El cordobés Antonio Jaén Morente fue un abogado, historiador, profesora político y diplomático nacido en la capital cordobesa en 1879 y fallecido en San José de Costa Rica, el 8 de junio de 1964. Dicho así, no hay nada especialmente destacable, salvo por su labor que es abundante, pero es que en él se concentra el único caso de haber sido nombrado 'hijo maldito' y pasar a ser con los años 'hijo predilecto'.
Su 'pecado' fue ser defensor del Gobierno republicano cuando Franco llevó adelante el golpe de Estado que inició la Guerra Civil. Se le 'culpó' del bombardeo a la capital el 17 de agosto de 1936, en dos ocasiones por aviones republicanos que provocaron 33 muertos entre ellos 10 niños, ya que lanzó un discurso de advertencia a la ciudad para que depusiera las armas y volviera a la legalidad republicana, advirtiendo del armamento con que se iba a atacar a la capital cordobesa. Eso llevó al Ayuntamiento de Córdoba a declararlo hijo maldito de la ciudad.
"Un cinturón de fuego y hierro os rodea, cordobeses. Entendedlo bien vosotros, militares rebeldes: una columna fuerte, de seis mil soldados os va a atacar llevando toda clase de armamento moderno: ametralladoras, cañones, morteros, fusiles ametralladores, granadas de mano...Dos columnas más de Levante, Murcia y Cartagena llegan en estos momentos a tierras de Jaén para rodearos. Llevamos diez piezas de 75 y de 1,5. Por último, dos columnas de milicianos compuestas de labriegos de Jaén, que se levantan también contra vosotros.
"Sentimiento me produce todo esto que os voy diciendo. La aviación española, entendedlo bien, la aviación española moderna -hay una aviación moderna-, treinta aviones, sale también para Córdoba. No os queda nada, ninguna salvación a los militares cordobeses que no sea deponer las armas y entregaros, entrando de nuevo en la legalidad republicana", indicaba en su discurso, tal y como refleja Córdobapedia.
Es más, el 21 de agosto, y tras varios días de bombardeos de la ciudad que producen más de 50 muertos, se produce una manifestación popular que llevó a parte de la turba a allanar la casa de la calle Juan de Mena despojando la numerosa biblioteca existente y llevándola a la plaza de la República y formando un pira quemándolos. Igualmente la emprendieron a tiros con un busto del insigne profesor.
Nacido en la calle Judíos de Córdoba, el 3 de febrero de 1879, era hijo de Miguel Jaén Durango. Desde joven ya destaca por su pasión por Córdoba, disertando con 13 años sobre la Córdoba monumental en el Ateneo. Estudió el bachillerato en el Instituto Provincial y, más tarde, en la Escuela Normal de Magisterio de la calle San Felipe.
En 1898 obtiene el titulo de maestro de Primera Enseñanza Superior. Su preparación intelectual la complementa con estudios universitarios en Madrid, junto a hombres de la Generación del 98 que influirán en su carácter liberal y humanista. Se doctora en Filosofía y Letras, rama de Historia, presentando una tesis sobre el Monasterio de San Jerónimo de Córdoba. También se licencia en Derecho.
El levantamiento militar contra la República le sorprendió fuera de Córdoba, lo que le permitió salvar la vida y ser en los primeros meses de la Guerra Civil, uno de los más intensos propagandistas del Gobierno republicano. En un inicio, se une al General Miaja y desde Radio Linares y Radio Jaén lleva a cabo discursos políticos. En su primer discurso desde la radio se encuentra el origen a su posterior declaración de hijo maldito de la ciudad de Córdoba.
Durante su vida laboral demostró en varias ocasiones su amor por la ciudad en declaraciones como "son dieciocho las universidades donde he orado -más que disertado- en nombre de Córdoba y España", aunque era igualmente extremadamente republicano, lo que le hacía un personaje realmente odioso a ojos del nuevo régimen nacido del conflicto bélico.
En 1949, el Ayuntamiento de Córdoba bajo la alcaldía de Alfonso Cruz Conde, antiguo alumno suyo y sobrino del otrora alcalde José Cruz Conde, con el cual Antonio Jaén mantenía amistad, acordó dejar sin efecto la denominación de hijo maldito a Jaén Morente. En prueba de agradecimiento envió una larga carta de agradecimiento al alcalde sin saber quién era y a sus tenientes Calderon Ostos y Ruiz Maya, en la que citó al famoso poeta granadino Federico García Lorca, asesinado en el verano de 1936: "Aunque sepa los caminos, yo nunca llegaré a Córdoba".
Ahora, en El Barrio de Fátima de su ciudad natal tiene dedicada una calle y, además, la Corporación municipal cordobesa en 1979, con Julio Anguita como alcalde, decidió colocar una placa de recuerdo en su casa natal, de la calle Judíos y llega a ser nombrado por el Ayuntamiento de Córdoba en 1980 Hijo Predilecto de la Ciudad.
