Adicción a la marihuana, ¿cómo reconocer los signos y síntomas en los jóvenes?

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La marihuana se ha vuelto cada vez más accesible en la última década, especialmente con su legalización en muchas partes del mundo. Con esta ubicuidad ha aumentado el número de adolescentes que se hacen dependientes y adictos a esta droga por lo que necesitan someterse a un tratamiento de desintoxicación y rehabilitación.

Por mucho tiempo, la marihuana que también se conoce como hierba y por supuesto, como droga, se consideraba como una adicción temporal o recreativa. Incluso hay quienes aseguran que es inofensiva, por lo que solía ser consumida durante determinada fase de la vida. Muchos adolescentes la terminaban probando en el instituto o en la universidad o, era la vía para experimentar una fase de rebeldía y libertad, actitud propia de esa edad. 

Los padres por su parte, a menudo ven este consumo desde esa perspectiva, es decir, como una fase pasajera que no llegará a afectar a su hijo de forma negativa ni permanente, fuera de ese momento de uso. 

Por desgracia tal perspectiva es errónea y los hechos sobre el consumo de porros de marihuana indican que tiene un impacto negativo en el desarrollo cerebral del adolescente, en su memoria, coeficiencia intelectual y en su motivación integral. Y es que mientras para algunos adolescentes resulta ser un episodio de experimentación o rebeldía, como ya se dijo, para muchos otros representa un papel grave en el desarrollo y la vida, por lo que se puede crear una adicción a la marihuana. Lo que algunos padres no entienden es que hoy esta sustancia es mucho más potente que hace tiempo atrás, por lo que las consecuencias son mucho más graves.

Y es que en la actualidad, los cultivadores de esta planta la desarrollan metódicamente, incluso usan laboratorios para elevar los contenidos de THC, que es el componente psicotrópico que hace que las personas se “coloquen”. Todo esto en un esfuerzo lamentable por aumentar la potencia de la droga. 

Para poner esta explicación en mejor perspectiva hay que señalar que la “mejor marihuana” de hace 20 años presentaba una concentración de THC de más o menos 3%, pero hoy en día sus concentraciones llegan a superar el 15%. Así que la mayoría de las personas no se da cuenta de que la marihuana de hoy es por lo menos 10 veces más potente que la que se consumía años atrás, lo que significa que puede llegar a tener impactos relevantes en el desarrollo de los adolescentes, en su regulación emocional, entre otros aspectos de mucha importancia. 

Cuáles son los signos de adicción a la marihuana

Si su hijo consume marihuana, más allá de episodios de “colocación” en la casa, escuela y entornos sociales, puede pasar a convertirse en un trastorno de dependencia y adicción. Aunque solo un especialista en el área será el que pueda determinar un diagnóstico, los familiares de personas adictas son la primera línea para encontrar la ayuda y el apoyo que sean necesarios. 

Entre tanto, los síntomas que pueden determinar que su hijo tiene un problema trascendente con la droga, son los siguientes: 
  • Cambios drásticamente negativos con el rendimiento académico, pérdida de interés y motivación escolar

  • Cambio de su grupo social, es decir, ya no es amigo de quienes no consumen droga

  • Deja de participar en actividades extracurriculares como deporte, canto, música o pintura

  • Disminuye su capacidad comunicativa con los miembros de la familia, en especial con sus padres. 

  • Se revela con una conducta reservada, como salir a escondidas, está pendiente de que no le revisen sus cosas ni que nadie invada su dormitorio o territorio

  • Se hace cotidiano que diga mentiras o que sus respuestas sean vagas cuando se le pregunta por sus actividades

  • Disminuye su nivel motivacional, su expresión emocional y por otro lado, aumenta su ansiedad, se siente estresado, deprimido y aletargado. Además su comportamiento suele ser opositor y desafiante. 

  • Provoca peleas o enfrentamientos si se le interroga sobre su relación con las drogas. 

 

Estas son señales alarmantes que pueden indicar una alta probabilidad de que su hijo necesite tratamiento por la dependencia de la marihuana y que además, esté necesitando un proceso de rehabilitación y desintoxicación. 

Como padre, este escenario llega a ser bastante aterrador y reconocer tales comportamientos es una acción difícil de confrontar para ambas partes, pero es definitoria para decidir buscar la ayuda correspondiente.

Cuáles son las mejores opciones para superar la adicción a la marihuana 

Es muy importante que cuanto antes se busque un asesoramiento de rehabilitación y adelantarse a reducir el tratamiento en general, así como también las probabilidades de que se desencadenen otros problemas a raíz del consumo de esta droga. 

En la mayoría de las ocasiones, la persona adicta niega su condición y es el cuadro más frecuente que suelen afrontar las familias. No obstante hay que ser firmes en la acción y acudir a centros especializados de rehabilitación donde se pueda tratar a fondo el problema y solucionarlo de raíz. 

Así como la marihuana, hay otro tipo de adicciones de las que son víctimas los adolescentes y personas de cualquier edad, tales como el alcoholismo o el tabaco que, en menor grado, también puede ocasionar problemas significativos en cuanto al aspecto social, pero mucho más en la salud general del adicto. 

Otras adicciones que son causantes de lamentables escenarios familiares y pueden acabar por completo con la vida de un individuo, en cuanto a su relacionamiento social y salud son la adicción al juego; a otras drogas como la cocaína; a fármacos; al móvil y la tecnología, o a las compras, entre otros.  

En el caso de los centros de rehabilitación que son referencia en el sector, como Adictalia, los profesionales que ahí trabajan se han esmerado en diseñar estrategias externas donde juega un papel fundamental la familia del adicto. En este caso, el terapeuta actúa como mediador entre la familia y el paciente para, además de generar un círculo de apoyo, se consiga fortalecer la relaciones y en este caso, de ser necesario, lograr que la persona ingrese voluntariamente al centro de desintoxicación.