El pasado lunes, 20 de septiembre, tuvo lugar la inauguración del curso académico de las Universidades Españolas en la Universidad de Córdoba (UCO), en el Campus de Rabanales. La Federación Estatal de Enseñanza de CCOO tenía planteada una concentración reivindicando diversas cuestiones sobre la LOSU, en contra del Anteproyecto del Ministro de Universidades, y sobre y contra la Ley de Financiación de la Junta de Andalucía.
Así, según indica la sección sindical de CCOO en la UCO, se solicitó autorización para hacer esta concentración dentro del Campus de Rabanales y ni siquiera fue denegada, ya que "tuvimos el silencio por respuesta de la Universidad, de la institución, en suma, del rector". Precisamente, y en base a este silencio, se solicitó a la autoridad competente el permiso preceptivo para hacer la concentración fuera del recinto universitario. Pero un despliegue policial y agentes antidisturbios incluidos, que rodeaban la entrada principal al Campus de Rabanales, "nos ubicaron a representantes y demás trabajadores de las universidades españolas, que acudieron a la convocatoria a gran distancia de la entrada, en un sitio que tenía unas condiciones muy precarias, por no decir vergonzantes".
Las más de 200 personas concentradas fueron confinadas en un espacio vallado con bastantes similitudes a un corralón para animales, y allí tuvieron que permanecer encerrados durante las dos horas que duró el acto reivindicativo.
Conociendo de antemano la asistencia del rey al acto, "tenemos que decir que en ocasiones anteriores que han asistido miembros de la Casa Real al Campus de Rabanales no se había producido esta actitud tan inadecuada -por no emplear otros términos- ante una concentración a todas luces pacífica y sin visos de que pudiera ser de otra índole".
"Al fin y al cabo, el rey es un ciudadano del Estado español que recibe un sueldo cuantioso y en su trabajo, en su cargo, va implícito y es su obligación el conocer las reivindicaciones de los ciudadanos del Estado del que ostenta la Jefatura ¿o no?", se pregunta el sindicato.
Este hecho inaudito hasta ahora en la Universidad de Córdoba podría ser debido a la importancia mediática que representaba este aniversario para el convocante de la actividad, el rector, que antepuso la 'brillantez' del acto a derechos constitucionales de libertad de expresión. En base a todo lo anterior, "desde CCOO queremos mostrar nuestra protesta por el trato vejatorio recibido y lo que entendemos como coacciones a la libertad de expresión".
"Y si Monarquía, rey, ministro o rectores no son capaces de aguantar un mínimo chaparrón reivindicativo y cualquier protesta hay que 'apagarla', vamos por muy mal camino", señala la nota, que añade que las restricciones sufridas por el sindicato el pasado lunes 20 de septiembre "no nos parecen dignas de un Estado democrático y menos del ámbito de la Academia, que debe ser el ejemplo máximo de tolerancia y empatía".
