años. El hecho de tener Síndrome de Down no le ha impedido cumplir uno de sus sueños: ser cantaor flamenco. Según cuenta, su vocación fue descubierta por un profesor del colegio Montesori de Córdoba quién le ayudó y formó como cantaor. A día de hoy ya ha grabado un disco "Voluntad hecha Voz" y actualmente se encuentra trabajando en su segundo trabajo. Este verano ya tiene firmados algunas actuaciones por distintas ciudades, como por ejemplo el día 21 de julio en San Fernando, Cádiz. Aparte del flamenco a Manuel le apasiona el fútbol, y se declara forofo del Córdoba C.F. 

Otra de las historias que se pueden conocer este viernes es la de Rocío López, de 37 años, miembro de la asociación ACOPINB ( Asociación Cordobesa para la Integración de Niños Border Line). Esta chica, muy comprometida con el medio ambiente, lleva veinte años trabajando en el sector de la agricultura ecológica y como monitora de la asociación en la que hace salidas al Jardín Botánico con grupos de chavales. Su valoración como voluntaria es "más que positiva". 

Judit Benitez, de 17 años, tenía un problema de pequeña y es que era tal su timidez que era incapaz de relacionarse con el mundo. "Lo que estoy haciendo hoy de sentarme y contar mi historia a la gente hace unos años para mí era impensable", y todo es, gracias, a ADSAM, en la que pertenece al grupo HV (Habilidades para la Vida). Judit señala que gracias a esta Asociación ha aprendido a ser más sociable y a día de hoy puede ayudar a personas con diferentes problemas. 

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También de la asociación ADSAM es Cheickh Diouf, un senegalés de 21 años que llegó en patera a España cuando aún era un niño. Tras pasar por distintas entidades, como Cruz Roja, Cheickh encontró ayuda en ADSAM en la que "después de salir del centro me han dado una beca en la Universidad Loyola" en la que después de verano comenzará el tercer curso de Administración y Dirección de Empresas. conoce mi historia 3

Este viernes también se puede conocer la historia de Rafael Crespo. Un cordobés al que hace 12 años le fue diagnosticado Parkinson cuando solo tenía 47 años de edad. Rafael que trabajaba en la banca, tuvo que dejar su trabajo debido a la enfermedad, pero gracias a la labor de la fundación Aparcor, "me he ido superando poco a poco" y a día de hoy "dedico mi tiempo libre a uno de mis hobbies, hacer cordobanes". Rafael se encuentra trabajando en la elaboración de los escudos en cuero de las 37 hermandades y cofradías de Córdoba, de los que ya lleva 15 hechos. 

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El presidente de la Fundación Cajasur, Miguel Ángel Cañadilla, ha destacado que #conocemihistoria es una campaña de visibilización que por primera vez se lleva a cabo en Córdoba y que permite que gente que no se conoce de nada se siente a hablar  "con gente que tiene una historia que contar".