SINDICATOS

CCOO recuerda que el lunes comienza la jornada continua en la construcción e inicia una campaña sobre la misma

La jornada será de siete horas diarias, no pudiendo concluir más allá de las 15,00 horas
Obras en Levante

El Sindicato del Hábitat de CCOO de Córdoba ha iniciado una campaña informativa sobre la jornada continua en el sector de la construcción, que comienza el próximo lunes 20 de junio, y respecto a los efectos del calor sobre la salud, con el objetivo de tratar de "prevenir accidentes laborales por estrés térmico".

Así y en una nota, el secretario general del Sindicato del Hábitat de CCOO de Córdoba, Antonio Salazar, ha recordado que la referida jornada continua en la construcción, que dará comienzo el próximo lunes, se extenderá hasta el próximo 2 de septiembre y, durante este periodo, "la jornada será de siete horas diarias, no pudiendo concluir más allá de las 15,00 horas".

Salazar ha aclarado que "la jornada es de siete horas, pero el salario se mantiene como si fueran ocho horas", pues "nos hemos encontrado con algunos casos en los que la empresa inicia el trabajo a las 07,00 horas y lo concluye a las 15,00 horas, incumpliendo el convenio, que establece siete horas de trabajo. Es decir, si se comienza la jornada a las 07,00 horas se debe concluir a las 14,00 horas", pues "si se trabajan ocho horas diarias se supera el cómputo total de horas establecidas en el convenio para la jornada laboral anual".

Desde CCOO se ha insistido en que "la existencia de calor en el ambiente laboral constituye frecuentemente una fuente de incomodidad, molestias, bajo rendimiento y, en ocasiones, riesgos para la salud. Las consecuencias de las altas temperaturas pueden abarcar desde un simple dolor de cabeza a la aparición de debilidad, fatiga, calambres musculares, náuseas, abundante sudoración y confusión, siendo la consecuencia más extrema el conocido como golpe de calor".

Por ello, según ha señalado el sindicato, "los trabajos que se realizan en el exterior, principalmente en verano, pueden suponer una situación de riesgo importante para las personas trabajadoras, con consecuencias graves o muy graves e incluso mortales, debido a las altas temperaturas que se soportan durante la ejecución de las tareas".

En este sentido, el responsable sindical ha explicado que "estos riesgos se originan al trabajar en condiciones calurosas y se deben a una acumulación excesiva de calor en el cuerpo, ya sea debido a las condiciones ambientales, al trabajo físico realizado o incluso a los equipos de protección individual".

Cabe recordar que los trastornos más importantes por calor son el síncope, que se produce al estar mucho tiempo de pie inmóvil en sitios calurosos cuando no llega suficiente sangre al cerebro; el agotamiento por calor, que puede comenzar de manera repentina o con la realización de un trabajo continuado sin descanso y sin reponer el agua y las sales perdidas por la sudoración, o el golpe de calor, que es aumento brusco y sostenido de la temperatura interna corporal por encima de los 40 grados ya sea por simple exposición o por hacer ejercicios extenuantes.

Los síntomas del golpe de calor son alteraciones del sistema nervioso central, delirio, convulsiones y alteraciones sutiles del comportamiento, y si no se toman las medidas oportunas puede causar la muerte. De hecho, la mortalidad puede ser incluso superior al 70 por ciento, generalmente por situaciones de fallo multiorgánico.

Por ello, CCOO ha insistido en que en épocas de calor se deben disponer medidas preventivas específicas para cuando se prevean unas temperaturas elevadas, tales como planificar las tareas para evitar trabajar en las horas de máximas temperaturas, que los trabajos de mayor esfuerzo se hagan en las horas de menor calor o que se establezcan rotaciones entre las personas trabajadoras para hacerlos.

También se debe permitir realizar descansos, según aumenta la temperatura ambiente; evitar los trabajos en solitario cuando se produzcan condiciones adversas, disponer de espacios sombreados con suficiente agua fresca, promover la aclimatación al calor en función del esfuerzo físico a realizar, dar información y formación sobre los riesgos por estrés térmico, así como de los efectos y medidas preventivas a adoptar.

Igualmente, es preciso realizar una vigilancia específica de la salud dirigida a identificar problemas de hipertensión arterial, cardíacos, respiratorios, de diabetes o tiroides, y personas que toman antidepresivos, tranquilizantes o diuréticos, como colectivos con mayor riesgo de padecer trastornos derivados de la exposición al calor.