Las callejas de la ciudad, el gran atractivo del Puente del Pilar

El I Festival de Callejas de Córdoba ha resultado todo un éxito para orgullo de su impulsor Manuel Ramos Gil que desde el primer día se mostró sorprendido por la gran acogida

Calleja 1

Callejitas estrechas, sinuosas, conocidas, protagonistas de leyenda o de hechos históricos en ellas sucedidos han sido la gran novedad y atractivo de este Puente del Pilar logrando algo inaudito en la ciudad; descongestionar un poco los alrededores de la Mezquita-Catedral para mostrar a los turistas bellos y desconocidos rincones dispersos tanto por la Medina como por la Axerquía. La iniciativa del I Festival de Callejas de Córdoba ha nacido como los grandes descubrimientos, del estudio a conciencia de una parte importante de la ciudad, sus casas señoriales; el notario Manuel Ramos Gil rastreó durante años documentos civiles, buscó en registros, halló fotografías y poco a poco compuso la intrahistoria de Córdoba que ha recogido en el volumen "Casas señoriales de Córdoba".

"En esta investigación me doy cuenta del valor de las callejas desde la época musulmana como elemento protector de la vivienda" ha explicado a este periódico Ramos Gil, notario de profesión y un estudioso y apasionado de la Historia de la Ciudad cuyos rincones recorrió el pasado jueves explicando cada detalle a medida que íbamos descubriendo lugares poco transitados por los turistas.

Calleja 3

La calleja Conejera es uno de esos lugares por los que se pasa después de visitar la Mezquita-Catedral de camino a la Plaza del Potro y donde este fin de semana se ha recreado a uno de sus moradores ilustres; Diego López de Haro y Sotomayor, el Marqués de El Carpio quien por orden de Felipe II reunió a los mejores sementales y yeguas gestando la raza del caballo andaluz.

A lo largo de 35 adarves y callejas, se ha rescatado la historia de las gentes de Córdoba, fruto de una selección de un inventario de hasta 165. Otra de las más relevantes es la calleja privada de la Casa de las Cabezas, hoy convertido en museo por el propio Ramos Gil. En el pequeño y estrecho pasaje hay 7 arcos de los que se dicen que colgaron cada una de las cabezas de los hijos del Infante de Lara; una calleja empedrada y vallada a la que se accede desde la casa, otra visita indispensable en la ciudad.

Porque en el edificio, además, tuvo lugar a principios del 1500 uno de los hechos más cruentos del Tribunal de la Inquisición que acusó al rico mercader y jurado Juan de Córdoba de las Cabezas de tener una sinagoga en sus casas, razón por la que fueron enviadas a la hoguera casi doscientas personas.

Dejando atrás la Medina, la zona de la Axerquía guarda en su interior unas callejas propias de los escenarios más románticos de las películas italianas de los años 70; la calleja Gragea, engalanada por sus vecinos que han colaborado amablemente con la organización, a cargo de la empresa Tierra Creativa que se ha encargado de la secretaría técnica y de organizar las rutas guiadas -completas, antes del festival- y preparar los planos y la información para los turistas.

La tregua de las temperaturas, que se ha notado en unos grados menos, también ha favorecido que junto a los miles de turistas que han paseado por la ciudad, los propios cordobeses se hayan animado con sus familias a descubrir las callejas donde vivían los notarios judíos, los artesanos del cuero, del esparto, de la fragua y han descubierto rincones escondidos que a partir de ahora esperan acoger a locales y foráneos que quieran alejarse un poco del bullicio del centro de la ciudad.