El pasado octubre de 2019 fue el último mes de trabajo para los feriantes. Desde entonces ningún evento festivo en el que fueran necesitadas sus labores ha tenido lugar a causa del coronavirus. No hay calle del infierno ni cacharritos ni tómbolas o puestos de tiro desde entonces. Este sábado los feriantes se han manifestado en Lucena, pueblo en el que radican 200 pequeñas empresas del sector.
Y así la manifestación se ha convertido en cierto modo en una calle del infierno-protesta, puesto que el centenar de vehículos que ha salido a la calle contaba no sólo con decoración popular de feria, sino con muchas melodías típicas y una representación de los famosos cacharritos. En total han participado unas 500 personas que salieron del recinto ferial de Lucena a las 11.30, pasaron por el centro de la localidad y terminaron en la antigua estación.
La manifestación de hoy se repetirá la semana próxima, ya con representantes de otros municipios, como Aguilar, que también agrupa a más de un centenar de industriales feriantes. A su vez, carteles en las tiendas de Lucena dan testimonio del apoyo de sus habitantes a estos trabajadores tan maltratados, como tantos, por la crisis económica derivada de la sanitaria.
Por otra parte a finales de marzo llega al pleno del Ayuntamiento de Lucena una propuesta de Cs que trata de reproducir la iniciativa sevillana de instalar un ferial de atracciones en abril. Esa misma feria cerrada para Lucena, con todos los protocolos sanitarios, se proyecta en principio para ese mismo mes o quizá mayo.
