En época de pandemia

Cáritas duplica la atención a personas y triplica la recepción de familias que acuden por vez primera

Hay un nuevo perfil de familias necesitadas: Vendedores ambulantes, feriantes, limpieza de hogar, camareras de piso o quienes están en un ERTE y aún no lo han cobrado
Salvador Ruiz y Demetrio Fernéndez, esta mañana
photo_camera Salvador Ruiz y Demetrio Fernéndez, esta mañana

El director de Cáritas Diocesana, Salvador Ruiz, no ha ocultado la dureza que ha supuesto la pandemia del coronavirus y los dos meses y medio de confinamiento en la sociedad cordobesa, con efectos devastadores en la economía y, por consiguiente, en la situación de la población que ya estaba debilitada y en situación de pobreza y exclusión social. En palabras suyas durante este tiempo, "se ha triplicado la presencia de familias que por vez primera han acudido a Cáritas y se han duplicado las atenciones a personas respecto a una situación normal".

En cifras contantes y sonantes supone una atención de 22.700 personas, es decir de unos 7.280 hogares en enero y febrero, justo antes de la pandemia, a los 37.229 personas de 12.586 hogares en los dos meses de alarma.

De hecho, según un informe de Cáritas a nivel general, que demuestra que la crisis "no ha afectado a todo el mundo por igual, sino que ha hundido a quienes ya estaba en situación de vulnerabilidad por su pérdida de empleo", tres de cada 10 hogares españoles "carecen por completo de ingresos, lo que supone un incremento del 136% en comparación a una situación de 'normalidad', por lo que las cáritas han seguido trabajando para facilitarles sobre todo alimentos, suministros, farmacia, higiene, pago de alquileres y mascarillas.

Nuevo perfil de atendidos

Hay, además, un nuevo perfil de persona con necesidades y que proceden de ese sector en precario o de economía sumergida, tales como vendedores ambulantes, feriantes, limpieza de hogar, camareras de piso o quienes están en un ERTE y aún no lo han cobrado. A eso se le suma el incremento experimentado en personas inmigrantes, solicitantes de protección internacional y familias jóvenes con menores, siempre en palabras de Salvador Ruiz.

Todo eso implica un aumento del gasto necesario para cubrir todas estas necesidades. El director de Cáritas ha indicado al respecto que "ha aumentado en un 70%", con un 60% procedente directamente de donativos de la comunidad parroquia, un 25% de hermandades y cofradías, así como de particulares, y un 15% sólo del Fondo de Garantía Agraria (FEGA) y empresas.

De igual modo, en este tiempo de confinamiento se han llevado a cabo más de 1.500 atenciones (alimentación, seguida del pago de suministros, alquileres, empleo y conexiones a internet). Además, Cáritas ha mantenido toda su plantilla de trabajadores en inserción, que aún estando dedicada en parte a sectores que han visto mermada su actividad en esta situación de pandemia, pero se les ha han visto modificado su actividad habitual para, por ejemplo, dedicarse a la elaboración de entre 2.600 y 3.000 menús semanales para su reparto en zonas vulnerables (principalmente Zona Sur y Las Palmeras) o la realización de equipos de protección (batas y mascarillas) que se han repartido, junto con mascarillas quirúrgicas, principalmente en parroquias y en sus centros y proyectos.