LAMENTAN EL CIERRE A LAS 18.00 HORAS

"Los comerciantes no pedimos ayudas, pero sí que nos dejen trabajar"

El sector afirma que es muy seguro y alerta de que con las nuevas medidas sólo se van a beneficiar las grandes superficies y las grandes empresas multinacinales de venta on-line
Pedro Jimñenez, a la puerta de su negocio en el Centro de Córdoba
photo_camera Pedro Jimñenez, a la puerta de su negocio en el Centro de Córdoba

El comercio tradicional, el de cercanía, el de barrio, está lanzando la misma proclama que en su día realizaron los ambulantes a las puertas del Ayuntamiento: "No queremos ayudas, lo que queremos es trabajar con criterio y con cabeza". Es Pedro Jiménez, propietario de un local de ropa en la Zona Centro, quien habla en un sentir generalizado. "¿De qué me sirven 500 euros? Me alivian, pero no me resuelven nada y la fórmula es que nos permitan trabajar como hasta ahora", señala.

A los ambulantes les sirvió, porque el propio presidente de la junta, Juan Manuel Moreno (PP), levantó la mano en las restricciones y ahora los mercadillos, con limitaciones, al menos están abiertos. Al comercio tradicional no le va a quedar otra, porque en este país quien no llora no mama.

"Lo estamos pasando mal por la situación, como todo el mundo, pero cerrar a las seis de la tarde no tiene ni pies ni cabeza. De seis a diez la gente sigue con movimientos en la calle y durante esas horas ¿el comercio contagia y el resto no? ¿Qué datos hay de que los comercios son focos de infección? ¿Qué comercios, sólo los esenciales por que resulta que ésos no contagian y los no esenciales sí lo hacemos? ¿Dónde está dicho eso?", se pregunta Jiménez.

Isabela, a las puertas de sue establecimeinto de calzado en el Centro de Córdoba

Isabela, de Isabel-la Zapatos, también del Centro, recuerda que "ya llegamos cojos con el confinamiento anterior y la crisis económica de finales de la primera década, y el cierre a las seis no lo entendemos, porque la gente puede estar hasta las diez en la calle". Y no es simple cabezonería, porque dicen entender las restricciones cuando la pandemia parece ir a más, pero con lógica y criterio, y no permitiendo la movilidad en la calle con los establecimientos cerrados".

"Es la puntilla de remate", ha descrito Manuel Calvo, presidente del Centro Comercial La Viñuela-Jesús Rescatado. Ya en mayo hubo una primera criba de establecimientos, porque reabrieron uno de cada cuatro tras el confinamiento en mayo, "ahora habrá una nueva criba con una bajada de ingresos, otro, del 50% y el cierre inicial de entre el 10 y el15% de establecimientos, y estamos lanzando un SOS a la administración".

En su zona de Levante el horario generalizado, en torno al 85% del comercio, se ha establecido en dos turnos de 09.30 a 14.00 horas y de 16.00 a 18.00 horas, "un nuevo horario al que se tienen que acostumbrar los clientes ahora, pero creo conveniente tener esa parada por consideración a la familia y es lo más justo para descansar", explica ante la idea de algunos establecimientos de cerrar definitivamente al mediodía para ahorrar costes.

Una comerciante del Centro de Córdoba

En su opinión sí son necesarias más ayudas directas, "pero ahora, no en seis meses cuando ya estemos fritos del todo". Eso o permitirles seguir abriendo más allá de las 18.00 horas. "Somos mucho más seguros que una gran superficie, está más ventilado y llevamos un control mucho más estricto, con medidas de todo tipo, hasta la entrega de mascarillas su fuera necesario. Nosotros no somos los culpables de la segunda oleada", señala.

Su colega del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, Manuel Blasco, ha sido mas contundente. "Nosotros somos seguros y sostenemos la economía local y eso se va a notar con el tiempo, y lo que está pasando es un genocidio económico y un maltrato psicológico al sector, un maltrato económico insostenible que supone un drama tremendo para miles de familias".

Un efecto nocivo que no sólo afecta al comerciante y sus empleados. "se extiende mucho más allá, porque también están los proveedores, las fábricas, los transportistas... De nosotros dependen muchos otros negocios y empleos, pero el miedo que están inculcando no es lógico", ha señalado.

Pedro Jiménez, Manuel Blasco y Ricardo Castilla, del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba

En este caso, Blasco no es que sea un negacionista. Ni mucho menos, pero apunta a otras dianas como culpables de la segunda oleada. "A puerta cerrada sí se contagia la gente; esas fiestas privadas y botellones o encuentros de amigos sin mascarillas son mucho más culpables que el comercio", y por ello reclama que "nos dejen con el mismo horario que hasta ahora, porque cumplimos otros, no".

¿Quienes no? "Nosotros, por desgracia, hace años que no tenemos aglomeraciones, pero en un supermercado o en una gran superficie, sí; ahí está lo absurdo de estas restricciones, que los que cumplimos pagamos las culpas de otros", indica Isabela.

Pedro Jiménez ha ido más allá de las consecuencias económicas or la falta de ventas. "El cierre de los municipios también nos mata, porque la capital sin la gente de los pueblos, que son también clientes, no somos nada". A eso se le añade que la venta on-line no es válida para cualquier tipo de comercia.

Sin ir más lejos su negocio: "Enhorabuena a lo que ha hecho Librería Luque en su plataforma para vender on-line pero ¿qué tengo yo de surtido para que un cliente me compre una camisa por Internet? Aparte de que ese tipo de venta tiene un coste para la tienda y ya estamos muy saturados para tener más gastos. Yo he tenido que despedir a un empleado que tenía después de año y medio intentando mantenerlo, pero es que o lo despedía o cerraba la tienda y nos quedábamos los dos en la calle".

Firma del convenio entre el alcalde y los comerciantes de la Viñuela

Por este motivo, hay grandes beneficiarios de la situación y los comerciantes apuntan a las grandes superficies, a las que se ha permitido seguir abiertas más allá de las 18.00 horas, y los gigantes d ella venta on-line como Amazon, que "va a sacar bastante tajada de esas cuatro horas de diferencia que hay entre nuestro cierre y el toque de queda para la ciudadanía".

A eso se le añade un problema añadido. Los préstamos ICO a los que muchos han accedido para mantenerse a flote. "¿Cómo los vamos a afrontar en marzo, abril o mayo de 2021 si esto no se reactiva", se pregunta Jiménez, quien asegura haberse embargado para estar abierto. "Bancos y Gobierno tienen que ponerse las pilas en este sentido y salvar la situación".